Venecia, Italia.— En el verano de 1969, el pintor Willem de Kooning (Róterdam, 1904 - Long Island, 1997) es huésped de honor en la ciudad de Roma, Italia. Ahí, por casualidad, se encuentra a su amigo el escultor Herzl Emanuel, quien lo invita a su fundidora a experimentar. Esto provocaría que el artista, a sus 65 años de edad, explorara una nueva técnica: la escultura en bronce. Sus piezas hicieron que al artista se le atribuyera la etiqueta de “expresionista puro”, como señaló el periódico The New York Times en 1972, tras la primera exhibición de sus esculturas. Este es un ejemplo de cómo fue que Italia, de una u otra forma, marcó la trayectoria de De Kooning. Y por primera vez, la relación del pintor y este país es analizada en una exposición, en Galleria dell’Accademia, Venecia.
Willem de Kooning e l’Italia se trata de la retrospectiva más grande que ha habido sobre De Kooning en Italia y es una de las exposiciones más relevantes, en el marco de la 60° Bienal de Arte de Venecia.
Se exhiben un total de 75 de sus obras, provenientes del MoMA, Museo Whitney, Guggenheim Bilbao, colecciones privadas y la Fundación Willem de Kooning. De estas piezas, 13 son esculturas pequeñas que hizo de Kooning en Roma en 1969, tras su encuentro con su amigo. El artista naturalizado estadounidense contó que hizo las esculturas “velozmente” y que las moldeó como si fueran plastilina con herramientas improvisadas, como una lata de refresco. Cuando las creó, tenía en mente una escena de descanso en la playa. Aunque de Kooning se divirtió creándolas, su galerista en Nueva York le advirtió que no era su mejor trabajo. Pero fue el artista Henry Moore quien alentó a De Kooning a continuar e incluso a trabajar a mayor escala.
La ventana de oportunidad para incursionar en la escultura no es la única vez que Italia intervino en el camino creativo del artista.
De Kooning tuvo un rapporto estrecho con la Bienal de Venecia, donde exhibió en seis ocasiones, de las cuales en tres fue parte del pabellón de Estados Unidos: 1950, 1954 (en ambas ocasiones presentó su obra emblema Excavation) y en 1956. Su gusto por la ciudad de Venecia lo hizo regresar a Italia en 1959, año en el que decide mudarse por cuatro meses a Roma. Ahí se codeó con artistas italianos como los abstractos Alberto Burri y Afro, este último le prestó a De Kooning su estudio durante su estancia. En ese espacio fue donde realizó su serie Black and White Rome. Sobre estas obras, el pintor dijo a la prensa italiana que se trataban de un intento de retratar “todo”: “la realidad de la naturaleza y el gesto de lo abstracto, mi visión de la humanidad y mis pensamientos. No quiero concentrarme en un problema preciso (...), sino en todos los problemas”, se lee en uno de los textos de sala.
En esta exposición, por primera vez se muestran juntas las pinturas Villa Borghese y A Tree in Naples, paisajes que pinta a su regreso en Nueva York, como un recuerdo de su estancia en Italia durante 1959.
“Estoy desarrollando lentamente una nostalgia por algo que ocurrió en el pasado reciente, que al mismo tiempo me parece lejano, pero estando así de cercano me es fuertemente familiar”, escribió De Kooning a Afro en una carta.
Después de 1969, Willem De Kooning ya no pudo regresar a Italia.
La muestra estará abierta hasta el 15 de septiembre de este año.