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Madrid. —Fernando del Paso fue homenajeado esta semana en Madrid por escritores y académicos en un encuentro en el que pesaron las vivencias compartidas con el novelista mexicano, del que destacaron sobre todo su gran erudición y su talento para explotar el humor y la ironía con un lenguaje innovador.

Luis García Montero, poeta y director del Instituto Cervantes, arrancó su intervención en la Casa de México descubriendo que, entre los objetos que depositó Del Paso en la caja de las letras de esa institución después de recibir el premio Cervantes 2015, se encontraba una camisa que pertenecía al poeta mexicano José Carlos Becerra.

La prenda le fue entregada al autor de Palinuro de México por un amigo común que vivía en Italia, un año después de la trágica y prematura muerte de Becerra en ese país europeo al despeñarse el automóvil en el que viajaba en 1970.

“Guardó (Del Paso) en la caja del Cervantes una grabación con su voz, dos ejemplares de sus dos primeras novelas, José Trigo y Palinuro de México, y entregó también la camisa de José Carlos Becerra que conservó durante años. En momentos de pereza, desánimo o escepticismo, se vestía con ella para trabajar e invocar sus energías literarias”, reveló García Montero.

“A los que pensamos que toda muerte es prematura y que muertes como la de Fernando del Paso son más prematuras de la cuenta, nos parece que la memoria literaria es no un modo de arrogancia, sino de orgullo para enfrentarse al olvido y a la muerte”, aseguró el director del Cervantes que anunció que el 15 de enero de 2019 la institución rendirá en su sede madrileña un homenaje al escritor mexicano.

El periodista y escritor Juan Cruz rememoró sus encuentros con Del Paso, al que hizo varias entrevistas desde la publicación de sus primeros libros, cuando apenas era conocido en España.

“Tenía algo extraño en el mundo de los escritores latinoamericanos que conocí por entonces, que era la ausencia de fama, no tenía vanidad. No sólo escribía historias, sino que tenía un estilo movible como Joyce o Faulkner para traspasar las propias exigencias del relato para habitar en una escritura propia, en una habitación exclusiva”, reseñó Cruz, quien destacó la gran capacidad de Del Paso para combinar la sabiduría, humor e historia y su enorme conocimiento del autor de El Quijote, Miguel de Cervantes.

Una de las últimas veces que el periodista vio a Del Paso fue en 2014, cuando lo entrevistó en su casa y estaba ya impedido físicamente.

“Vestía como si fuera a ir de parranda. Era una figura que trascendía lo convencional porque nosotros íbamos a entrevistarlo por la literatura y parecía que íbamos a entrevistar a una estrella del rock”.

“Poco después Del Paso intervino en la FIL de Guadalajara, cuando habían ocurrido los tristes sucesos de Ayotzinapa en los que una banda mató a un grupo amplio de estudiantes. Aquel hombre que no tenía voz y que era interpretado por un pariente suyo, se alzó y en un español claro gritó: ‘¡Todos somos Ayotzinapa!’; el auditorio despertó en aplausos y aquella frase emocionante y comprometida resonó en la FIL como el eslogan de un hombre que no olvida”, rememoró Cruz.

Por su parte, Carlos García Gual, escritor y crítico literario, señaló que incluyó Noticias del Imperio en el listado de las ocho novelas históricas más importantes de la literatura moderna respondiendo a una invitación del diario El País.

“Es un gran maestro de una prosa desbordada, de abigarrado colorido y diferentes tonos. Con un gran sentido del humor, tragicómico, y una visión irónica del pasado, todo ello con una gran documentación histórica”, agregó García Gual.

El diplomático mexicano Andrés Ordóñez, director del Centro de Estudios Mexicanos UNAM-España, cerró la ronda de intervenciones con una emotiva intervención sobre sus encuentros con Del Paso en Ciudad de México y en Londres en un momento breve y definitivo de su vida, después de descubrir Palinuro de México, que era mucho más que una novela neobarroca.

“Un mundo al derecho y al revés, una explosión de imágenes, colores, texturas y sabores. Una estructura de ensayo, teatro, poesía, crónica y novela, todo simultáneo, todo comenzaba y terminaba en la novela de Del Paso”, refirió Ordóñez.

“Me contó que quiso ser médico, pero que el amor tomó su vida por asalto y le obligó a cambiar la medicina por la publicidad; había llegado a Londres porque no había podido llegar a París, y que su afición por el dibujo la cultivó cuando tuvo que cumplir el horario nocturno de las retransmisiones en español”, evocó Ordóñez.

En el homenaje celebrado en la Casa de México de la capital española, intervino también la Embajadora mexicana Roberta Lajous, quien destacó la personalidad polifacética de Fernando del Paso como escritor, pintor, cocinero, poeta y diplomático.

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