Para celebrar el 125 natalicio del artista , el Museo Nacional del Arte () presenta la magna retrospectiva Santos Balmori (1898-1992). La huella indeleble. La exposición, que se inauguró ayer, cuenta con más de 300 obras del artista y fue curada por María Estela Duarte y Gerardo Traeger.

Balmori nació en la Ciudad de México, pero parte de su vida la hizo en Europa, en particular en España, donde estudió arte en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Ahí tuvo de profesor a Joaquín Sorolla —de quien en este año se conmemora su centenario luctuoso—, y fue compañero de estudios de Salvador Dalí.

En el recorrido de la muestra se pueden ver desde sus trabajos publicitarios y de ilustración —como un comercial del refresco Orange Crush y portadas para las revistas Futuro, Amauta y Monde, que eventualmente se convirtió en el periódico Le Monde—, hasta pinturas como un retrato a Gandhi, quien posó para el mexicano, y obras alusivas a momentos históricos como la Guerra Civil en España.

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Aunque Balmori regresó a México en 1935 y fue contemporáneo de los muralistas, su formación europea lo separó de la Escuela Mexicana de Pintura y su obra se caracterizó por su estilo vanguardista europeo, teniendo entre sus referentes principales a Pablo Picasso.

La muestra está dividida en ocho núcleos que repasan la vida del artista: “Gabinete personal”, “Europa, carteles e ilustración”; “Artes escénicas”; “Época negra”; “Mujeres”; “Educación, alumnos y trazos”; y, finalmente, “Espacios y tensiones”.

La investigación para esta exposición fue un proyecto que llevó tres años al equipo de investigación del Munal y se trabajó a partir de los archivos del propio Balmori. “El propio artista nos fue dando pautas. Hay muchos manuscritos, su letra era muy francesa, a veces muy difícil de comprender, y había mucha crítica y hemerografía”, así describe Duarte el archivo.

En la exposición se abordan motivos clave en la obra de Balmori, como la figura femenina, la mitología griega y prehispánica, así como la danza. En la década de los 50, el artista fue director de la Academia de Danza, por invitación del artista Miguel Covarrubias, quien entonces era director de Danza en el INBAL.

El legado de Balmori tuvo impacto en varias generaciones de artistas, pues por más de 30 años fue profesor de arte en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda —ahí enseñó dibujo al desnudo—, y en la Academia de San Carlos —donde impartió las clases de pintura y composición—. Esta faceta se aborda con la exhibición de obras de sus alumnos, como Luis López Loza, Pedro Coronel, Juan Soriano y Luis Nishizawa.

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La muestra concluye con las obras que realizó ya en jubilado;se trata de ejercicios de composición a los que agregó hilos de forma aleatoria para investigar sobre “el control y el azar”, explica Traeger.

En el marco de la exposición habrá conferencias y conversatorios presenciales que reúnen a destacados especialistas en Santos Balmori, así como actividades para niños y jóvenes en la sala didáctica que se diseñó para esta ocasión.

Santos Balmori (1898-1992). La huella indeleble estará abierta al público hasta marzo de 2024.

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