Más Información
Oposición se lanza contra extinción de órganos y elección judicial; diputada de MC llama a interponer controversia constitucional
Diputados avalan súper secretaría de García Harfuch; SSPC investigará delitos y coordinará inteligencia a nivel nacional
Con prórroga o sin ella, elección judicial va, asegura Taddei; afirma que presupuesto de 13 mmdp no es ninguna “ocurrencia”
Así fingió “El Guacho” su muerte para vivir en Estados Unidos; su esposa es hija de “El Mencho”, líder del CJNG
INE aprueba calendario y programa de trabajo para elección judicial; hay un retraso del 15% en actividades
“La poesía de David Huerta tiene la fuerza de la autenticidad, encarna un presente propio”, asegura María Baranda; “fue, sobre todo, un poeta que nunca dejó de crecer. Ambicioso, culto, fino”, afirma Fernando Fernández; “los atributos de la poesía de Huerta son muchos y variopintos. Quizá lo que más llama la atención es la suprema libertad de su virtuosismo lírico”, apunta Hernán Bravo Varela. Los tres poetas y amigos de Huerta lo celebran como una voz imprescindible de la poesía contemporánea en lengua española.
Alrededor de la obra y la figura de David Huerta, el poeta, ensayista, traductor, maestro y columnista de EL UNIVERSAL , estos poetas y amigos —además de Coral Bracho y Marcelo Uribe, quien fue además su editor en Ediciones Era—, se reunirán mañana, a las 19 horas, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, para rendirle un homenaje póstumo al autor de Incurable, quien falleció el 3 de octubre de 2022, a los 72 años.
Pero ¿cuáles son los atributos de la poesía de David Huerta que les legó a los poetas y cuáles los valores de sus textos ensayísticos, traducciones, periodismo cultural y su magisterio?
Lee también: Los cambios en Netflix, el nuevo DT de la Selección y el globo chino derribado en los memes de la semana
María Baranda es categórica al señalar que la poesía de David Huerta tiene la fuerza de la autenticidad, y que él “nos enseñó la devoción por la palabra exacta”, pero además “nos mostró que toda historia se cuenta y se percibe a golpe de sílaba. Abrió un sitio posible entre el ensayo, la poesía y el magisterio, donde la voz de los otros son siempre sus lectores”.
Del poeta y ensayista nacido el 8 de octubre de 1949, que fue hijo del también poeta Efraín Huerta , el poeta y editor Fernando Fernández, asegura que David era un profundo conocedor de la tradición y del oficio, así como de la historia de la poesía. “Fue, sobre todo, un poeta que nunca dejó de crecer. Ambicioso, culto, fino, que hasta los últimos meses de su vida estuvo probando nuevas formas de expresión poética. Cuenta Verónica Murguía, su mujer, y lo sabemos sus amigos, que él constantemente estaba escribiendo poemas, entre sus muchas actividades”.
Por su parte, el también poeta y traductor, Hernán Bravo Varela, reconoce que los atributos de la poesía de Huerta son muchos y variopintos. “Huerta observa, estudia y anota los hallazgos de la imaginación poética como si su obra fuese el resultado de un estado febril que une el delirio a la lucidez, la imagen del mundo a los fantasmas que lo habitan”.
El poeta del asombro
La poeta María Baranda celebra en David Huerta la devoción por la palabra exacta, “la que tiene el poeta en el ojo, pero la guarda el niño en la mano: la del asombro”, afirma y agrega que su poesía “encarna un presente propio que es de todos a la vez y que a él lo hace consolarse y así establecer una épica turbulenta como los tiempos que nos tocan vivir”.
A Hernán Bravo Varela lo que más le llama la atención es “la suprema libertad de su virtuosismo lírico”, afirma, que le permitió a David Huerta pasar del verso al versículo y a la prosa con exigente naturalidad.
Además, reconoce su incansable labor como profesor, editor, traductor y pensador de la poesía, que ha tenido una gran importancia en la formación de las nuevas generaciones de poetas en México. “El vaso de tiempo”, “Correo de otro mundo” y “Las hojas”, afirma Bravo Varela, son tres deliciosos conjuntos que nos aproximan a los autores, las poéticas y los intereses de cabecera de Huerta, los cuales merecen una lectura más amplia y entusiasta.
Por su parte, Fernando Fernández, asegura que David Huerta era un profundo conocedor de la tradición y del oficio y la historia de la poesía, pero no sólo de nuestra lengua, sino también de la inglesa. “El último libro que publicó en vida, ‘El viento en el andén’ (Monte Carmelo Ediciones, 2022), ha sorprendido a la crítica por su naturaleza novedosa, única dentro de su bibliografía. Luis Vicente de Aguinaga, por ejemplo, lo describió, de manera informal, como una novela, una suerte de novela lírica”.
Para el poeta, editor y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, algo muy importante de David Huerta es que consiguió contagiar el interés por la mejor poesía a una inmensa cantidad de jóvenes, y sin rebajarse a simplezas o a cursilerías, con el ejemplo de su propia poesía y la de los poetas que le gustaban, una poesía seria, sofisticada e incluso en ocasiones difícil.
“Yo sabía que eran muchos, pero no tantos, los muchísimos lectores, discípulos y amigos a los que he conocido a partir de su muerte, desde la noche misma que lo velamos, el 3 de octubre pasado, con quienes estaba en contacto y tenía todo género de proyectos. También por lo que leí en línea, aquí y allá”, dice Fernández.
Fernández, quien le dedicó un bello homenaje en su blog Siglo en la brisa, titulado "Presencia de David Huerta", que se puede leer en https://sigloenlabrisa.com/2022/10/08/presencia-de-david-huerta/, afirma que sobre todo le sorprendió darse cuenta de la cantidad de proyectos en los que David estaba metido. La cantidad de personas con las que hablaba, de los más variados temas literarios.
“Nada más morir él, he encontrado en todas partes testigos de esas aventuras literarias, llevadas a su término o en proceso de serlo. Pienso en el bellísimo poema en cuartetos endecasílabos, sobre Garcilaso de la Vega, que entregó para formar parte de un libro de lecturas y testimonios sobre Antonio Alatorre. Pienso en las páginas que entregó a ‘Primer amor’ la antología poética de Francisco Segovia, Adrián Muñoz y Juan Carlos Calvillo, que incluye una traducción hecha a cuatro manos con Verónica Murguía”, apunta Fernando Fernández.
Hernán Bravo Varela también pone énfasis en la faceta de David Huerta como formador de muchas generaciones. “Como profesor en la UNAM y la UACM, agrupó en torno suyo a generaciones de lectores, filólogos y creadores que hoy toman la estafeta del rigor apasionado de Huerta”, afirma.
Esos son algunos de los muchos atributos que tiene la poesía del autor de “Calcinaciones y vestigios”, “El azul en la flama” y “Los grandes almacenes. Poemas en prosa”, que en 2015 recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes; y en 2019 el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances.
Además del homenaje que mañana se realizará en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes; hoy lunes, a las 18 horas, a través de la cuenta de Facebook del Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, poetas jóvenes realizarán una sesión de Videopoesía en homenaje a David Huerta.
Lee también: Nuevos descubrimientos arqueológicos en Chichen Itzá
Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.