El robo de arte sacro es un delito muy vigente en México, así lo demostró la solicitud de información con el número de folio 330018323000421 hecha en la Plataforma Nacional de Transparencia el 3 de mayo pasado, que le requirió al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) el número total de denuncias realizadas en todo el país por robo o saqueo de arte sacro de 2015 a 2023.
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De acuerdo con la información entregada, en ese periodo se registraron 29 denuncias que corresponden a siete estados del país: Puebla, con siete denuncias; San Luis Potosí y Tlaxcala, con cinco denuncias respectivamente; y Guanajuato, con cuatro denuncias. Las otras entidades son Estado de México, también con cuatro denuncias; Zacatecas, con tres, y Michoacán, con una.
La información entregada, en algunos casos, específica las denuncias por año, así como el número de piezas robadas y el lugar de los hechos.
Destaca un caso de Guanajuato, el del templo de San Isidro Labrador, en el municipio de San Luis de la Paz, en donde se reportó en 2016 la pérdida de una pintura al óleo sobre tela de lino titulada San Isidro Labrador, así como dos campanas de cobre con varios metales.
La información agrega que la carpeta de investigación nunca fue resulta, sin embargo, las piezas fueron encontradas en una camioneta, cerca de una gasolinera del mismo municipio, por lo que las piezas fueron devueltas al templo.
Otro robo se reportó en 2017 en San Miguel de Allende, en el templo que también lleva el nombre de San Isidro Labrador. En ese caso se sustrajeron un óleo sobre lienzo, dos figuras de Cristo grandes, una cruz de ánimas con relicarios, un Cristo con cruz del siglo XIX y una figura de la Virgen María y una naveta con una cuchara. La denuncia no ha sido resulta.
Otro robo se reportó en 2018, en la parroquia de Antonio de Padua, en Celaya, en donde se reportó la pérdida de una pintura al óleo sobre tela del lino, titulada Ánimas del Purgatorio, y que representa a los arcángeles San Miguel, San Francisco y San Antonio. La denuncia no se ha cerrado.
En ese mismo año, dos campanas de fines del siglo XIX fueron robadas del templo de la Virgen de Guadalupe, que está ubicado en la localidad Begoña, perteneciente al municipio de Doctor Mora, Guanajuato. La denuncia sigue en proceso de investigación.
Otro caso es Tlaxcala, que solamente compartió el número de denuncias por año: en 2017 se registró una denuncia y hasta 2021 y 2022 se registraron dos denuncias por año.
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En el caso de Puebla, que es la entidad que más denuncias registró, no se compartió información detallada sobre las piezas robadas o los años en que se interpusieron las denuncias, sin embargo se reportó que, de las siete denuncias, cinco fueron resultas y dos se encuentran en proceso.
En Zacatecas se reportaron tres denuncias, de las cuales dos se determinaron en la categoría de Archivo Temporal, y la restante se encuentra en integración de carpeta de investigación.
En el Estado de México sólo se informó que de 2015 a 2023 se realizaron cuatro denuncias por saqueo de arte religioso y que ninguna de estas denuncias ha sido resuelta.
También destaca Michoacán, que en 2015 reportó el robo del Niño Dios de la Virgen del Carmen que data del siglo XIX y que se encontraba en el Templo de San Jerónimo Purenchecuaro, ubicado en el municipio de Quiroga. La información añade que la denuncia se integró a una carpeta de investigación.
Un caso particular es Morelos, que no ha registrado denuncias de 2015 a la fecha, pero añade que en 2022 se recuperó la escultura de San Antonio Padua, la cual fue robada en 2002 y trasladada a Estados Unidos.
Autoridades del INAH informaron en noviembre pasado que la histórica pieza fue encontrada en Dallas, Texas.
Del resto de los estados del país, entre los que destacan Chiapas, Guerrero, Jalisco y Tabasco por su gran diversidad de templos y parroquias virreinales, se reportó que no hubo ninguna denuncia por robo de arte sacro. Asimismo, la respuesta de Transparencia no incluye información sobre la Ciudad de México, y no especifica si se cuenta o no con ella.
San Luis Potosí, un caso particular
Uno de los casos que más llama la atención es el de San Luis Potosí, que de 2015 a 2023 registró cinco denuncias.
De acuerdo con información de Transparencia, en 2020 se reportó el robo de la pintura El Calvario, que se encontraba en el Templo de San Francisco de Asís, en la capital del estado.
En ese año, el Museo de Arte Sacro sufrió varias pérdidas, pero no se especificó cuántas obras o piezas fueron robadas. En marzo de 2021, también en el Templo de San Francisco de Asís, se registró el robo de seis pinturas al óleo, entre las que destacan obras de los pintores Zacarías González Velázquez y Manuel de la Cruz Vázquez.
Pero en entrevista para EL UNIVERSAL, fray Gerardo, guardián de templo de San Francisco de Asís, que llegó a la capital potosina hace poco más de cinco años, precisó que fue en noviembre de 2021 la sustracción de siete —no seis—, cuadros al óleo que retrataban pasajes de la vida de San Francisco y que estaban en una bodega al interior de la iglesia y el convento.
Entre las pinturas robadas se encontraba una de alto valor, creada por el pintor oaxaqueño Miguel Cabrera, detalló fray Gerardo.
Otro robo denunciado ocurrió el año pasado, en la Parroquia de San José de Bledos, en Villa de Reyes, San Luis Potosí, en el que sustrajo la escultura de San José de Bledos y que tiene un valor cercano a los 150 mil pesos.
Un problema sistemático
Aunque el robo de arte sacro no es un problema reciente, la actual administración ha hecho poco por resolver el problema de fondo, de acuerdo con especialistas en el tema.
Para Alfonso Miranda, historiador del arte y director del Museo Soumaya, el robo de este tipo de patrimonio responde al poco interés que muestran las autoridades por resguardar el arte virreinal.
“No hay un registro completo sobre toda la obra de arte sacro en México, se han hecho registros parciales, y no hay una base de datos nacional. Otro problema que se enfrenta es que el arte sacro puede salir con facilidad de México, ya que se puede argumentar que es de origen español”, señaló.
Para Miranda, el problema viene de hace siglos y es sistemático, ya que hay coleccionistas dedicados a lucrar con este arte y conocen bien su valor.
“Me sorprende que Michoacán no esté (con más presencia) en este listado, sabemos que hay saqueo ahí, me parece grave, pero si pensamos en la violencia y el narcotráfico que atraviesa ese estado es entendible que el tema quede relegado”, expresó.
Javier Martínez Burgos, académico la Facultad de Arquitectura de la UNAM y extitular del Departamento de Bienes Culturales del Patrimonio Universitario, señaló que el primer paso para detener este delito es construir un catálogo nacional, debido a que el arte sacro también es un bien nacional.
“Desde hace más de 40 años, estos robos pasaron de ser locales a estar asociados al lavado de dinero, grupos de narcotráfico y otras organizaciones criminales lucran con estas piezas y se insertan a un mercado negro que no tiene control. Hoy en día hay grupos especializados que se dedican a identificar estos objetos, los roban por encargo”, subrayó Martínez Burgos. (Con información de Xochiquetzal Rangel)