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Luego del sismo del martes por la noche de magnitud 7.1 al suroeste de Acapulco, Guerrero , el equipo de conservación del Proyecto Templo Mayor-INAH realizó una inspección y encontró daños, como desprendimiento de aplanados de estuco y nuevas grietas; sin embargo, “no hay percances qué lamentar”.
El arqueólogo Leonardo López Luján , director del Proyecto Templo Mayor (PTM), informó a través de una serie de mensaje en Twitter sobre las afectaciones tras el sismo del martes pasado, esto después de una inspección que se llevó a cabo ayer miércoles.
En la zona, dijo López Luján, se detectaron principalmente cuatro daños. El primero, fue el desprendimientos de los aplanados de estuco, principalmente de los muros este y norte del Templo Mayor.
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También se detectaron nuevas grietas en la plataforma de la Etapa II, en la esquina NW de las etapas III-IV y en el muro de la plataforma norte del Templo Mayor, así como nuevas grietas en la esquina NE del Edificio B.
En tanto que “viejas grietas se abrieron de nuevo por doquier”.
Sin embargo, pese a toda esa serie de daños, “afortunadamente no hay percances qué lamentar en las pinturas murales, ni en las esculturas adosadas”, dijo López Luján, quien también compartió un mapa del sitio arqueológico en donde fueron ubicados los puntos con los daños ocasionados por el sismo.
Ante la pregunta de un usuario de si se corre el riesgo de un derrumbe por un sismo fuerte, el arqueólogo respondió: “No, en absoluto. Nuestros equipos de conservación actuarán al respecto, pero es claro que no hay daños severos, ni ningún peligro de colapsamiento”.
Esta serie de daños no son los más recientes en la zona arqueológica, pues el pasado 28 de abril, una de las cuatro techumbres metálicas que protegían los vestigios arqueológicos colapsó después de una fuerte lluvia. Sin embargo, cuatro meses después, no ha sido atendida.
fjb