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Para el investigador del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical “Carlos Chávez” (Cenidim), Luis Jaime Cortez Méndez, una visión cabal, profunda, de la obra de Silvestre Revueltas se abre con la recuperación de 25 obras inéditas para piano y su presentación, en concierto, de la mano de artistas como Mauricio Náder, Salomé Herrera y Rodolfo Ritter en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes el próximo 11 de agosto, a las 17:00 horas.
Se ha dicho, recuerda el investigador, que Revueltas empezó a componer persuadido por Carlos Chávez. Pero el trabajo que se ha hecho sobre este acervo demuestra que Revueltas empezó a hacer sus propias obras en la adolescencia —el autor de Sensemayá nació el último día de 1899; las piezas recuperadas están fechadas entre 1915 y 1924—. Explica que si se toma en cuenta la madurez de estas piezas tempranas, puede deducirse que Revueltas tuvo excelentes maestros e ingresó ya con una formación alta al Conservatorio Nacional de Música de México.
De paso, esto desmonta cierto cliché de que Revueltas fue un gran artista por haber estudiado, también, en Estados Unidos.
El análisis de este acervo coloca a Revueltas en una bisagra de corrientes artísticas, donde escribe valses al estilo de figuras centrales de la época, como Ricardo Castro y Felipe Villanueva, pero él llevó su trabajo a un nivel cromático que ni Castro ni Villanueva tuvieron, vislumbrando y adelantándose a lo que años después haría Béla Bartók, continúa el investigador, quien piensa en una imagen entrañable: la de un muchacho que llega de provincia y se dedica a componer, en silencio, en medio de la turbulencia de la Revolución.
La primera semana de septiembre se tiene proyectado publicar el primer volumen de este acervo, al cual integrarán —como todo buen compendio que se hace en orden cronológico— las obras de piano recuperadas. En total habrá 42 tomos con la obra de Revueltas que se irán publicando en los siguientes cuatro años. También se tiene contemplada la grabación de las obras tempranas y su edición digital, de lo cual habrá más detalles próximamente.
En el presídium también estuvieron Lucina Jiménez, directora del INBAL; Víctor Barrera, director del Cenidim, y Mónica Hernández, subdirectora General de Educación e Investigación Artísticas.