El presupuesto fue aprobado en una maratónica discusión en la Cámara de Diputados. Les tomó de miércoles a domingo aprobar y discutir casi dos mil reservas, todas, por cierto, desechadas. En estos cinco días dos legisladoras subieron a tribuna para solicitar reasignaciones del presupuesto de Proyecto Chapultepec a Cultura. La primera en hacerlo fue la panista Paulina Aguado, quien solicitó 2 mil 600 de los 3 mil 800 a Chapultepec, para casas de cultura y para el Programa de Acciones Culturales Multilingües y Comunitarias (PACMYC), ambos, dijo en beneficio de los artistas, casas de cultura y artesanos de todo el país. Señaló también que el proyecto que encabeza la Secretaría de Cultura federal, pese a los recursos asignados (3 mil 500 en 2021), no ha entregado cuentas ni resultados de lo gastado. La segunda en subir fue la perredista Gabriela Sodi, que pidió casi lo mismo, 2 mil 500 de Chapultepec para artistas, que debido la pandemia se encuentran en crisis, y para casas de cultura. También hizo un llamado a la desentralización y a mirar la situación cultural estatal. Si bien fueron desechadas y su intento, nos dicen, estaba destinado al fracaso, lo importante es que el tema llegó al Pleno. ¿Y ahora qué sigue?
Arde CIDE, otra vez
De nueva cuenta al interior del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) la casa arde debido a la designación de los dos aspirantes a ocupar el cargo de director general: Vidal Llerenas Morales y José Antonio Romero Tellaeche, sobre todo por éste último, quien desde el pasado 4 de agosto es el director interino. El asunto no es menor, la comunidad cuestiona que que se trate de “dos morenistas”, y lo peor es que sus programas de trabajo para los próximos cinco años, en especial el de Romero Tellaeche, lleno de abundante “palabrería” de la 4T, y aún más terrible, que pretende replantear los fundamentos de los programas del CIDE para que egresen profesionistas “capaces de entender y atender los problemas sociales del país, y que no persigan sólo su éxito personal”.