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"Algo saludable para entender a fondo la obra de Miguel Bernal Jiménez es no verla como la de un compositor religioso o nacionalista propiamente. Él sabe fraguar lo popular desde lo religioso, lo cual está muy marcado en nuestra identidad, practiquemos o no la religión", explica el musicólogo Edgar Alejandro Calderón, editor junto al compositor Tobías Álvarez Di Desidero, de "Coros recreativos de Miguel Bernal Jiménez. Volumen 1", libro editado por el Festival de Música de Morelia.
Título que incluye 14 obras que, como tales, no son de carácter religioso —vena en la que Bernal hizo alrededor de 300 composiciones—, entre las que destacan tres piezas que no fueron editadas: "La fuente fueron copias mimeográficas, que eran las que usaban los coros de Bernal hace casi 70 años; con esas copias, que estaban en condiciones precarias, cada quien cantaba lo que le correspondía; de las partes individuales se hizo una partitura general para que la pueda leer tanto el director del coro en general, como por las voces que participan. En ese sentido, puedo decir que son tres piezas que no están editadas de esta manera y que ya actualizamos".
Lo que se hizo, continúa, fue actualizar dos cuadernos de coros recreativos y la suite "Juguetes". "Planificamos unos criterios que fueran homogéneos. No sólo para este volumen, sino para todos aquellos que pasen a través del trabajo que hicimos Tobías y yo".
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Este material, que no había sido editado de una forma integral, se encontró en la biblioteca Ignacio Mier Arriaga del Conservatorio de las Rosas en Morelia. Una segunda entrega de este proyecto, la edición de un libro con 40 coros, vendrá en los próximos meses, quizá en el segundo trimestre de 2024, con al menos otras tres obras no editadas: "Antífonas para México", "La ardilla" y "La golondrina".
"Hay diferentes tipos de fuentes, como las mimeográficas o las manuscritas, por lo que una publicación de este tipo es una actualización importante que debe hacerse con los compositores mexicanos de principios del siglo XX, muchos de los cuales requieren este tipo de trabajo porque, de lo contrario, no se puede interpretar la música. Quizá en la época era el formato en el que se podía dar a conocer la música, pero desde hace mucho ya no es así", precisa Tobías Álvarez.
Vale la pena señalar que mientras los dos investigadores centran sus esfuerzos en la música vocal de Bernal Jiménez, hay otros expertos que trabajan en la edición de obras fundamentales como el ballet "El Chueco", por sólo dar un ejemplo.
El proyecto de recuperación va a abarcar, al menos en su parte vocal, entre tres y cinco volúmenes: el primero, publicado recientemente; el segundo, ya un proceso muy avanzado, a un paso de su publicación ("le hace falta una revisión general y una del aparato crítico").
Algo afortunado del proyecto justo es la exploración de obras no religiosas de Bernal Jiménez, a quien se le asocia de forma importante con la Iglesia Católica, retoma la palabra Calderón: "Él se formó en Roma, en una escuela de música sagrada. Cuando regresa a México y se establece como profesor en Morelia sigue al frente de las instituciones religiosas: fue maestro de capilla de la catedral de Morelia, organista, director de coros; su filiación es demasiado evidente hacia lo religioso. En ese rubro mucha de su música religiosa ya está editada, como la Misa Aeterman Trinitatis".
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Pero también es necesario decir, abunda el musicólogo, que Bernal compartía con los compositores de su generación el aire nacionalista. Con la suite "Juguetes" y los coros de música mexicana demuestra su apertura hacia la vena nacional y lo popular. En el archivo personal de Bernal Jiménez existen obras absolutamente inéditas: "Nos falta aún hacer el trabajo de archivo en el acervo de Bernal".
Cierta noción paradójica recorre el aire: la de Bernal Jiménez como un compositor sin el reconocimiento que merece. "En la historiografía se le señala como un músico religioso, pero su primera obra importante que se publicó fue el Cuarteto Virreinal, que lanzó Ediciones Mexicanas de Música; es la obra más conocida de Bernal Jiménez a nivel nacional e internacional, precisamente por el alcance que le dio Ediciones Mexicanas de Música. Aunque parece ser que por una diferencia, que no logro comprender, retiraron de Ediciones Mexicanas de Música algunas de las partituras que están por salir", detalla Calderón.
El "Cuarteto Virreinal" y el "Concertino para órgano y orquesta", que fue por mucho tiempo el tema de Radio UNAM, no son de carácter religioso y, sin embargo, son sus obras más conocidas. En otras palabras, quizá Bernal Jiménez no tiene el reconocimiento de otros compositores, pero su figura y su legado desde hace décadas rondan el ambiente.
"En algún momento, el grupo de Carlos Chávez dictaminó como ganadora de un concurso una obra de Bernal que participó como composición anónima. Cuando se supo que era de Bernal, la obra ya no gozó de gran difusión. Hay muchas cosas que pensar alrededor de Bernal Jiménez".
"Coros recreativos de Miguel Bernal Jiménez. Volumen 1" se editó para repetirse entre las instituciones musicales más importantes de México o donde haya grupos corales, con el fin de practicar a partir de este volumen.