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Madrid. —El goteo de revisiones de obras literarias como las del británico Roald Dahl o la serie de James Bond han encendido la polémica sobre lo políticamente correcto y la cultura de la cancelación en las redes sociales y medios de comunicación, donde las críticas han hecho que, en algún caso, se dé marcha atrás.
Es lo que ha ocurrido con la editorial británica Puffin UK, que finalmente anunció que publicaría a finales de año la colección original de Dahl “para mantener los textos clásicos del autor impresos”, tras las críticas a la versión editada de sus novelas con modificaciones para eliminar lenguaje potencialmente ofensivo.
Las revisiones de los textos de Dahl, que no se producirán en sus ediciones en español, tanto en España como en Latinoamérica, han sido criticadas desde el primer momento por escritores, editores y políticos, entre ellos el propio primer ministro británico, Rishi Sunak. “Es importante que las obras de literatura y los trabajos de ficción se preserven y no se editen. Siempre hemos defendido el derecho al libre discurso y expresión”, indicó.
También el ministro de Cultura español, Miquel Iceta, afirmó estar “en contra de la utilización de filtros, de supuestos cánones de corrección o de la cancelación” de libros.
El presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, Daniel Fernández, advirtió que esa modificación de obras “en el marco legislativo español es ilegal”. “Si ahora vamos a ocultar que existía la esclavitud porque nos ofende es un disparate”, enfatizó el presidente de los editores.
La escritora Julia Navarro considera que, con estas posiciones, la sociedad actual se acerca cada vez más a la distopía de la novela 1984, de George Orwell; y el cineasta Nacho Vigalondo cree que, por detrás de estas cuestiones, “siempre se esconde la necesidad de unos pocos de maquillar el pasado para forrarse un poco más en el presente”.
En el caso de las novelas del espía James Bond, está previsto que desaparezca la palabra “negro” (sic), con la que en inglés se designaba a los esclavos de esa raza. Y se introducirá una advertencia que recordará que “este libro fue escrito en un momento en que términos y actitudes que podrían ser consideradas ofensivas por los lectores modernos eran habituales”
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