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Dejado en ruinas por los yihadistas , el célebre museo de Mosul y sus tesoros de 2 mil 500 años de antigüedad tendrán una segunda vida gracias a los esfuerzos de restauración respaldados por expertos franceses.
Numerosas piezas del museo fueron destrozadas cuando combatientes del grupo Estado Islámico (EI) tomaron la ciudad norteña de Mosul en 2014, y la convirtieron en su centro de poder durante tres años.
"Debemos separar todos los fragmentos (...) Es como un rompecabezas, intentas recuperar las piezas que cuentan la misma historia", explicó el restaurador Daniel Ibled, enviado por el museo francés de Louvre, que apoya a los empleados del museo iraquí.
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"Poco a poco logras recrear la pieza completa", acotó.
Cuando los yihadistas de EI controlaban la ciudad, se filmaron martillando los tesoros preislámicos que consideraban herejes, y divulgaron las destrucciones en un video publicado en febrero de 2015.
Las piezas más grandes y pesadas fueron destruidas con fines de propaganda, y las más pequeños fueron vendidas en el mercado negro internacional. Las cicatrices de la destrucción aún persisten.
En el piso de entrada al museo, se ven las barras de acero retorcido de los cimientos. En otras salas, piedras de varios tamaños están dispersas, algunas con grabados de patas o alas de algún animal o con inscripciones cuneiformes. Los fragmentos más pequeños están alineados en una mesa y los expertos intentan clasificarlos.
Los esfuerzos actualmente se centran en un león alado de la ciudad de Nimrod, joya del imperio asirio, dos toros alados con cabezas humanas, y la base del trono del rey Ashurnasirpal II.
Estas piezas, muchas de las cuales datan del primer milenio A.C, son restauradas con financiamiento de la Alianza Internacional para la Protección del Patrimonio Cultural en Áreas de Conflicto ( ALIPH , siglas en inglés).
Además del Louvre , hay respaldo del Instituto Smithsonian de Washington que brinda capacitación a los equipos del museo, así como del Fondo Mundial de Monumentos, que trabaja en la restauración del edificio.
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La base del trono del rey asirio, cubierto con escritura cuneiforme, parece casi terminada.
Algunas piezas pequeñas están sujetas por bandas elásticas o pequeños anillos metálicos.
"La base del trono fue pulverizada en más de 850 piezas", explicó Choueib Firas Ibrahim, un experto en estudios sumerios que trabaja en el museo. "Hemos rearmado dos tercios de ellos".
Para algunas piezas, escribir fragmentos o líneas rectas ayuda a los equipos a unirlos como un rompecabezas gigante.
"Leímos las inscripciones de la base y pudimos reubicar las piezas en su lugar", indicó el restaurador Taha Yassin.
Pero otras piezas sin "una superficie plana o inscripciones" resultan mucho más complejas, explicó Yassin.
Un año después de que las tropas iraquíes retomaron Mosul en 2017, el museo recibió una donación urgente para recuperar su antigua gloria.
Tras los aplazamientos por la pandemia , el director del museo, Zaid Ghazi Saadallah, espera que los trabajos de restauración concluyan en cinco años.
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Pero quedarán muchos vacíos: "la mayoría de las piezas fueron destruidas o saqueadas", lamentó Saadallah.
Irak sufrió durante décadas el saqueo de sus antigüedades, en especial después de la invasión dirigida por Estados Unidos en 2003, así como con la posterior llega del EI.
Ante ello, el gobierno actual dijo que la repatriación de piezas es una prioridad.
El Louvre comisionó a 20 personas para apoyar las tareas de restauración, dijo Ariane Thomas, directora del departamento de Antigüedades de Cercano Oriente, del Louvre.
Siete expertos franceses se turnarán visitando Irak para ayudar a orientar el proceso restaurador, que se realiza con unos 10 empleados del museo. Una vez completada la restauración, se realizará una exhibición en línea para develar la obra.
"Cuando dijimos que con tiempo, dinero y conocimiento se podrían revivir incluso las obras más dañadas, esto lo comprueba", afirmó Thomas.
Obras que estaban completamente destruidas ha comenzado nuevamente a tomar forma", agregó.
jgt/melc