Tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, Morelos tuvo 259 inmuebles afectados; 28 meses después, el Instituto Nacional de Antropología e Historia dijo que concluyó la restauración en 132 de esas edificaciones con valor histórico.
En el último cuatrimestre de 2019 se concluyeron los trabajos en 13 inmuebles: capillas, iglesias y un santuario, siete de ellos localizados en los municipios de Ocuituco y Tepalcingo; además de los monumentos arqueológicos deteriorados en Chalcatzingo y Chimalacatlán, sitios ubicados respectivamente en Jantetelco y Tlaquiltenango.
En la localidad de Ocotepec, en Cuernavaca, se finalizó la intervención de la Capilla del Calvario, mientras que en el municipio de Tetela de Volcán se entregó la Capilla de San Miguel, lo mismo que la Capilla de San Juan Bautista en Yautepec, y la iglesia de Santo Domingo, en Ticumán, ayuntamiento de Tlaltizapán.
Los inmuebles intervenidos entre septiembre y diciembre del año pasado contaron con recursos del seguro contratado por el Instituto, y corresponden a aquellos con categoría de afectación 2, es decir, moderada.
El arquitecto Fernando Duarte Soriano, coordinador de la Sección de Monumentos Históricos del Centro INAH Morelos, dijo que se puede tener certeza de que la estructura de los muros, bóvedas, campanarios, cúpulas, contrafuertes y todos los elementos que fueron dañados, “están recuperados”.
Pese a que la restauración ya fue concluida, Fernando Duarte Soriano recomendó no usar los edificios al 100%: “Sobre todo los campanarios, hasta que los materiales se encuentran totalmente consolidados, y entonces sí fijar una fecha de entrega. Se trata de garantizar que estos espacios sean seguros para su reapertura al culto”.
Sobre el proceso de intervención. el funcionario indicó que uno de los criterios principales ha sido la utilización de materiales compatibles con el sistema constructivo original de estas edificaciones: el uso de la cal con arcillas y arenas, y restitución con mamposterías; técnicas que serán la guía para las autoridades eclesiales y los parroquianos cuando se necesite de nuevas reparaciones.
Agregó que al menos una vez al año se debe dar mantenimiento a las iglesias, en especial a las cubiertas. “Como parte de estas tareas también estamos retirando agregados como losas de concreto o estructuras metálicas y, en la medida de lo posible, recuperar la fisonomía con los materiales originales de fábrica”.
Duarte señaló que este año tienen como meta comenzar el proceso de intervención en los monumentos restantes.