El personaje de "" lleva en la espalda todos los objetos que irá utilizando en escena. Su historia, a grandes rasgos, es la de un ser errante que, contradictoriamente, cuenta algunos de sus recuerdos con la pretensión de deshacerse de ellos y quedarse sin historia, cuenta Diana Gómez, artista multidisciplinaria, que presentó esta obra ayer en el Teatro Cervantes de Guanajuato dentro de la programación del .

La obra, cuenta la dramaturga y directora oaxaqueña, se enmarca en el teatro físico-objeto, aunque tiene  momentos performáticos y de danza. "Podría compartir que justo mi formación ha sido multidisciplinaria, siempre con la intención de buscar un lenguaje propio, lo cual  desdibuja si se trata de performance, danza o teatro porque al final hago las cosas a mi propia manera", abunda Gómez, quien se formó en varios talleres de la compañía Odin Teatret, cuyo trabajo transdisciplinario la marcó, así como el reconocimiento del teatro como un punto de confluencia entre el cuerpo, la música, la literatura, la plástica y demás disciplinas.

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El hilo conductor, el motor o aquello que le ha permitido llevar a cabo sus trabajos, por decirlo de alguna forma, es tener como punto de partida el deseo de aquello que se quiere decir. "Hago uso de todos los recursos que tengo y dejo que, lo que quiero contar, pase por el camino adonde voy. Yo tengo una idea para esta obra: recrear la fantasía de un ser que olvida su historia. Y sólo así, voy haciendo uso de los recursos que tengo", cuenta.

A la historia la detonó una reflexión: ¿nuestra historia es todo lo que somos?, ¿nuestra historia puede definir lo que somos como nuestro ser? Al final, dice la artista, siempre que uno quiere contar quién es, es necesario hacer uso del caudal de vivencias propias.

Un momento interesante en "Residuos (lo que queda de mí)" es cuando este ser, el personaje principal, se encuentra con otro que no puede recordar nada. En la obra, entonces, se alude a "Funes, el memorioso", cuento de Jorge Luis Borges sobre un hombre con memoria absoluta. La imagen del hombre que no puede poseer ninguna memoria, que olvida todo, es contrapuesta a la de aquel que recuerda cada segundo de su vida. Ambas condiciones los atormentan y les hacen desear la existencia del otro, explica Gómez: "Me interesa mostrar la contradicción que hay en el ser humano y que es natural. Si buscas olvidar, ¿qué tanto es verdad que uno olvida? Eso que se olvida no deja de existir, en algún momento sale a la luz otra vez".

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"Reflexionar en esto me llevó a crear la fantasía del ser que busca deshacerse de su historia para ir más allá: tocar la esencia de su ser está más allá de su historia, de lo que pretende ser y de lo que desea. Cree que es necesario dejar esto atrás para fundirse con la existencia. Una existencia que no es sólo lo que somos como seres humanos, sino que abarca la naturaleza y el universo infinito".

Por último, la artista dice que su deseo es que el espectador asuma su existencia individual como parte de un tejido o un engranaje metafísico más complejo. "¿Lo que hemos vivido es todo lo que somos? Ese ser individual es parte de todo", concluye.

"Residuos (lo que queda de mí)" se presentará, como parte del Circuito Cervantino, en La Salle de León, Guanajuato; el día 26 en Morelia, Michoacán y el 30 y 31 de octubre en Campeche.

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melc

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