A propósito de la muerte, la semana pasada, de la escultora Ángela Gurría , ocurrió un hecho que nos hizo cuestionar un “pequeño” detalle. Si la Secretaría de Cultura es una dependencia que entre sus funciones tendría que velar por los artistas, porque parece ser inmune o importarle muy poco los derechos de autor. La cuestión es que al publicar el obituario de la escultora Ángela Gurría, la Secretaría lo ilustró con un bello retrato de la artista, pero no otorgó el crédito correcto a la autora. La oficina sólo se limitó a indicar que la foto la había tomado de la Academia de las Artes, pero omitió que la autora de esa foto fue la fotógrafa Paulina Lavista. Se esperaría que los funcionarios de gobierno fueran los primeros en poner el ejemplo sobre el respeto al derecho de autor.