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París. —“Nos falta honestidad planetaria, tener un deseo real de proteger este espacio y no comercializar con los productos de zonas deforestadas”, dijo ayer el fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, al presentar la exposición “Salgado-Amazonia”, que reúne en el museo de la Filarmónica de París alrededor de 200 fotografías, en blanco y negro.
La exposición es parte de su nuevo proyecto “Amazonia”, que le tomó siete años, y que incluye un libro editado por Taschen que se espera que en junio esté en México. La exhibición permanecerá hasta el 31 de octubre en París, y luego irá a Sao Paulo, Río de Janeiro, Roma y Londres.
La selva brasileña y 12 de los pueblos indígenas ese país son los protagonistas de esta exposición curada por la editora y ambientalista Lélia Wanick-Salgado, esposa del fotógrafo. Es a la vez una inmersión musical en un trabajo del compositor francés Jean-Michel Jarre, con base en el archivo del Museo de Etnografía de Ginebra, con sonidos orgánicos, electrónicos y naturales.
En esta conversación, el fotógrafo brasileño de 77 años aseguró que hoy el 18% de la selva ha desaparecido. Le habló a Pascal Huynh acerca de los pueblos indígenas: “El Amazonas no es solo un gran espacio, sino también una de las concentraciones culturales más importantes en el mundo: más de 300 pueblos diferentes y tantos idiomas”.
Dijo que la exposición tiene como objetivo nutrir el debate sobre el futuro de la selva amazónica. “Yo comencé este proyecto en 2013, consciente de la amenaza que pesaba sobre el destino de la selva amazónica. Mi proyecto continuó hasta 2019. Trabajé mucho con las tribus nativas, pero también con el ejército brasileño, que está desplegado para reprimir el mercado de la droga”.
Contacto con la prehistoria
Ayer, durante la presentación de la exposición, Salgado dijo a los medios de comunicación: “La Amazonia es indescriptible. Estar con los indígenas es como estar en contacto con el principio de la humanidad, con nuestra prehistoria. Tenemos suerte de poder tener contacto con ellos y por eso hay que protegerlos”.
Los retratos de comunidades como la ashaninka, korubo, los indios de zuruahã o marubo representan la mitad de la muestra. Imágenes intimistas en las que quedan también retratados como cazadores o en otras actividades de sus vidas cotidianas.
“Amazonia” tiene música de compositores brasileños: “El Mito de la Creación del río Amazonas”, sinfonía de Heitor Villa-Lobos, y melodías de Rodolfo Stroeter, autor de un retrato musical de los pueblos indígenas.
Convencido de que esta exhibición es un acto de compromiso político a favor de la defensa de la Amazonia, Sebastião Salgado definió como “depredador” al actual gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, pero recordó que la deforestación de la Amazonia empezó hace 40 años con la exportación masiva de madera, carne, soja y otros productos a Europa. “Nos falta honestidad planetaria, tener un deseo real de proteger este espacio y no comercializar con los productos de zonas deforestadas”.