“Seremos plurales, incluyentes y propositivos, seremos tradicionales y contemporáneos, seremos osadas y responsables”, es como se presentó este jueves Claudia Curiel de Icaza (Ciudad de México, 16 de agosto de 1979) como la próxima Secretaria de Cultura federal, en el gobierno de la futura presidenta, Claudia Sheinbaum.

Aunque desde hace un mes sonaba entre la comunidad cultural Susana Harp como posible titular de esta dependencia, el nombramiento de Curiel de Icaza no sorprendió, pues era la otra contendiente fuerte, dada su cercanía con , para quien desde enero de 2022 trabajó como secretaria de Cultura de la Ciudad de México.

Curiel de Icaza es licenciada en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), universidad en la que ocupó los cargos de subdirectora de la Casa del Lago y subdirectora de programación de la Dirección General de Música.

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Sheinbaum destacó que aunque es joven, cuenta con 20 años de experiencia.

Como titular de la Secretaría de Cultura en la CDMX, el trabajo de Curiel se destacó por crear el reglamento de la Ley de Espacios Culturales Independientes, así como por la organización de eventos masivos, entre los que destacan los conciertos gratuitos que ofrecieron Grupo Firme, Rosalía, Interpol, por mencionar algunos ejemplos. Bajo su gestión también se hicieron varias declaratorias de patrimonio inmaterial de la capital, como la de los sonideros y el Tianguis Cultural El Chopo.

Este tipo de acciones son las que llevaron a Sheinbaum a destacar el trabajo de Icaza en el impulso de la cultura popular y alternativa, junto a la implementación del plan de retiro voluntario con pensión para los músicos de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México.

“Su paso por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México fue vistoso por los eventos masivos. Pero la situación en Faros y espacios culturales de la ciudad no es la idónea”, dijo Gerardo Ochoa Sandy, periodista y exagregado cultural de embajadas, sobre la gestión de Curiel de Icaza en la capital.

Por su parte Ana Elena Mallet, curadora independiente, señaló que en la Ciudad de México “no ha habido una política cultural” y que el trabajo se redujo “hacer espectáculos populares, gratuitos. Pero no ha habido una diversidad en las propuestas ni se ha atendido a la comunidad cultural, ni museos ni espacios culturales de la ciudad”.

El nombramiento de Curiel de Icaza ha causado emociones encontradas entre miembros de la comunidad cultural entrevistados por este diario, desde falta de entusiasmo hasta esperanza.

Carlos Lara, experto en política cultural y derechos culturales, dice que la funcionaria inyecta frescura y considera que su perfil “es un gozne entre lo público y lo privado, conoce muy bien esa relación, lo cual creo que va a ser bueno”.

Eduardo Cruz Vázquez, especialista en políticas culturales e integrante del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura, también percibe frescura en el nombramiento de la historiadora, pues considera que se trata del rostro de una generación diferente en el ámbito del quehacer gubernamental en cultura. “Por edad y por experiencia, es de perfil operativo, de administración y de liderazgo para la organización de políticas”.

Ochoa Sandy indica que es mejor esperar a ver cómo será su gestión, aunque reconoce que Curiel “tiene experiencia como productora, pero no tanto como diseñadora de políticas culturales”. Sobre el discurso que dio la funcionaria, dice que fue vago y “pudo haber sido la oportunidad para que se refiriera a la cultura de México desde una concepción más amplia. Le faltó un posicionamiento más claro en este aspecto de política cultural”.

“No me sorprende. No me entusiasma”, es la reacción de Mallet, quien aprovecha para recordar que una lección que dejó la actual administración cultural es que “si la comunidad seguimos emprendiendo y haciendo, tendremos un ecosistema que funcione, a pesar de la Secretaría de Cultura y sus funcionarios”.

En su caso, María Minera, investigadora y crítica de arte, percibió en el discurso de Curiel de Icaza continuidad, lo que le preocupa:

“Temo mucho que haya una continuidad para mal, en el sentido que no se tiene una idea de Cultura más complejo, sino una plagada de lugares comunes, donde escuchamos a Curiel repetir las frases, que ya son mantra, de las personas cercanas a la 4T sobre el humanismo mexicano y sobre la idea que se tiene de no atender los intereses privados, comerciales, sino a las comunidades; cosa que no vimos que sucediera en este sexenio. Me pregunto cómo se puede transformar un país con lugares comunes; con políticas públicas que no atienden las necesidades puntuales urgentes de las comunidades”.

Con una visión más enfocada en el problema que atraviesa el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) —como la falta de presupuesto y malas condiciones laborales—, Bolfy Cottom, especialista en legislación de patrimonio cultural, ve en la llegada de Curiel de Icaza una esperanza para resolver la situación del Instituto, “pero hay que decir que ella enfrenta retos muy complejos que para nada tienen que ver con la situación de la CDMX”; y apuntó que personal del INAH ya buscan entablar diálogo porque “El INAH ya no puede más” y esperan apertura por parte de la historiadora.

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Expectativas

Una larga lista de retos en el sector enfrentará la historiadora y gestora cultural Claudia Curiel de Icaza, como nueva secretaria de Cultura, entre los que está la conclusión, puesta en marcha y operación de los dos grandes proyectos sustantivos de la llamada Cuarta Transformación: Proyecto Chapultepec Naturaleza y Cultura y el Tren Maya. También está pendiente la consolidación del Reglamento Interior de la Secretaría de Cultura, y resolver las crisis laborales que arrastra la dependencia en el sector central y en las instituciones que dependen de ella, como son la irregularidad en las contrataciones de sus trabajadores, la falta de pagos y la tensión entre sindicatos y autoridades.

Hay una preocupación en la que coinciden varios entrevistados y es que en el gobierno de Sheinbaum se replique la dinámica que sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador y Alejandra Frausto, actual secretaria de Cultura Federal:

“Esperaría que no repitiera este modelo de quien se va, que fue prácticamente decir todo al Presidente que sí, aplaudir todo, incluso las medidas que fueron en contra de la comunidad cultural”, dice Lara.

Para el especialista Ochoa Sandy, el primer reto de Curiel será identificar al lugar al que llega, pues advierte que no es la misma dimensión de responsabilidad llevar cultura de la capital a la cultura federal, donde se enfrentará al manejo de instituciones como INBAL, INAH, IMCINE, pero también a áreas como la educación artística nacional y al sindicalismo cultural. Por lo que necesitará de “un equipo de trabajo 100% de confianza y capacidad que la blinde para comenzar a sortear los desafíos”.

Otro reto principal que percibe Mallet es el tema de defender un presupuesto digno para la Secretaría de Cultura. Sobre este punto, Ochoa bseñala que será difícil por factores que están fuera del control de la nueva secretaria, pues la Cultura se verá opacada ante la deuda del país, la incertidumbre de la inversión extranjera y el mercado, por lo que podría suceder en relación con el Poder Judicial y el aviso que ya hizo la virtual presidenta sobre el aumento de pensiones.

Mallet agrega que otras expectativas en la nueva administración son restablecer el diálogo con la comunidad cultura, que se dé valor a las industrias culturales y se impulse a la iniciativa privada más allá de pedirle “el charolazo”, “sino con políticas culturales, políticas fiscales y leyes de mecenazgo transparentes”.

Para Cottom, Curiel de Icaza tendrá que lidiar con las consecuencias que deja la administración actual: “ la destrucción cultural y ambiental, y yo diría que las consecuencias sociales están por venir. El INAH está en uno de sus momentos más crudos y difíciles y hay que resolver. No dudo que ella nos llame a dialogar”.

Para el flautista Horacio Franco, se deberá encontrar un balance en el mecenazgo a las culturas tradicionales y el resto de la cultura. “Se les había abandonado, (pero) la gran misión siguiente va a ser balancear estos apoyos; se va a necesitar mucho presupuesto”.

“Si a ella le va bien a nosotros a nosotros nos va bien”, concluye Cottom.

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