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"Me siento como un pájaro con alas cortadas, que se tira contra los barrotes de la jaula. ¡Déjame salir!, grita una voz dentro de mí".
Este relato de Anne Frank forma parte del diario que escribió entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944 en el contexto de la II Guerra Mundial.
La adolescente judía se escondió del régimen nazi en una casa de Ámsterdam durante la invasión alemana a los Países Bajos.
Ella, su familia y otros 4 judíos estuvieron recluidos en un anexo secreto de un edificio de tres pisos en el número 263 de la calle Rue Prinsengracht de la ciudad holandesa.
No salieron de la "casa de atrás", como llamó Frank al escondite, durante dos años para evitar ser detenidos.
De ahí la asfixia que transmiten esos dos renglones de su diario.
Pero al final, los nazis dieron con ellos y, si no hubiera muerto de tifus e inanición en el campo de concentración nazi en Bergen-Belsen, Alemania, este 12 de junio sería su cumpleaños.
La famosa autora cumpliría 90 años.
El diario que recibió como regalo en su decimotercer cumpleaños se publicó en Holanda en 1947 como libro póstumo con el título de "Het Achterhuis" ("El anexo secreto").
Rechazado por las editoriales
En los Estados Unidos, donde fue lanzado en 1952 y rebautizado como "El diario de una joven", fue rechazado por 15 editores.
"Tonto", "aburrido" e "inoportuno" fueron algunos de los adjetivos utilizados por el editor Alfred A. Knopf para justificar su rechazo.
"Es solo un monótono registro de disputas familiares típicas, trivialidades y emociones de adolescentes", dijo el dueño de la editorial que llevaba su nombre.
Durante décadas, la joven que conmovió al mundo contando la persecución nazi a los judíos provocó tanto el enfado de sus detractores -la obra del ensayista francés Robert Faurisson con su libro "El diario de Ana Frank: ¿es auténtico?" es un ejemplo de esto-, como la simpatía de admiradores como el líder sudafricano Nelson Mandela y el escritor estadounidense Philip Roth.
En 1960, la casa donde Ana Frank permaneció oculta desde los 12 a los 15 años se transformó en un museo. Desde entonces, recibe una media de 1,2 millones de visitantes por año.
"Cada año, a medida que disminuye el número de testigos presenciales del Holocausto, la importancia del libro crece", dijo Jan Erik Dubbelman, jefe del departamento internacional de la Casa de Ana Frank en Ámsterdam.
El diario "tiene mucho que enseñarnos sobre lo frágil que puede ser la vida y lo urgente y necesaria que es proteger la dignidad humana".
En BBC hemos recopilado siete preguntas sobre la joven autora que quizás no sabías.
1 -¿Cuántas versiones existen de "El diario de Ana Frank"?
La respuesta es cuatro.
La primera, llamada versión "A", es el manuscrito original sin cortes.
La segunda, o "B", es la versión revisada por la propia Ana.
Cuando escuchó en la radio, el 29 de marzo de 1944, que Gerrit Bolkestein, un miembro del gobierno holandés en el exilio, tenía la intención de convertir cartas, diarios y documentos similares en documentos históricos cuando terminara la II Guerra Mundial, la joven decidió reescribir el diario, usando nombres falsos para su familia, que pasarían de ser los "Frank" a los "Robin" y adoptaría el género epistolar.
"Imagina lo interesante que sería si publicara una novela sobre el "anexo secreto", solo el título haría que la gente pensara que es una historia de detectives", escribió radiante ese mismo día.
La tercera, o "C", es la versión editada por su padre, Otto Frank, en 1947.
En ella, omitió detalles que se consideraba innecesarios, como las reflexiones de su hija Ana sobre la sexualidad.
En un momento ella describe los genitales femeninos como un "agujerito tan pequeño que apenas puedo imaginar cómo un bebé puede salir de allí", o sus arrebatos de ira hacia su madre, Edith.
La cuarta y última, la "D", es la versión revisada, ampliada y organizada por el escritor y traductor alemán Mirjam Pressler.
Lanzada en 1995, la "edición final" de más de 700 páginas rescata los pasajes suprimidos por el padre en 1947.
2 - ¿A qué hora escribía Ana Frank su diario?
Solía ser por la tarde, cuando el resto de habitantes del "anexo secreto" tomaba una siesta.
El escondite, un laberinto de habitaciones de poco más de 120 metros cuadrados, se dividió entre la familia Frank (Otto, Edith, Margot y Ana) y la familia van Pels (el socio de Otto, Hermann, su esposa, Auguste y su hijo, Peter), así como un dentista amigo de las dos familias, Fritz Pfeffer.
Como la escritora compulsiva que era, Ana usó un diario, dos cuadernos y 324 hojas separadas de papel de colores para escribir y reescribir sus memorias.
Su día, la mayoría del tiempo, comenzaba temprano: alrededor de las 7 de la mañana saltaba de la cama para lavarse y tomar café.
Después de las 8:30, cuando los empleados llegaban a trabajar al edificio principal en el que estaba la "casa de atrás", no podía hacer ningún ruido.
Caminaba descalza o solo con los calcetines, evitaba los escalones más ruidosos de las escaleras, no usaba agua corriente, ni tiraba de la cisterna del inodoro.
Estaba prohibido toser, estornudar o reír. Hablar, solo en susurros.
Ana pasaba las mañanas leyendo y estudiando.
Alrededor de las 12.30, cuando los empleados salían a almorzar, su familia preparaba la comida y luego encendía la radio para escuchar las noticias de la BBC.
Dado que los ocho habitantes de la casa secreta, por medidas de seguridad, tenían prohibido salir del anexo, los que llevaban ropa y comida eran los cuatro trabajadores de confianza de Otto: Miep Gies, Johannes Kleiman, Victor Kugler y Bep Voskuijl.
Sólo se bañaban los sábados o domingos.
Por seguridad, las cortinas siempre estaban cerradas.
3- ¿Quién era Kitty, la persona a la que Ana dirigía gran parte de los mensajes de su diario?
Ni era su compañera de clase, como algunos sugieren, ni una amiga imaginaria, como especulan otros. Kitty Francken era una de las protagonistas de Joop ter Heul, una serie de cinco libros infantiles escritos por la novelista holandesa Setske de Haan, bajo el seudónimo de Cissy van Marxveldt.
Publicados entre 1918 y 1925, los primeros cuatro volúmenes narran la vida cotidiana de un grupo de amigos, desde la escuela hasta la maternidad.
Durante mucho tiempo, Ana dirigió sus cartas del diario a los personajes de la serie: Conny, Marianne, Phien, Emmy, Jettje y Poppie.
Hasta que, al enterarse por la BBC, que el ministro de Educación holandés, Gerrit Bolkestein, había prometido publicar los relatos de los sobrevivientes de la guerra, Ana decidió dar al diario el nombre de Kitty.
4- ¿Alguien alertó a los nazis de dónde se escondía o lo encontraron por casualidad?
Hasta diciembre de 2016, la hipótesis más aceptada era que Ana Frank y los demás residentes del "anexo secreto" habrían sido víctimas de una denuncia anónima.
Sin embargo, un estudio de la Casa de Ana Frank, coordinado por el investigador Gertjan Broek, indica que la casa de atrás se habría encontrado por casualidad.
Los nazis que descubrieron el paradero de los ocho habitantes el 4 de agosto de 1944, estaban investigando un posible fraude en la distribución de cupones de alimentos.
Dos meses antes, dos empleados de la misma empresa, Martin Brouwer y Pieter Baatzelaar, fueron arrestados por cargos de vender cupones ilegalmente.
"La hipótesis de la traición no está descartada", dijo en ese momento Ronald Leopold, director general de la institución, "pero deben considerarse otras hipótesis".
5- ¿Por qué algunos dudan de la autenticidad del diario?
Durante mucho tiempo, ha habido quienes han dicho, especialmente entre quienes niegan el Holocausto, que el relato de Ana Frank se habría falsificado.
Algunas teorías señalan a Otto Frank, el padre de Ana, como el verdadero autor.
Otros apuntan a Miep Gies, el secretario de la empresa que guardó las pertenencias que los nazis no se llevaron y, en junio de 1945, se las entregó al único sobreviviente de la familia.
A los escépticos sobre la autoría también se suma el dramaturgo estadounidense Meyer Levin, que fue el primero en tratar de adaptar el diario al teatro.
Uno de los muchos partidarios de esta tesis, Heinrich Buddeberg, un líder político alemán de derechas, fue procesado por difamación.
Sin embargo, varios forenses expertos en caligrafía contratados por el Instituto de Documentación de Guerra pudieron probar la autenticidad del diario.
6- ¿Ha expirado el "copyright" de la obra?
Según la Fundación Ana Frank, que posee los derechos del libro, no.
La institución, fundada por Otto Frank en 1963 y con sede en Suiza, afirma que él es co-autor de "El diario de Ana Frank", que se editó en 1947, y por esa razón los derechos de autor terminarán en 2051.
Según la ley holandesa, cualquier editorial puede publicar una obra literaria sin tener que pedir permiso o pagar los derechos de autor a los herederos el 1 de enero siguiente al 70 aniversario de la muerte del autor o del último autor vivo.
Otto Frank murió el 19 de agosto de 1980, a la edad de 91 años.
Traducido a más de 70 idiomas, el diario de Ana Frank ha vendido más de 35 millones de copias.
Desde su primera publicación, en 1947 en los Países Bajos y en 1952 en Estados Unidos, ha dado lugar a varias adaptaciones: desde películas, a documentales pasando por cómics, o proyectos de realidad virtual.
7- ¿Cómo fueron los últimos días de Ana Frank en el campo de concentración de Bergen-Belsen?
Nanette Blitz Konig, de 90 años, fue una de las últimas personas en ver a Ana Frank con vida. Las dos estudiaron juntas en la escuela secundaria judía de Ámsterdam.
Ya en la escuela, Ana mostró su pasión por la escritura.
Cuando uno de sus colegas le preguntó qué escribía tanto en su diario, ella contestó: "¡No es asunto tuyo!".
Su sueño era ser periodista o escritora.
Desafortunadamente, Ana y Nanette se encontraron nuevamente a través de una cerca de alambre de púas en el campo de concentración de Bergen-Belsen.
"Estaba calva y muy débil, parecía casi muerta", describe Nanette.
Ana y su hermana Margot murieron en febrero de 1945, con 15 y 18 años, respectivamente.
Sus cuerpos fueron enterrados en fosas comunes. El campo de concentración de Bergen-Belsen fue liberado por las tropas inglesas el 12 de abril de 1945.
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