“Estoy y eso ya es ventaja”, dice (Ciudad de México, 1940), uno de los últimos sobrevivientes de la . Coen ha recorrido una larga trayectoria: inició en 1958 como aprendiz del estadounidense Lawrence Calcagno, comenzó a exponer en 1963, formó parte del Salón Independiente en 1968, causó polémica al llevar el rock, la psicodelia y desnudistas al con “Prometeo Espectáculo Pop” en 1971 y en 2014 fue reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes. Ahora celebra 60 años de carrera con la exposición "Arnaldo Coen. Reflejo de lo invisible", que inauguró esta semana en el Museo de Arte Moderno.

Se trata de un recorrido antológico por su carrera a través de 322 piezas, entre obra y archivo. Están desde sus primeras pinturas sin título que datan de los años 60, hasta el retrato de cuerpo completo de Emiliano Zapata que pintó hace unas semanas. Coen asegura que se aproxima a esta muestra como un espectador más que busca conocer y dejarse sorprender por todos los “Arnaldos Coens” que ha sido a lo largo de su vida.

Exhibición de Arnaldo Coen. Foto: German Espinosa/ EL UNIVERSAL.
Exhibición de Arnaldo Coen. Foto: German Espinosa/ EL UNIVERSAL.

Pese a llevar 60 años trabajando y reconocer que el físico ya comienza a ser un impedimento, Coen sigue inquieto, lleno de sentido del humor y con miras al futuro. En entrevista con, el artista reflexiona tanto del pasado, como de aquello que le aguarda en el futuro. Por ejemplo, el creador que ha trabajado pintura, arte-objeto, body art, escultura y escenografía, ahora tiene su mirada puesta en hacer arte con Inteligencia Artificial, pues le gustaría explorar las mismas herramientas y temas que trabajan las nuevas generaciones de artistas.

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¿Por qué el título de Reflejo de lo invisible?

En el año 85 hice una serie de banderas basadas en la estructura de la bandera estadounidense. En una de esas escribí una frase que leí en "El Zoha"r, que es la cábala judía, y me gustó mucho esa frase: “Todo en el mundo está dividido en dos partes, de las cuales una es visible y la otra invisible. Aquello visible no es sino reflejo de lo invisible”. De alguna manera el arte es parte de lo invisible que se deja ver.

¿Qué deja ver en sus obras?

Más que lo que yo veo, me gustaría saber qué es lo que ven los demás, porque yo ya estoy muy visto. En esta exposición me gustaría más verme como un espectador, no como el autor de todo. Quiero ver qué veo en todo este proceso de 60 años, cuántos Arnaldos Coens hay ahí. Si ya de por sí en el presente hay varios…

Hábleme de sus obras de reciente creación.

Es una serie de obras basadas en la investigación del espacio. Manejo elementos como perspectivas, pero sin definir una arquitectura dentro del cuadro, sino que son formas abstractas. De alguna manera estas formas agarran un camino diferente y me dejo llevar por el manejo de las formas en el espacio, con absoluta libertad. No busco crear una atmósfera reconocible, sino hacer la aparición de lo invisible.

Exhibición de Arnaldo Coen. Foto: German Espinosa/ EL UNIVERSAL.
Exhibición de Arnaldo Coen. Foto: German Espinosa/ EL UNIVERSAL.

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¿Hechas para la exposición o son un proyecto aparte?

No es un proyecto, en realidad es una continuidad de mi obra. A veces retomo cosas del pasado para terminarlas, porque a veces dejo obras sin concluir. De alguna manera son de este tipo.

¿Estuvo incvolucrado en la selección de las obras?

Me quiero dejar sorprender. Llegaron las curadoras y ellas se encargaron de elegir la obra, las fotografías y los archivos. Ignoro cuál fue su criterio exacto, pero tuve la confianza de que me va a dejar sorprender la exposición. Lo prefiero así a estas alturas.

¿Cuáles son sus expectativas? ¿Es un espectador exigente?

Quizás en algunos casos sí, pero tengo sanos recuerdos. La exposición tiene obras que fueron mi punto de partida en París, cuando fui becado por el gobierno francés en 1967. Estas obras surgieron porque yo tuve una guía de París que tenía hojas blancas y cuando iba en el metro, ahí dibujaba. Y cuando me sorprendía de cosas que nunca antes había visto, como obras del Museo Louvre, yo quería ser todos los autores de esas obras, humildemente todos.

Empecé a tomar como punto de partida el contorno de la figura femenina, en el lienzo dibujaba el cuerpo femenino, que eran los límites. La idea era que me diera identidad la forma, independientemente de lo que pintara dentro de esa forma femenina. Esas obras fueron de una de mis primeras exposiciones que hice en México, entonces quiero regresar a verlas ahora y ver qué pienso yo ahora sobre lo que hacía.

Exhibición de  Arnaldo Coen. Foto: German Espinosa/EL UNIVERSAL.
Exhibición de Arnaldo Coen. Foto: German Espinosa/EL UNIVERSAL.

Fue un artista rebelde, ¿aconsejaría a los jóvenes ser así para ser artista?

Creo que actualmente estoy en el sentido contrario: quisiera que las nuevas generaciones me vieran y me dijeran qué ven. Veo todo lo que hacen los jóvenes y me parece sorprendente. Quisiera explorar lo que ellos están explorando. Hay tantos nuevos recursos y nuevas tecnologías que dan ganas de ponerse a trabajar y experimentar con esas herramientas y conceptos que van surgiendo. Siento que todas las posibilidades que manejan los jóvenes, son una herramienta que también me podría funcionarme a mí, que todavía no he hecho.

Siempre me ha gustado dialogar con artistas de diferentes generaciones, de niño me encontraba con Carlos Mérida y llegué a encontrarme con Diego Rivera…, con muchos artistas de distintas épocas y siento que aprendí de todos.

¿Hay alguna herramienta o tema que más le interese?

Hay un tema: mis posibilidades físicas. Antes, podía yo lanzarme y pintar e irme de viaje a las Islas Canarias y pintar más. Tenía mayor posibilidad física. Ahora si hay algo que me dan ganas de trabajar son estas posibilidades de diferentes realidades que se manejan con la tecnología. Yo leía mucha ciencia ficción y nos está alcanzando. Con nuevas herramientas y que no tenga que moverme tanto, quizás yo pueda expresarme de una forma contemporánea. No me gusta la idea de tener edad. Siempre he querido, de alguna manera, ser joven.

La Inteligencia Artificial me gusta porque es una herramienta para inventar. El camino uno lo elige y creo que aunque las computadoras o los robots hagan muchas cosas, nos van a dejar algo a nosotros: la creatividad. Quizás ahora que vea mi exposición me inspira a trabajar alguna etapa. Querer dejarme sorprender es una de mis motivaciones.

Exhibición de Arnaldo Coen. Foto: German Espinosa/ EL UNIVERSAL.
Exhibición de Arnaldo Coen. Foto: German Espinosa/ EL UNIVERSAL.

Usted habla sobre el futuro, pero ¿no hay espacio para la nostalgia?

Hay nostalgia para lo que sucedió entonces y para lo que sucede ahora y quizás yo no la puedo recibir como en otros momentos lo hacía: con esa energía que nos caracteriza a los jóvenes. Quizás lo que me falte es la capacidad física para hacer mi obra. Si me dejé sorprender durante tantos años, debo seguir dejándome sorprender de lo que no tengo preconcebido.

A lo mejor sí estoy tomando puntos de partida de obra que dejé inconclusa. Ya soy dos pintores distintos, pero quiero descubrir los Arnaldos que fui porque pienso que puedo verlos como otro personaje.

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Arnaldo Coen. Foto: Diego Simón Sánchez/EL UNIVERSAL.
Arnaldo Coen. Foto: Diego Simón Sánchez/EL UNIVERSAL.


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