“Fragmentos como residencia”, el libro de poemas del antropólogo y escritor Sergio Raúl Arroyo, es un álbum, un mosaico, una colección de experiencias provenientes de la lectura, la esfera artística y la atmósfera familiar más cercana, ligada al pensamiento y a la reflexión que lo mismo le han generado escritores, intelectuales, artistas, cineastas y creadores que van de Francis Bacon, Roland Barthes, Francisco Toledo, Francisco Hernández, Julia Herrera, Roald Dahl, Buster Keaton y Claudio Magris, entre muchos otros.
“Mi libro es una sucesión de fragmentos que están vinculados al lector, a una una persona que se ha dedicado buena parte de su vida a leer, pero también al cinéfilo o al observador de la calle también y al observador de la vida en familia, alguien que mantiene los recuerdos, estos recuerdos que finalmente son fragmentos en todos nosotros y que a final de cuentas los convertimos en un mosaico que constituye nuestra totalidad, esa suma de pedazos se convierten en un mapa o se convierten en una forma de nuestra realidad, es la totalidad con la cual vivimos a final de cuentas”, asegura Arroyo, en entrevista.
El ex director del INAH, reconoce que estos poemas que están reunidos en un libro que le ha publicado El Tucán de Virginia, son poemas que en realidad son resultado de trabajos que se empezaron hace muchos años, hace más de 35 años, con en un taller que daba David Huerta, en la Casa del Poeta, pero también, dice, algunos otros se hicieron hace apenas pocos meses atrás.
“En este libro de poemas aparecen personajes y obras que me han acompañado a lo largo de los años, son encarnaciones del afecto, del arte, del pensamiento crítico y también de la muerte, son cosas que llevamos siempre como formas que son parte de nuestra vida y también de la identidad, de mi identidad personal”, afirma el autor de este libro de fragmentos poéticos que se construyó a manera de un tejido que describe el tránsito que entrecruza diferentes depósitos de hechos, ideas, personajes y sentimientos incubados en la singular temporalidad y trayecto de la mente.
Están aquí poemas nacidos de los libros, la lectura, sus intrincados territorios, la peculiar experiencia que da significado al contacto humano, y que forman un encuentro con seres misteriosos e inteligibles, incognoscibles y expuestos. Textos que se rigen por esa frase de Walter Benjamin que decía “El fragmento es el material más noble de la creación humana”. Sergio Raúl Arroyo asegura que esa frase la advertía Walter Benjamin cuando redactaba El origen del drama barroco alemán, ese libro que tiene que ver con la melancolía y con la crítica de la modernidad.
“Tal vez algunas personas les ha sorprendido que yo haya hecho una inmersión en la poesía, pero la verdad es que esas personas no me conocen suficiente y piensan en mí básicamente como en un autor de ensayos antropológicos, es debo decir que es un hábito muy antiguo, es casi tan antiguo como mi vida y muy anterior a mi historia como antropólogo, escribo desde muy chico y lo que no hice fue publicar durante muchos años, lo guardé muchas cosas las dejé fui sumando materiales, fui perdiendo materiales en el camino como sucede con mucha gente, y fue justamente David Huerta quien me apoyó mucho para que yo empezara a publicar poesía”, cuenta.
Sergio Raúl Arroyo asegura que estos poemas son también una manera de mirarse así mismo, “los primeros poemas me hicieron continuar y revisar los más cercanos, en total son 28 poemas que publiqué, pero en realidad tengo más de 50 poemas escritor con temas relacionados a personajes, a obras, a películas; estos son los que quise publicar, los que considere que estaban listos para presentarse públicamente. Seguiré trabajando con otros quizá en otro contexto. Quizás los haré de manera suelta, porque lo que pienso hacer ahora es trabajar otra cosa, no quiero tampoco permanecer demasiado en estos poemas”.
Lo que quiso en este libro fue mostrar que sus ligas de identidad no han cambiado demasiado, “lo que sí me pareció importante y ahí los poemas presentaban una integridad absoluta, era en que yo no quería hacer semblanzas, no quería ser biografías exprés, no quería hacer nada que pareciera biográfico. Entonces tomé elementos que vienen de algunas lecturas, cosas que me habían quedado en la memoria”, señala.
Con este libro, el doctor en Arte y Antropología, ha publicado cuatro libros, los otros tres conforman la trilogía Caja Negra (“El temporal”, “Sobrevivientes” y “Origen”), pero también es autor de “Génesis personal/Ensamble” y “Once”. Entre sus ensayos antropológicos se encuentran “Andrei Tarkovsky. Tiempo sagrado, tiempo profano”, “Un lugar bajo el sol” y “Códex”.