Cultura

Sonia Amelio se suma a la conmemoración de la Olimpiada Cultural del 68

La función "Los caprichos de Sonia" se llevará a cabo en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo

Sonia Amelio se presentará en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo. Foto: EFE/Stringer
26/07/2018 |17:50Redacción |
Redacción El Universal
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Sonia Amelio

, conocida actualmente como "Prima ballerina y mejor crotalista del mundo", fue una de las figuras centrales de la Olimpiada Cultural del 68 .

Para recordar este hecho, el Instituto Nacional de Bellas Artes invitó a la directora de orquesta, coreógrafa y actriz para ofrecer un programa especial que se une a una serie de actividades para recordar dicho acontecimiento artístico.

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La destacada prima ballerina, concertista de piano y crotalista mexicana llegará al Teatro de la Danza Guillermina Bravo para presentar el espectáculo Los caprichos de Sonia el martes 31 de julio, a las 20:00.

De acuerdo con el INBA, esta función forma parte de una serie de actividades artísticas que el INBA ha organizado en diversos espacios de la Ciudad de México para conmemorar la Olimpiada Cultural que se realizó durante los Juegos Olímpicos México 68 y así resignificar este acontecimiento artístico.

A través de este programa, el espectador podrá apreciar las diferentes técnicas que domina la artista, siguiendo nota a nota la partitura de los grandes compositores, como Bach, Chaikovski, Rimsky-Korsakov, Brahms y Chopin, entre otros.

Amelio mostrará una vez más cómo logra convertir en un instrumento musical las manos y los pies, ya sea con zapato de punta, suave o de tacón, o sólo con los crótalos, convirtiéndolos en una amalgama plena de belleza.

Esta función también se enmarca en la Cruzada del Arte por la Paz que la maestra Amelio ha emprendido desde hace 23 años, tanto en México como en el mundo, donde se le reconoce por crear una nueva forma de expresión artística en la música y en la danza clásica.

En entrevista, la maestra Amelio explicó que a través de su programa Los caprichos de Sonia busca demostrar: “Que el cuerpo humano es un instrumento musical”, que permite expresar todos los sentimientos a través de la danza, la música y la expresión corporal completa. Y que a través del arte se puede lograr paz y armonía, entre todos los pueblos del mundo, por supuesto teniendo como mística la palabra mágica que es “amor”, la cual no solo abre las mentes, sino por supuesto los corazones.

Las piezas que integran el programa son Alborada (Vivaldi), La princesa de Oriente (Rimsky-Korsakov), Homenaje ¡Viva México! (Popular), Capricho español (Rimsky-Korsakov), Campanella (Franz Liszt) y Capricho italiano (Piotr Ilich Chaikovski).

Sonia Amelio

nació en la Ciudad de México. Realizó estudios de concertista de piano en el Conservatorio Nacional de Música, a la vez de la carrera de bailarina clásica. A la edad de 6 años presentó su primer concierto como solista en el Palacio de Bellas Artes y seis meses más tarde en el Teatro de la Ciudad como bailarina, obteniendo con ello su primer premio, que a la fecha suman más de 400 preseas, nacionales e internacionales.

Es la artista mexicana más reconocida

en los escenarios de los principales teatros de ópera y ballet de los cinco continentes, mismos que dan testimonio de su creación, al elevar los crótalos a nivel sinfónico y danzar al mismo tiempo sus propias coreografías con la música de los grandes maestros: Beethoven, Liszt, Bach y Paganini , entre otros.

Recientemente regresó de actuar en Estados Unidos y Centroamérica, para continuar en septiembre con su gira anual por Europa y Asia.

“Haber participado en la Olimpiada Cultural del 68 fue algo muy importante, porque marcó un despegue internacional. En 1968 tenía mi pequeño ballet de cámara y justo ese año hice dos obras fundamentales para mi carrera y que estrenamos en la Olimpiada Cultural, una en octubre y la otra en noviembre.

“Por una parte, el estreno mundial de La viuda valenciana, obra que me dedicó el compositor ruso Aram Kachaturiam y que después presentamos en Moscú y en San Petersburgo, acompañada por los solistas del Ballet Bolshoi, lo cual fue algo increíble.

“Además tuve el privilegio de que el compositor y violinista Manuel Enríquez también me dedicara una obra para su estreno mundial, misma que fue acompañada por la Orquesta Sinfónica de Guanajuato. Estas dos obras representan un parteaguas en mi carrera, porque me abrieron muchas puertas como solista a nivel internacional”, compartió la crotalista al afirmar que marcaron un antes y un después en su carrera.

akc