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“Parece que el Plan Maestro de Chapultepec , en lugar de conectar la cultura con el ambiente, sólo trata de mejorar o renovar los espacios que ya existen, en términos de remodelación. Esto tiene que ver con una aproximación más arquitectónica que funcional del Bosque de Chapultepec. Para mí esto es un problema. Es bueno tener espacios culturales, museos, pero se está perdiendo una oportunidad importante en vincular a la cultura con la cuestión ambiental de la ciudad”.
Así opina el doctor Rafael Calderón Contreras, profesor investigador del departamento de Ciencias Sociales, de la UAM Cuajimalpa, acerca del proyecto que presentaron la secretaria de Cultural federal, Alejandra Frausto, y la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
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Rafael Calderón investiga en torno de la importancia de los servicios ambientales y la resiliencia de sistemas socioecológicos metropolitanos. Su lectura del plan para Chapultepec, es que se está dejando fuera la relación del bosque con la ciudad, una conectividad que tiene que ver menos con puentes y más con relaciones sociales; que debe ser de recuperación ambiental en diálogo con el resto de la ciudad, y con la participación de las comunidades en esa rehabilitación.
“Cuando se trata de estos proyectos que tienen la etiqueta verde de ecológicos, muchas veces son aproximaciones paisajísticas, arquitectónicas, porque se piensa que mejorando el lugar se mejoran las condiciones socioecológicas de la zona. Y no, no lo es todo, hay que considerar que la Ciudad de México es un sistema muy complejo que está interconectado”.
Rafael Calderón habló con EL UNIVERSAL en el marco de las “Conversaciones sobre Chapultepec”, donde varios investigadores, arquitectos, ambientalistas han reflexionado acerca de la propuesta.
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Otro de los planteamientos que hace es que la rehabilitación del Bosque de Chapultepec, que considera entre sus propuestas recuperar el río Tacubaya, debe ir más allá de las fronteras de las cuatro secciones, debe tomar en cuenta pueblos originarios, asentamientos irregulares en barrancas y los propios manantiales de Cuajimalpa, origen del río Tacubaya.
“El plan maestro debió contemplar los problemas cuenca arriba para facilitar la restauración en el lugar. La conservación de un río depende directamente del bosque, que genera procesos de infiltración de agua, recarga de acuíferos y generación de manantiales que a su vez alimentan a un río; el río Tacubaya depende directamente de estas escorrentías, pero cuando vas a Santa Fe ya la calidad del agua es muy baja. Eso no se está considerando en el Plan Maestro de Chapultepec. Creo que debieron dejarse aconsejar más por la ciencia”.
Los problemas del bosque
Especialista en resiliencia socioecológica y resistencia a los embates del cambio climático, Rafael Calderón destaca en el proyecto la propuesta de restaurar –aunque prefiere la palabra reavivar—los ambientales que son provistos por el bosque de Chapultepec. Pero advierte que si bien el Bosque de Chapultepec es la mancha verde más importante en el Valle de México, su gran problema es que ofrece pocos servicios ambientales: “Está en un grado de conservación deplorable y esto genera problemas que, por ejemplo, tienen que ver con la captura de carbono, la infiltración de agua para mantos freáticos”.
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Explica que contrario a lo que pasa en otros parques urbanos del mundo, como el Central Park de Nueva York, el Bosque de Chapultepec ofrece muy pocos servicios ambientales, y que el proyecto debió buscar, con un enfoque de servicios ambientales, recuperar el bosque.
“Me da la impresión de que la idea de conectividad es más arquitectónica que funcional; hay otras conectividades que tienen que considerarse y no están ahí, por ejemplo con otras zonas: el centro o las periferias”.
“El Plan Maestro contempla la rehabilitación de unos manantiales que hay en Santa Fe y el río Tacubaya, pero el gran problema del río, que es prácticamente una cloaca a cielo abierto, es que hay una serie de establecimientos poblacionales, cuenca arriba, que hacen muy complicada la restauración del río para que cumpla funciones ecológicas importantes. Y este Plan no contempla estos asentamientos. Es decir, el Plan Maestro sigue siendo una fotografía aislada de cómo se vería el bosque si se mejorara la infraestructura al interior. Por eso hablo de conectividad; más que pensar en términos paisajísticos es necesario pensar que el bosque se conecta socioecológicamente con muchas otras zonas del Valle de México, y eso no se está contemplando en el proyecto”.
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“En el Plan hay intenciones buenas que tienen que ver con arquitectura paisajística; hay una tendencia en zonas verdes en el mundo a hacer compostaje in situ, que los desechos orgánicos del mismo parque sirvan para hacer composta y crear suelos, pero regresamos al mismo punto que es el de enfocarse sólo en el lugar y no en su conectividad socioecológica al exterior. ¿Qué pasaría si las colonias alrededor del Bosque de Chapultepec o cuenca arriba pudieran ser involucradas en el compostaje, por ejemplo, o en el cuidado del suelo; eso tendría resultados mejores en términos socioeconómicos para la Ciudad de México”.