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Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hicieron el registro en 3D del único submarino histórico encontrado hasta ahora en aguas de territorio nacional.

El submarino es de la Primera Guerra Mundial y se le conoce como USS H-1 Seawolf que está a 15 metros de profundidad en la Playa Occidental de la Isla Santa Margarita, Baja California Sur.

El pecio fue construido en 1909, en Union Iron Works (San Francisco, Estados Unidos). El 6 de enero de 1920, junto con otra nave, el H-2, el submarino emprendió su regreso a California. Sin embargo, el 12 de marzo, los dos submarinos atravesaron por una tormenta, y el H-1 encalló a 365 metros de Punta Redonda, en Isla Santa Margarita.

Los días siguientes, barcos de salvamento de la armada norteamericana intentaron poner a flote al USS H-1, pero después de intensas maniobras se fue a pique.

Fue hasta 2016 que el INAH fue notificado sobre la presencia de un submarino histórico hundido en la bahía Magdalena, al occidente de la Isla Santa Margarita.

Después de la notificación, la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH emprendió expediciones. La primera inmersión fue en 2017, en la que se tomaron fotografías y medidas generales a través del método tradicional: con cinta de medir, algunas tablas y lápiz.

“De popa a proa, la embarcación mide 44.3 metros; desde popa, a los 31.8 metros, la estructura se colapsa y se observa el área de controles, y más adelante la de torpedos; la parte de la torreta también está colapsada. El estado del casco es malo, además en esa parte hay múltiples agujeros que dejan ver el esqueleto del submarino. La sección de popa está llena de arena”, explicó Roberto Junco, director de la SAS.

En 2018, después de confirmar la antigüedad y valor histórico de la embarcación, los investigadores del INAH emprendieron la segunda exploración que permitió hacer un registro puntual del submarino utilizando, por primera vez en México, el método de la fotogrametría (técnica que consiste en tomar fotos de un objeto en diferentes posiciones para realizar modelos en 3D) en una embarcación completa.

El trabajo de fotogrametría fue realizado por el arqueólogo Korato Yamafune.

El arqueólogo Roberto Junco explicó que la fotogrametría consistió en tomar miles de fotos al submarino.

Después, mediante un programa de cómputo, se unieron las imágenes para crear un mosaico. Por medio de un software se conoce el ángulo de inclinación con que fue captada cada imagen, el tipo de lente y cámara.

“Con esa información, en la computadora se hizo un modelo en 3D del fotomosaico. Con dicho software podemos analizar elementos muy pequeños. Este modelo tiene una utilidad enorme, porque a través del tiempo podemos seguir monitoreando el deterioro de la embarcación, con gran exactitud, ya sea por corrientes o degradación natural del material con el que fue construida. Así haremos un seguimiento que permitirá valorar su estado cada dos o tres años, y podremos identificar eventuales áreas de saqueo ‘hormiga’”, indicó Roberto Junco .

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