El caos, en alusión al nombre del cuarteto austriaco, es una fuerza creativa para alcanzar la voz interior, dice la violista italiana Sara Marzadori, quien forma parte del Chaos String Quartet, cuya breve trayectoria destaca por haber sido seleccionado por la BBC Radio 3 como artista de nueva generación 2023-2025 y que se presenta como parte de la programación de la segunda jornada del Festival Internacional de Música de Morelia el 11 de noviembre, a las 20 horas, en el Teatro Matamoros.
“Siempre le damos la bienvenida a lo que pueda suceder dentro de una interpretación en vivo porque es algo que tiene un abanico amplio; es como un efecto mariposa que nos hace únicos en el sentido de que cada interpretación de una pieza es diferente por lo que sucede tanto adentro como afuera”, afirma la artista.
Para el concierto prepararon un programa que reúne lo clásico y lo contemporáneo: uno de los cuartetos de cuerda de Joseph Haydn; Una ètoile dansante, pieza de Diego Conti, dedicada al Chaos String Quartet y que se estrena en el Festival; el Cuarteto de cuerda no. 22, de Mozart, y Pucciniana Intermezzo 3 4’09, de Roberto Abraham; repertorio que fue elegido —continúa la violista— porque residen en Viena y quisieron rendirle homenaje al lugar del que son y acercarse a lo latinoamericano:
“Tuve cierto acercamiento a la música mexicana cuando vine al país, aunque el cuarteto aún no ha tocado música de compositores mexicanos”, cuenta Marzadori sobre sus dos estancias breves en los últimos años. A nivel personal, subraya, el folclor mexicano le encanta y menciona que, en el encore de su presentación, habrá una pieza en la que Sudamérica y Viena se conectan y que escribió un compositor alemán vivo: “Es raro que el cuarteto interprete a alguien que esté vivo; preparamos una fusión de sonidos sudamericanos y alemanes con algo de Haydn”.
Llama la atención que el Chaos String Quartet se fundó poco antes de la pandemia y que, si bien una de las dificultades principales para sus integrantes era la imposibilidad de presentarse en vivo ante un público, pudieron aprovechar el confinamiento: “La pandemia fue una tragedia que causó muchas dificultades en el mundo, pero nos permitió ensayar mucho de manera muy intensa tratando de construir la voz del cuarteto”.
“Era como si estuviéramos preparándonos para una competencia y nos enfocamos mucho en mejorar antes de presentarnos. La ventaja fue que nos permitió ensayar mucho”, cuenta y da pie para explicar la filosofía del cuarteto:
“Para nosotros todo consiste en trabajar muy duro, así como entender de manera profunda a los compositores y las piezas; ante todo, ser sincero para entender las obras. Nuestro credo es eso: ser sincero y practicar mucho, tanto en conjunto como a nivel individual. Somos cuatro personas muy curiosas que estamos tratando de descubrir el significado detrás de lo que el compositor realmente quiere y tratamos de ir aún más a profundidad. Yo creo que eso es lo que nos diferencia. Para tener un buen performance se necesita algo de espontaneidad, curiosidad y orden; para asegurar que se tiene a la audiencia conectada hay que tomar ambos lados de la moneda”, concluye.
