La música siempre ha llenado mi entorno. Soy un alma vieja y normalmente escucho lo que mi mamá ponía cuando yo era niña: Camilo Sesto, José José, José Luis Perales, Pandora y Juan Gabriel. Este ambiente musical influyó en que decidiera dedicar mi vida a un género lleno de complejidad y belleza: la ópera.
Darle vida a un personaje de ópera implica todo un proceso: primero hago una investigación del contexto histórico y de la pieza, leo el libreto y el material en el que se basa. Luego realizo una traducción palabra por palabra de mis textos para tenerlos claros y entendidos. También hago un análisis del personaje: ¿de dónde viene?, ¿a dónde va?, ¿qué lo motiva? Estudio la música y me aseguro de que estén correctos ritmo, notas, pronunciación y estilo. Finalmente voy con un coach y/o mi maestro de canto para interpretar la pieza el mayor número de veces posibles, corrigiendo los errores y permitiendo que la música se vaya asentando tanto vocal como emocionalmente.
Fue este método el que me permitió ser merecedora del primer lugar en el Concurso Internacional de Canto Meistersinger en Austria en 2019 y ganadora del Encouragement Award en el Metropolitan Opera Nacional Council Auditions Middle Atlantic Region el mismo año. Y, por supuesto, tengo muchas metas para el futuro. Por ejemplo, me encantaría muy pronto cantar la Charlotte de Werther, de Jules Massenet; es un personaje con el que me siento muy identificada.
Claro que para llegar alto hay muchísimo esfuerzo en el camino, por ejemplo, uno de los desafíos más grandes, desde mi perspectiva, es la cantidad de música que debes aprenderte en los inicios de tu carrera. Al principio, casi todo es debut. Luego comienzas a repetir títulos y repertorio y esto permite que las piezas maduren y mejoren. Pero todo vale la pena por lo que se siente al subir al escenario, el cual es un regalo y hay que tenerle el respeto que merece. Es un compromiso y una responsabilidad enorme prepararte y entregarle al público lo que vino a escuchar. Somos muy privilegiados de poder darle a la gente un momento de magia que la entusiasme y acompañe en su día a día. Cada función me llena y me nutre.
Creo que hoy en día la ópera está más vigente que nunca. Los medios de comunicación han favorecido su difusión. Por ejemplo, en México, la Ópera de Bellas Artes está llenando sus funciones. Además, el uso de las redes sociales para romper los tabúes de la ópera está funcionando para atraer al público joven. No se puede amar lo que uno no conoce. Generar contenido que la explique y facilite su acceso hará que las personas sientan curiosidad por acercarse.
Para finalizar me gustaría decir que colaborar con Fundación UNAM ha sido una experiencia inolvidable. Me siento muy contenta de hacer mi debut con la Sinfónica de Minería y cantar por primera vez tanto en la Sala Nezahualcóyotl como en el Teatro Bicentenario. Nos recibieron muy cálidamente y me he sentido como en casa.