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Tras la venta del 58.71% de las acciones de la editorial mexicana Siglo XXI Editores , S.A. de C.V. , que pertenecían al escritor y actual director general, Jaime Labastida Ochoa , al grupo empresarial Merkcent Consulting and Funding, S.A. de C.V., ayer se llevaría a cabo la asamblea de accionistas para ratificar en su cargo a Labastida y para conocer a los nuevos accionistas. Sin embargo, la asamblea fue suspendida debido a que las acciones no han sido registradas en el Registro Público de Comercio de la Secretaría de Economía .
A partir de la falta de este procedimiento legal, se determinó que no había quórum.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el investigador y escritor Iván Restrepo , uno de los accionistas de la empresa, explicó que a la asamblea que se llevó a cabo vía Zoom y de manera presencial, asistió una representación del 63% de las acciones, de las cuales el 58.71 pertenecían a Jaime Labastida.
"El abogado José Francisco Gutiérrez Carmona demostró, con la ley en la mano, que era ilegal la asamblea porque el que había vendido las acciones, Jaime Labastida, y quien las había comprado, el grupo empresarial de Chihuahua, no cumplieron con los requisitos de ley que se exige para poder ser accionado. De modo que se invalidaba la presencia de las acciones que vendió Labastida y sólo quedaba representado el 5% de las acciones, así que no había quórum", explicó Restrepo.
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De acuerdo con el escritor, el abogado Gutiérrez Carmona informó que no sólo no se llevó a cabo el registro, tampoco el procedimiento fue notificado al Consejo de Administración de Siglo XXI.
"No se notificó al Consejo y no lo hicieron porque el traspaso de acciones no se ha hecho de manera legal. El presidente del Consejo, Alberto Moles , dijo que ellos sí habían actuado conforme a derecho y que sí habían llevado a cabo todas las normas establecidas, pero se demostró que no, se demostró que también incumplió con la obligación de exigir el traspaso legal. Moles dio por levantada la sesión, se dio por inválida y quedó sin efecto la posesión del nuevo dueño de la empresa y la ratificación de Labastida como director general", dijo Restrepo.
El escritor añadió que existe inconformidad entre los accionistas porque, consideran, hay una "terrible opacidad" en este proceso de compra-venta, así como un "incumplimiento a las normas que rigen a Siglo XXI".
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"Por un lado consideramos que Labastida se hizo del 58% de las acciones de manera turbia, por otro lado, está que el Consejo de Administración no ha cumplido con las normas. Otra irregularidad que molesta es que durante 20 años no hemos tenido ninguna información sobre la marcha de Siglo XXI. Con Arnaldo Orfila teníamos en cada asamblea los números correspondientes del ejercicio. Además, ahora tenemos información de que la empresa que compró las acciones tiene sólo seis meses de formación, tiene un capital de 50 mil pesos y no tiene ninguna experiencia en el campo editorial. De modo que nos parece que hay opacidad e irregularidad. Son cosas que nos lastiman y que rompen con el espíritu de Siglo XXI", atajó Restrepo.
Entre los accionistas que se presentaron a la asamblea se encuentran Eréndira Bosques , Diego Valadés , Restrepo, entre otros. Sin embargo, no pudieron hacer ninguna intervención porque la invalidez se estableció al inicio de la asamblea.
"Una persona de la empresa que compró las acciones sí dijo que quería impulsar a Siglo XXI hacia horizontes más positivos, que quería modernizarla. Pero de inmediato le dijeron que en realidad no podía estar presente en la asamblea porque legalmente no es dueño todavía de las acciones. Vamos a esperar a que se dé una nueva convocatoria. Pero lo fundamental de todo esto es que es una muestra más de las irregularidades de esta transacción. Y todo esto nos lleva a pensar a casi todos los accionistas que quedamos, especialmente a los fundadores, que se debe analizar con lupa tanto el desempeño del Consejo de Administración, como el desempeño de Jaime Labastida como director general", sostiene el investigador.
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Claudia Bodek
, también accionista de la editorial, coincide con Restrepo al explicar que durante la asamblea se dio a conocer que los nuevos adquirientes no están registrados, por lo que se pidió que se convocara nuevamente cuando la parte legal estuviera totalmente correcta.
"El presidente del Consejo de Administración emitió una convocatoria en la que, según el orden del día, se tenía contemplada la presentación de los nuevos accionistas, así como la adecuación de la dirección de la editorial. Sin embargo, no se pudo establecer el quórum por el vacío que existe en la representación", dice.
Consultado por EL UNIVERSAL, Jaime Labastida indica que efectivamente existe un problema de "procedimiento". "No está inscrita la posesión de las acciones en el libro de accionistas, eso es todo. No ha sucedido por una cuestión de procedimiento, por tiempo, se hará en su momento y quedará resuelto, no tiene esto ningún problema. No sé todavía cuándo se hará. La asamblea se pospuso simplemente por cuestiones procesales. Eso es todo".
Labastida asegura que en su momento se convocará nuevamente a una asamblea para presentar a los nuevos accionistas, para la ratificación de la dirección general, y para "otras cosas".
fjb