Cannes, la fresca costa de Francia conocida por sus festivales de cine, considerada el sueño colectivo de directores y productores de la industria, es el lugar donde logró brillar el documental Sin barreras, dirigido por dos mexicanos, Luisa Melo y Gonzalo Figueroa, que obtuvo múltiples premios en el World Film Festival durante el concurso mensual en agosto pasado.
Sin barreras documentó en 2019 el tour de la banda de metal S7N por cinco cárceles de México, un proyecto que comenzó entre amigos junto al vocalista de la agrupación Mao Kanto para realizar el videoclip de una nueva canción, pero la historia del baterista Fabian Carreño transformó la producción hasta llevarla al cine.
Para la directora Luisa Melo, el reconocimiento recibido por el World Film Festival in Cannes es una recompensa al sueño que tuvo de joven, cuando era estudiante y se interesaba por la música y la edición de video; gracias a su constancia y su esfuerzo ha logrado desarrollarse profesionalmente en la producción audiovisual: “Fui dejando el sueño, pero la vida me llevó a poder cumplirlo con Sin Barreras, junto a mi amigo”, expresa.
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Para su compañero, el codirector del documental, Gonzalo Figueroa, quien alguna vez visitó por trabajo el Festival de Cine en Cannes, fue una gran sorpresa, pues nunca imaginó que algún día una producción suya sería seleccionada en un concurso en la Riviera Francesa.
Los cineastas en formación obtuvieron el premio a Mejor Ópera Prima, a Mejor Edición, con el apoyo de Alfredo Acevedo Taja, y a Mejor Historia Real. Un anuncio que llenó de alegría al equipo porque fue un producto audiovisual realizado con pasión, y que atravesó por los retos que implica el cine independiente en la “escala más baja”, explica Gonzalo, coproductor.
“Fuimos dos personas las que empezamos a coordinar todo, luego se sumó una tercera para grabar y de repente se sumó una cuarta para editar. En los créditos de las películas ves, nombres y nombres. Aquí trabajamos cuatro personas, aunque después se sumaron más, pero al principio, el mismo productor, dirigia, grababa y editaba, una chamba que en el momento no fue remunerada, pero que se hizo con mucho cariño”, señaló.
Durante la grabación del documental en las cárceles mexicanas, Figueroa recuerda que mientras grababan en el Centro Varonil de Readaptación Social (Cevareso) con los internos más jóvenes, “con los que más energía tenían para el slam” terminó en el suelo con todo y su equipo, se levantó y continuó grabando. Una anécdota que muestra que su proyecto es único. Sin Barreras no juzga a las personas privadas de su libertad, ni siquiera se habla del por qué están ahí, sino va más allá, al tratar de “documentar cómo encontraron en la música una fuente de reinserción social”, explica Luisa Melo.
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La joven directora originaria de Tampico se desarrolla profesionalmente en la Ciudad de México como postproductora, pero apuesta por el cine independiente, pues está convencida de que hay muchas historias que merecen ser contadas, aunque esto signifique que sea un esfuerzo por amor al arte. “Eso es lo que logramos con Sin Barreras, que de forma independiente contamos una gran historia y estamos mostrando este sector de la sociedad con mucho corazón”, expresa.
Luisa Melo y Gonzalo Figueroa tienen en mente seguir haciendo proyectos cinematográficos y enfrentarse al reto más grande de introducirse como cineastas con producciones independientes. Por ahora siguen enfocados en la distribución y difusión del documental que les ha abierto el camino para cumplir sus sueños, advierten.
“Vamos a seguir participando en festivales, estaremos en el Festival de Cine de Barrio, acá en la Ciudad de México a mediados de noviembre, y estamos esperando resultados de más festivales internacionales, para que se proyecte en más lugares”, comentó Melo.