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Consolidado como uno de los representantes mexicanos de la novela negra y autor de libros que desentrañan las realidades del narcotráfico, el escritor Élmer Mendoza recibió ayer un homenaje por su obra, como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro de Coyoacán (FILCO), que este año celebra su segunda edición.
En el homenaje, realizado en el Foro Elena Garro de la FILCO y en el que el propio Mendoza estuvo presente, participaron la ensayista Magali Velasco Vargas, la escritora Mónica Lavín y el escritor Eduardo Antonio Parra, quienes comentaron parte de la obra del escritor y la importancia de su obra en la Literatura del Norte, además de la influencia que ha tenido el autor en literatura del narcotráfico o narcoliteratura, como también se le llama.
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La conversación inició con la participación de Magali Velasco, quien remarcó el trabajo de Mendoza como divulgador de la escritura y gestor cultural en diferentes lugares del país. “La suya es una literatura que contribuye a la literatura nacional, con sistemas lingüísticos, e identidades en zonas simbólicas como lo es el norte del país; Élmer asiste a todos los foros posibles, sabemos la gentileza y sencillez de su trabajo, es un entusiasta, solidario y amigo”, expresó la escritora.
Velasco señaló que, debido a la obra que ha escrito Mendoza sobre el norte del país, Culiacán pasó a ser un territorio diverso para la literatura mexicana.
“Élmer nos acercó a las identidades lingüísticas de Culiacán, su obra es ya canónica, es una punta de lanza para pensar nuestro presente mexicano, el cual es caótico e inasible, complejo y opaco, él es un punto de referencia de la crítica literaria y de sus lectores”.
La segunda participación fue del autor Antonio Parra, quien destacó la carrera literaria del escritor y sus novelas más emblemáticas, pero recalcó la amistad que caracteriza a Mendoza hacia sus colegas y lectores. “Un homenaje a Élmer Mendoza tiene que ser por dos caminos, por un lado, están los libros que ha escrito Élmer, que nos han llevado a imaginar otros mundos, a conocer a fondo el universo literario que forma parte de Culiacán y por otro lado está el amigo, él es un escritor muy querido por sus colegas y lectores”.
Por su parte, Mónica Lavín resaltó la obra de Mendoza desde el personaje de Edgar “El Zurdo” Mendieta, figura clave en algunas novelas del escritor, y señaló que Mendoza dejará un legado que se construye hoy desde “los lectores marcados por las cicatrices de los libros de la literatura del norte”.
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“Qué emoción ser testigos de un escritor que puso a Culiacán en el mapa literario y ser testigos de un escritor que nos dejó a ‘El Zurdo’ Mendieta, es un personaje hecho de palabras que tiene seguidores en el país, es clave en la novela negra”, expresó Lavín.
Al final del homenaje, Élmer Mendoza dedicó unas palabras al público, agradeció el homenaje y señaló que para hacer literatura se requiere de un gran trabajo y de valorar la amistad.
“No es común que se hagan homenajes a escritores de novela negra , que no pertenecemos a los círculos de poder; vivimos en un país donde no se lee o se lee poco, por eso estamos trabajando para que la gente lea más. La lectura es un mundo tan fascinante”, apuntó el también colaborador de EL UNIVERSAL.
En su discurso, Élmer Mendoza dejó ver su pasión por la escritura, y reiteró que para hacer literatura de calidad se requiere trabajo constante. “Las cosas no se consiguen de forma fácil, hay que trabajar. Yo no puedo quedar mal con mis amigos, con mis lectores o con mis editores”.