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Ahora que el mundo católico está alborotado por el reciente apoyo del papa Francisco a la legalización de las parejas homosexuales , vale la pena destacar que en el Martirologio Romano -el libro de los santos de la Iglesia católica- se menciona al menos una pareja gay.
Eso concluyeron algunos investigadores cuando analizaron la historia de los soldados Sergio y Baco, que fueron martirizados en el siglo IV en Siria.
Como es común en biografías tan antiguas, no existe consenso sobre lo que es real y lo que es ficción.
Los pocos registros de la época están llenos de lagunas.
Pero el historiador estadounidense John Boswell (1947-1994), profesor de la Universidad de Yale, revisó la historia de estos militares romanos, basándose principalmente en un relato griego, del siglo V, y en una imagen que los representa a los dos, que data del siglo VII.
Boswell afirmó que los soldados habrían estado unidos por lazos homoafectivos, y lo dijo en el libro "Same-Sex Unions in Pre-Modern Europe" ("Uniones del mismo sexo en la Europa premoderna"), publicado en 1994.
El descubrimiento del historiador acabó siendo celebrado por la comunidad católica LGBT, especialmente en Estados Unidos.
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En el mismo año en el que se publicó el libro, el artista visual Robert Lentz, un fraile franciscano, hizo una reinterpretación de la imagen de los santos que fue exhibida en público por primera vez en el desfile del Orgullo Gay de Chicago, EU.
Para los estudiosos, este evento hizo que los santos se volvieran celebres dentro de la comunidad homosexual contemporánea.
La explicación
Aunque lleno de incongruencias, el texto conocido como "La pasión deSan Sergio y San Baco", originalmente concebido en griego, es el principal documento que habla de la existencia de la pareja.
Fue escrito alrededor del año 425, poco más de 100 años después de la muerte de ambos.
Según la biografía, se destacaron como soldados romanos de alto rango y fueron martirizados cuando acompañaron al emperador Galerio Maximiano (260-311) en un viaje a Medio Oriente.
En esa época, el cristianismo era perseguido por los romanos y Sergio y Baco profesaban su fe a escondidas.
Fue entonces cuando, durante el viaje, rechazaron participar en una ofrenda al rey Júpiter, en un templo pagano.
Eso los delató.
Pero se negaron a renunciar al cristianismo.
Ambos fueron obligados a vestirse con ropa de mujer, como una forma de burla y de tortura.
Baco no pudo soportarlo y murió.
Días después, Sergio fue decapitado.
Según Boswell, la forma en la que ambos son descritos en el texto, "unidos por el amor del uno al otro", se asemeja a como se describía en la época a las "parejas heterosexuales casadas".
Un ritual para legitimar la unión homosexual
Incluso habrían participado en un antiguo ritual de "hermandad", asumiendo un vínculo afectivo ante la Iglesia, llamado adelfopoiesis.
Para el historiador, esta conexión a menudo trascendía la amistad y el ritual acababa sirviendo para legitimar una unión homosexual.
Lo que apoyaría esta tesis sería el icono sagrado más antiguo conocido de la pareja, una imagen del siglo VII.
En ella, Sergio y Baco están representados al lado de la figura de Cristo, más pequeño, entre ellos.
Según Boswell, esa manera de retratarlos es equivalente a como se hacía con las parejas en la Antigua Roma, en la que "normalmente una divinidad" ocupaba este puesto como "una dama de honor supervisando el matrimonio".
"En las décadas de 1980 y 1990, las personas queer de fe tradicionalmente buscaban antepasados homosexuales, lésbicos y bisexuales", dice Marianne Duddy-Burke, directora ejecutiva de la ONG de personas católicas LGBT, DignityUSA.
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"Recuerdo haber visto una charla del difunto erudito John Boswell en la que abordaba la búsqueda de personas y rituales que reflejaban nuestra presencia a lo largo de la historia cristiana, incluidos los rituales de compromiso".
Él asegura que fue entonces cuando la devoción a figuras como Sergio y Baco "se hizo muy popular en la comunidad".
En el proyecto The Legacy Project, una iniciativa para dar a conocer a quienes contribuyeron a la causa y la cultura LGBT, hay una entrada dedicada a estos santos.
Vínculo estrecho
"El vínculo particularmente estrecho entre los dos hombres fue enfatizado desde los primeros informes", señala el texto.
"El registro más antiguo de su martirio los describe como "erastai" (amantes, en griego) y algunos eruditos creen que pueden haber estado unidos en el rito de la adelfopoiesis, una forma de matrimonio cristiano temprano para personas del mismo sexo".
El artículo también enfatiza que ambos, "aunque reconocidos como mártires", fueron "en gran parte pasados por alto por la Iglesia moderna".
"Hoy son invocados por gays y por cualquier persona marginada o perseguida por las autoridades por atreverse a seguir su corazón y conciencia", dice el texto.
Controversias
Los estudiosos del catolicismo, sin embargo, están lejos de ser unánimes con respecto a esta idea.
El "Martirologio romano", el catálogo de santos y mártires de la Iglesia católica, dedica una sola línea a los dos santos.
"En Betsáloe, en Augusta Eufratensis, hoy Siria, los santos Sergio y Baco, mártires, siglo III o IV", dice la entrada, con fecha del 7 de octubre del calendario católico.
"Nada más", comenta el teólogo y filósofo Fernando Altemeyer Júnior, jefe del departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP), en Brasil.
"No creo que podamos inferir una relación homosexual a partir de inscripciones. Creo que es un abuso histórico sin base documental. Son muchos los mártires masculinos y femeninos a los que se recuerda juntos", dice.
"Eso no quiere decir que hubo una afecto homosexual entre ellos. La crueldad contra los cristianos es suficiente para explicar el sangriento martirio".
Como le explica el investigador José Luís Lira, fundador de la Academia Brasileña de Hagiología, la entrada oficial de ellos en el "Martirologio" -entonces llamado "Actas de los mártires"- tuvo lugar en el "pontificado del papa Melquíades (270-314 )", es decir, entre los años 311 y 314.
"Lo que sabemos, por tanto, es que murieron en la Siria actual y que dieron la vida en defensa de la fe o, en términos canónicos, fueron martirizados por odiar la fe", agrega.
En cuanto a su supuesta orientación sexual, Lira se muestra cauteloso.
"He visto algunos de estos textos pero no existe una prueba contundente, ni siquiera de la contemporaneidad (de los relatos) con los mártires. La hipótesis (su homosexualidad) surge, principalmente en el siglo XX, es decir, prácticamente 1600 años después de su existencia", comenta.
Cabe mencionar que hasta el año 880 no hubo proceso de canonización para reconocer santos.
"Era por aclamación popular. Eran personas aclamadas, veneradas como modelos a seguir. El martirio por sí mismo era una forma de alcanzar la santidad. Morir por la fe era visto como una repetición del sacrificio de Cristo por los demás, por la humanidad", explica el vaticanista Filipe Domingues, PhD por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
"Es muy difícil definir, con los registros que existen hoy, si realmente eran homosexuales o incluso si realizaron ese ritual, la alianza de hermandad que, hoy, algunos historiadores interpretan como una alianza entre dos personas homosexuales que se amaban", prosigue.
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"Oficialmente, esto nunca fue reconocido como sacramento, de la misma manera que lo es un matrimonio. Realmente era un gesto entre dos amigos que querían considerarse hermanos en una mayor intimidad y llevaban a cabo la alianza".
Domingues reconoce que hoy son muchos los historiadores que ven el gesto como una forma de simbolizar la "intimidad erótica", prosigue.
"Evidentemente la Iglesia no lo reconoce de esa forma".
Uno de los elementos utilizados para debatir sobre la orientación sexual de Sergio y Baco es el relato de que fueron vestidos de mujer durante las torturas que precedieron al martirio que sufrió.
Domingues señala que esto puede ser una causa, no una consecuencia. Es decir, que han sido reconocidos como homosexuales precisamente porque les pusieron vestimentas femeninas durante el proceso de humillación; y no porque fueran ridiculizados, durante la tortura, vistiéndolos como mujeres por ser homosexuales.
La importancia para los católicos LGBT
El consultor del Vaticano y autor del libro "Building a Bridge: How the Catholic Church and the LGBT Community Can Enter into a Relationship of Respet, Compassion, and Sensitivity" ("Construyendo un puente: cómo pueden la Iglesia católica y la comunidad LGBTentablar una relación llena de respeto, compasión y sensibilidad"), James Martin, un sacerdote jesuita estadounidense, cuenta que los íconos religiosos son "para todos aquellos que tienen fe".
"Sirven como una invitación a la oración y como una ventana a una relación más profunda con Dios", explica.
"Así que no me sorprende que las personas LGBT encuentren ciertos iconos más atractivos" que otros.
No obstante, Martin asegura que los homosexuales no siempre recurren a figuras con antecedentes posiblemente homosexuales.
Muchos, por ejemplo, son devotos de la Virgen María, a quien ven "como una madre amorosa que los consuela en sus luchas".
Para el activista católico LGBT Duddy-Burke, el rescate de figuras como Sergio y Baco ayuda a los que no son heterosexuales, "tan a menudo vilipendiados y condenados", "a verse ellos también como parte de la tradición religiosa".
"Poder conocer a personas cuyas historias son similares a las nuestras y verlas elevadas a la santidad demuestra que hay un lugar para nosotros en la mesa sagrada", comenta.
"Es inspirador ver a personas como nosotros que, a pesar de las enormes dificultades y desafíos, persistieron en la fe". Duddy-Burke enfatiza que cuando puedes "ver tu realidad reflejada" en imágenes sagradas, te sientes más bienvenido y mejor acogido.
Autor de "Homofobia: la violación de los derechos humanos de los gays, las lesbianas y los travestis", el sociólogo y antropólogo Luiz Mott, profesor de la Universidad Federal de Bahía (UFBA) y fundador de la ONG Grupo Gay da Bahia, de Brasil, considera "muy importante" la divulgación de biografías como la de esta pareja de santos, "a pesar de toda la historia de homofobia de la Iglesia católica".
"(Estas historias) muestran que es compatible ser gay y ser un héroe de la fe, y ser bendecido. Por eso es importante que haya católicos que defiendan que hubo santos homosexuales", dice.
Por su parte, el pedagogo y activista Toni Reis, director de la ONG brasileña Grupo Dignidade, destaca que es "fundamental sacar del armario algunos entes históricos".
"Mientras más visible sea que ser homosexual es tan normal como la ser heterosexual, menor será el prejuicio".
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