La escritora y periodista española, Rosa Montero, está en la escritura de una trilogía que va bien y en marcha, pero ya ansiosa espera el lanzamiento el próximo 15 de enero, en España, y el 18 de febrero, en México, de la cuarta y última novela de Bruna Husky, la protagonista de sus novelas futuristas. El cierre de esta saga se titula Animales difíciles (Seix Barral, 2025) y representa la culminación de un proyecto literario extravagante, quizás, el que más, de toda su obra.
“Estoy súper ilusionada y emocionada porque la verdad es que me parece la mejor de las cuatro; por un lado, es un es una alegría para mí, pero por otro es un agobio”, dice la autora de esta historia que ocurre en el Madrid de 2111, donde la célebre detective Bruna Husky es contratada para investigar un atentado terrorista en las instalaciones de Eternal, una gran empresa tecnológica.
Las primeras pistas llevan a Husky hasta un periodista que va tras los pasos de uno de los asaltantes, pero cuando los implicados empiezan a desaparecer o a morir pierde el rastro. Así, la detective y su colega, el inspector Lizard, se verán atrapados en una trampa de muerte diseñada por una mente criminal aterradora en la que pone en evidencia que la inconsciencia de la sociedad ante la superinteligencia que estamos desarrollando.
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A la escritora nacida en Madrid, en 1951 lo que le interesa al escribir es la búsqueda del sentido de la existencia porque es el sentido de escribir ficción, “mi obra es muy muy poco autobiográfica en el sentido de que yo necesito alejarme de mi propia realidad, claro que una novela es todo lo que tú eres y entonces normalmente se transparenta de alguna manera tu sistema de valores más básica”.
Ella no comulga con hacer una narrativa utilitaria, “no puedes hacer narrativa animalista, ecologista, feminista, aunque yo como ciudadana, pues sea todo eso, pero la narrativa es un viaje de conocimiento, tú no escribes para enseñar nada, escribes para aprender y no puedes empezar ese viaje de conocimiento con las respuestas previas, así que yo he descubierto de alguna manera hace muy pocos años que escribir es como soñar, tú no escoges las novelas que publicas y no controlas lo que estás escribiendo, así que muchas veces escribes en la oscuridad y no sabes lo que estás haciendo, porque yo escribo ficción”.
La también autora de La loca de la casa, La buena suerte y El peligro de estar cuerda, cuenta que hace unos tres años tuvo una especie de revelación sobre su propia obra que no había detectado, “me di cuenta de que mis novelas, en general, tienen a personajes muy extravagantes y muy raros, no comunes, me di cuenta que verdaderamente escribo con y sobre personajes muy raros que hacen cosas muy raras y sin embargo, la gente se siente identificada con ellos”.
Y eso le parece un gran logro, porque aun partiendo de personajes muy raros y extravagantes, en los que la identificación es superficial, al final, los lectores terminan identificándose con ellos por el sentimiento básico de la vida.
“No es que mire alrededor, en realidad las historias que cuento suelen ser bastante raras, pero muy en el fondo dentro de cada uno de nosotros estamos todos, o sea, que muy en el fondo hay una parte que es absolutamente común para todos los humanos, aunque partas de una realidad aparentemente poco común, incluso un poco estrafalaria, al final descubres que en sus sentimientos, en sus emociones, en sus motivaciones están las mismas cosas que te motivan a ti, los mismos miedos, los mismos deseos”, afirma la autora de novelas, relatos y que ha trabajado para el cine y el teatro.
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Rosa Montero dice amar México, un país al que viene al menos dos veces al año desde hace 40 años. Lo define como una locomotora cultural y social tremenda “México es un país de gran potencia, con un refinamiento de Cultura y con una vitalidad, con una capacidad de extravagancia que me encanta. Creo que en España hay una admiración y una fascinación por México evidentemente”.
Por ello es crítica de esa intención de separar la historia común entre España y México. “Me parece todo tan artificial, estamos viviendo en un mundo en donde la política en todos los países es tan artificial, tan sectaria, tan de ir a los intereses de un partido, no del interés común, crean unos problemas tan falsos; y no es solamente entre México y España, sino en España entre partidos, México entre partidos, en todos los países estamos viviendo un momento político mundial importante donde imperan las políticas del odio. Eso da un poquito de miedo. No hay que dejarse marear por los manipuladores”.
En realidad, dice, lo que hay que celebrar es que somos una comunidad, que tenemos la riqueza increíble de una lengua, “no hay ninguna otra lengua que sea como la nuestra ni que esté en 20 países, que nos permita, con las diferencias culturales y lingüísticas de 20 países, ver esas riquezas y ver que esas diferencias no nos impiden entendernos, comunicarnos, relacionarnos”, concluye.