La es una mujer trans, es una persona no binaria, es una disidente y es una artista, cantante y compositora, que en los últimos cuatro años ha tenido una presencia cada vez más poderosa y constante en la industria musical. El año pasado, por ejemplo, se convirtió en la primera artista trans en formar en parte del selecto cartel del Festival Vive Latino , el más importante en su género en la Latinoamérica; también fue invitada, por primera vez, al Festival Internacional Cervantino en 2020. Hablar de sus experiencias positivas como artista, dice, son valiosas porque normalizan la disidencia .

La brutal discriminación y violencia de género , dice, son reales; la deuda histórica hacia las mujeres y hacia las transfemineidades, también. Por eso, frente a esa realidad queda la empatía y queda, sobre todo, destacar que ya existe una nueva generación más abierta, más respetuosa y más empática. En esa generación, considera, está el cambio por venir.

La Bruja nació en la Ciudad de México en 1988. Su primer disco "De brujas peteneras y chachalacas", con música original y arreglos propios, retrata las transfemineidades en la tradición mexicana a partir de sus propias vivencias. En el año 2019 realizó su primera gira internacional como solista titulada Brupecha “haré magia para ti”. Visitó diferentes ciudades de países como Francia, Alemania, España, Portugal y Holand a.

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¿Con tu trabajo como artista, está implícito un activismo?

Así es. Pero para mí es importante decir que la Bruja tiene una limitante respecto a las etiquetas. Es decir, para mí ha sido muy complicado definirme con una etiqueta. La gente necesita tener un orden, definir las cosas, cuando algo no está en su lugar empieza el caos, el miedo y el desmadre. A mí siempre me han querido definir, me preguntan: ¿qué onda con tu barba?, ¿eres mujer o eres hombre?, ¿si eres mujer por qué no te rasuras?, ¿si eres hombre por qué te vistes así y no te cortas el pelo?, ¿si eres mujer trans por qué no cuadras la femineidad con la que estoy acostumbrado a ver para entender tu onda? Yo me considero una mujer trans porque estoy en un proceso de femineidad que está transicionando a la femineidad, pero también soy una persona no binaria y utilizo muchos elementos de la cultura queer. Si me enmarco en una etiqueta me limito y lo mismo me pasa cuando compongo. Por ejemplo, puedo componer un huapango de la zona de la huasteca, que tiene una instrumentación específica, pero sólo utilizo ciertos elementos del huapango para generar mi propia música, mi propio idioma. Con todo esto quiero decir que sí, que mi proyecto tiene una agenda política muy importante porque soy una disidente que se está mostrando en una sociedad machista que es muy violenta hacia las femineidades y hacia la transfemineidades. Hago activismo desde mi trinchera, con la música y como persona en transición. Creo en las luchas, pero tampoco me quiero etiquetar porque creo en el activismo social de muchas hermanas y compañeras. Yo, desde lo que soy, desde mi música, quiero que haya más personas que no tengan miedo de ser quienes son.

Ese caos, ¿se produce por ignorancia, por miedo, por machismo?

Yo he vivido con esto desde que era un niño pequeño. Las infancias disidentes son distintas a las infancias cisgénero y heteronormadas. Los niños como yo nos preocupábamos porque no se nos notara lo maricón, lo puto. ¿Por qué? No lo sé. Creces sabiendo que tienes que ocultarte. Ya de adulto, me cuestionan por qué quiero que se refieran a mí en femenino. Me ha pasado mucho. Por ejemplo, en el Vive Latino, el festival más importante de Latinoamérica y que también es muy machista, un señor me preguntó por qué quería que se refiriera a mí en femenino cuando yo hablo del niño Octavio que fui. Güey, es tu trabajo investigarme, por qué tenía que explicarle que se me asignó ser niño, se me crio como niño, ¿por qué tendría que hablar de la niña Octavia que no fui? No, yo no soy Octavia. Cuando me preguntan cómo quiero que me digan, contesto: No mames, me maquillé para ti, traigo vestido, ¿cómo crees tú? No me puedo poner a explicar cada vez, pero entiendo que hay compañeras que viven 24 por 7 la transfemineidad y son mujeres todo el tiempo, pero hay gente que se siguen refiriendo a ellas como hombres. Yo no ando por la vida tratando de cambiar a la gente. La Bruja está donde está la gente que quiere. Yo trabajé de maestro por muchos años, sobre todo con niños y creo que el verdadero cambio está en los más jóvenes, por eso mi experiencia, mi femineidad está más enfocada a los jóvenes que a la gente grande que me juzga. Yo he tenido también problemas con mi cuerpo porque he sido víctima de la gordofobia, normalicé mi inseguridad, hasta que llegó la Bruja y me enseñó el poder de mi cuerpo en un huipil femenino. Me siento muy segura en mis huipiles, ¿por qué le tengo que explicar lo que siento a un güey cuadrado que a huevo me quiere etiquetar para que se sienta mejor?

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Fuiste parte del Festival Internacional Cervantino del año pasado, te pusieron clasificación B. ¿Qué opinas?

Sí, me enteré. Fue muy triste. Es un festival internacional y el año pasado fue diferente debido a la pandemia, muchas cosas fueron nuevas para todos, como el streaming. Me sentí limitado, lo que yo hago no tendría por qué ser clasificado como B. En mi casa lo que soy y lo que hago es normal. ¿Cantar con el hermoso vestido que me hizo mi madre es clasificación B? Pues qué lamentable.

Pero también has encontrado a un público abierto a lo diverso, te ha ido muy bien en los últimos años

Sí, totalmente. Vamos en camino a normalizar todas las expresiones. Siempre nos fijamos en los taches, pero también hay muchas palomitas. El Vive Latino fue increíble, hice una gira de 14 conciertos en Europa , he estado en el Teatro de la Ciudad, en el Cervantino . Han pasado experiencias muy positivas. Para mí es importante hablar de mis experiencias positivas porque me pasa que cuando me buscan, es para preguntarme cosas como qué siento ser discriminada de la manera más ruin y fea posible... ¡No mamen! ¿Qué quieren, el morbo? ¿Quieren que les diga que la Bruja sufre mucho? Claro que las mujeres trans sufren, es real, sí pasa, claro que somos discriminadas, claro que hay una gran violencia hacia nosotras. Yo no puedo salir a la calle como lo hace una persona heterosexual cisgénera, eso es real, pero entonces, ¿por qué no hablamos de cómo me fue en Europa? La normalización depende también de los medios, hay muchos que medios que insisten en referirse a las mujeres trans como hombres. Y también es real que hay una audiencia que está esperando saber cómo sufre la trans.

A lo largo de distintas entrevistas con diversas mujeres, han coincidido en que existe una gran deuda del gobierno con la agenda feminista, con la agenda de diversidad y que falta mucho por hacer contra la violencia de género. ¿Cuál es tu opinión?

Que es verdad, pero también es verdad que la deuda también está hacia las personas de la disidencia, es una deuda muy cabrona. Cuando el presidente dice cosas como que es humanista , lo hace a partir de su privilegio como hombre, como heterosexual y como parte de una clase alta, quiera o no. La gente se puede definir como el más humanista, el más responsable, pero no están encarnando las vivencias, no están viviendo estos procesos. Por ejemplo, pienso en mis compañeras activistas que trabajan en la calle y para la calle, en mis amigas trans que son trabajadoras sexuales, ¿cómo puedo decir que soy activista de la calle si no encarno ese trabajo sexual en la calle? La empatía es lo único que puede propiciar un cambio, si no tienes empatía no puedes respetar estas vivencias. Hay vivencias que son desde el privilegio y vivencias que no. La deuda es también para las personas de la disidencia. Por eso también creo que el verdadero cambio está en las infancias, cuando me vean tan normal como cualquier otra persona.

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Hay una canción, Chéni, que dice que el miedo es parte del camino hacia la libertad

Cuando empecé mi proceso de transición llegó también mucha creatividad, mi femineidad me ha traído mucha creatividad. Antes de ser Bruja no componía, ahora sí. Hablo del amor, del desamor, pero también hablo de mis vivencias. Por ejemplo, tengo la canción "Laabe Muxhe", que habla de una muxe de Juchitán que se enamora, pero es algo muy difícil. Ahora tengo canciones nuevas que presenté en un concierto virtual en Colombia que habla de la nostalgia, de la sensación de tener una felicidad efímera; en otra hablo sobre el diablo y la bruja, y cómo los dos son muy cabrones y cuando se juntan todo explota. Hay cosas que canto porque mi abuelo un día despertó con una mordida en la nalga y dijo que fue la bruja, para mí eso fue tan real, cuando la verdad es que mi abuelo fue muy cabrón; y hablo de cómo se cree que las mujeres somos la culpa de todos los males. Y Chéni la saqué a la mitad de la cuarentena , fue muy fuerte, menciono mis propios miedos. Yo perdí la voz un tiempo, fui al mercado de las flores y me dieron flores para curarme, pero pensé en que puedo envejecer, puedo perder la voz y todo seguirá fluyendo. O sea, que no me sienta especial, me puedo morir y todo esto va a seguir.

Desidente

Nació

en la Ciudad de México en 1988.

Es música

, amante de la transfemineidad y de la tradición mexicana.

Su primer disco

, De brujas peteneras y chachalacas, retrata las transfemineidades en la tradición mexicana desde sus vivencias.

En 2019

realizó su primera gira internacional como solista; visitó países como Francia, Alemania, España, Portugal y Holanda.

Su vida fue retratada

en el cortometraje La bruja de Texcoco, de Cecilia Villaverde y Alejandro Paredes.

Estudió

física en el IPN; ha dado clases de música.

"Hago activismo desde mi trinchera, con la música y como persona en transición... Desde lo que soy, quiero que haya más personas que no tengan miedo de ser quienes son”.