A unas semanas de que las dos precandidatas a la Presidencia,, con Fuerza y Corazón por México, y Claudia Sheinbaum, en la coalición Sigamos Haciendo Historia, presentaron los equipos de diálogo con la sociedad civil para trabajar en sus respectivos planes de gobierno, los dos encargados de Educación, Ciencia y Tecnología: el diputado federal Juan Carlos Romero Hicks —en el caso de Gálvez— y la exsecretaria de Educación en el gobierno capitalino, Rosaura Ruiz —con Sheinbaum—, hablan de los retos para el sexenio 2024-2030.

En el caso de Ruiz, quien es exdirectora de la Facultad de Ciencias de la UNAM y expresidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, destacan los cinco años de función pública en la administración de Sheinbaum, como secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México: “Ya tenemos mucho trabajo que hemos hecho en Educación, Ciencia y Tecnología, lo cual, naturalmente, se buscará recuperar para la propuesta nacional. ¿Qué me toca? Escuchar las críticas y entender”, afirma en entrevista la bióloga y académica, y subraya el trabajo estrecho que tuvo con la Secretaría de Educación Federal desde la secretaría local, así como el vínculo con Luciano Concheiro, subsecretario de Educación Superior.

Una clave, dice, para entender el trabajo que le sirve como base, es la red ECOs, donde las instituciones de educación superior e investigación científica de la ciudad trabajan en conjunto ciertos proyectos de planeación y mejora. “Lo que hemos hablado es que haya una continuidad con la perspectiva nacional. Mi obligación central es construir esa idea de cómo vamos a continuar mejorando la Educación y la Ciencia en México. El diálogo, en mi caso, será con los rectores de instituciones de educación superior, académicos que quieran hablar y críticos que juegan un papel importante en este proyecto de trabajo”.

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Rosaura Ruiz señala uno de los problemas centrales de la educación superior: “Si se piensa en lo que México requiere, la matrícula es muy pequeña”.

En el país, la matrícula total (abarcando todas las edades) es de 5 millones 193 mil estudiantes. Pero el objetivo principal es la población a la que corresponde directamente estudiar la educación media superior: jóvenes de 18 a 22 años, de los cuales hay 11 millones 300 mil. Sin embargo, la matrícula en ese rango de edad es de sólo 3 millones 193 mil 381 jóvenes. En la matrícula total, del grupo de edad ya mencionado el 25.4% son hombres, mientras que el 31.2% son mujeres. “En el país, sólo uno de cuatro jóvenes tiene acceso a una licenciatura. Tanto en el sector privado como en el público, hay un lugar para ellos. Nos hacen falta muchos más lugares y no todos quieren (hay que buscar que tengan el deseo de incorporarse a la Educación Media Superior), pero todos los que quieran deben tener lugar. La Ciudad de México, por ejemplo, tiene el mayor número de jóvenes atendidos. Otro problema es el abandono escolar porque hay un porcentaje de inscritos que se casa o debe trabajar. Eso lo hemos estudiado. En la Ciudad de México partimos de esa situación, y lo que hicimos fue crear dos nuevas universidades, es parte importante del proyecto de Claudia: ver dónde podemos crear nuevas universidades y cuáles requieren más apoyo para crecer su matrícula”.

Para dar un ejemplo del trabajo de la red ECOs, Ruiz afirma que desde ella han construido los modelos de atención para ampliar la matrícula. “El sistema de la Universidad Rosario Castellanos es híbrido. Una manera de atender el rezago es la combinación de lo que es en línea y lo presencial”.

Una apuesta por la conectividad que piensa aplicarse en poblaciones donde viven apenas 200 o 500 personas, con poca infraestructura y que muestran las particularidades del país.

Ruiz explica que desde su trabajo en la UNAM pudo ver que, en materia educativa, siempre falta dinero, además de que México padece un rezago y un abandono históricos en la materia.

Por último, no dejó de lado las fortalezas del país, como lo son los astrónomos de primer nivel que hay en México, que están a la altura de los mejores del mundo.

Dijo que se escuchará a las voces críticas y que buscarán puntos que beneficien a todos, pensando en la comunidad científica y académica que se siente desencantada de la administración actual.

Prioridades a partir de diagnósticos

Juan Carlos Romero Hicks, presentado el 6 de diciembre como el encargado de Educación, Ciencia y Tecnología en los foros ciudadanos rumbo al plan de gobierno de Gálvez, dice que las prioridades serán: afinar el diagnóstico; tratar proyectos innovadores que puedan construirse con la ciudadanía y el sector educativo; tener consultas amplias para recibir las propuestas e integrar una transversalidad en Educación y Ciencia; en otras palabras, “Ciencia y Educación tocan todos los temas, salud, agua, niñez, etcétera”, detalla Romero Hicks.

“Nosotros partimos de diagnósticos ya hechos. Hay uno que hizo el grupo Unidos, que son las seis organizaciones que propusieron la coalición. Es un trabajo que encabezó el doctor Miguel Székely; el documento se llama ‘Que nadie se quede atrás’ y se publicó el último martes de marzo. Hay esfuerzos como Mexicolectivo, que también tiene propuestas, y el trabajo que encabezó José Ángel Gurría Treviño, donde me tocó colaborar y fue preliminar hacia una propuesta de gobierno. Se están tomando en cuenta todos los documentos nacionales e internacionales que puedan ser considerados para política educativa y científica tanto en lo nacional como en lo internacional. Lo que vamos a hacer es precisar el diagnóstico y luego el tratamiento, que es la propuesta. Vamos a hacer consultas especializadas y abiertas y consultas que han hecho otros países”.

En su caso, uno de sus puntos clave es llevar a cabo una reforma integral a la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación.

“Fue un despropósito la forma en la que se aprobó. Se necesita garantizar la libertad académica y la autonomía de las instituciones. Se requiere tener el financiamiento específico, y un mejoramiento en la infraestructura de la Ciencia y la Tecnología”.

Al margen de que puntualiza que se encuentran en un periodo de escucha de la sociedad civil, la apuesta, detalla, es hacia las redes de trabajo nacionales e internacionales: “Hay que solucionar, sin quitar la atención de la libertad académica, los grandes problemas nacionales”. De estos problemas, el exdirector de Conacyt enumera siete, por dar sólo algunos ejemplos: agua; cambio climático y biodiversidad; pobreza y desigualdad, innovación y economía competitiva; desastres naturales; Estado de Derecho; nuevas enfermedades y, por último, un gran esfuerzo por el conjunto de temas sociales que pasan por la Salud.

La investigación, continúa, debe convertirse en una política de Estado “con mayúscula”, y señala que se necesita la libertad académica, la autonomía de las instituciones y la atención a los problemas cotidianos: “Se debe tener una mejor gobernanza. El actual gobierno no entiende el federalismo, en el que se requiere la colaboración entre municipios, Estado y Federación. No es una escalera jerárquica, error de novato, y esto es parte del problema de la Ley de Ciencia”.

Sobre el futuro de la educación en nuestro país afirma que se trata de un trabajo que nunca concluye, en alusión al modelo educativo, “que es el alma, el currículum, el plan de estudio, los libros de texto, los programas. Sigue la formación de docentes y el modelo de evaluación. Son trabajos que tampoco terminan”.

Cuando Gálvez presentó a Romero Hicks como parte de su equipo, la precandidata también mencionó que es prioritario recuperar “el tiempo perdido en educación”, lo cual, él explica a partir de las corrientes internacionales, cuyos temas prioritarios son la recuperación del aprendizaje; el aspecto socioemocional después de la pandemia, y la evaluación y formación de docentes.

“No hay país en el mundo que no tenga esto como perspectiva. Sí necesitamos recuperar los aprendizajes”, detalla y afirma que Gálvez hizo una alusión al informe PISA con el que la OCDE mide la capacidad de los estudiantes en Matemáticas, Ciencia y Lectura: “Hay una situación en la que México se está quedando atrás”.

Sobre el actual Conahcyt dijo que hay que cambiar políticas públicas y legislaciones, rediseñarlo en lo institucional y lo financiero, y “mirar hacia el futuro”.

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