Los restos de un hombre nómada que probablemente habitó el desierto de Coahuila entre hace 700 y 1000 años y hallados en las dunas de Bilbao fueron presentados esta semana por autoridades del (INAH), entre ellos el director general, .

Estos restos, bautizados como “El hombre de Bilbao”, dieron pie al descubrimiento de un nuevo sitio arqueológico de antiguos cazadores-recolectores, ubicado en la hondonada de un paraje en el desierto de Coahuila, así lo informó Diego Prieto en la presentación de los vestigios, en el Museo Regional de la Laguna.

El titular de la Dirección de Antropología Física del INAH, Axel Baños, resaltó la importancia de este hallazgo, el cual es aislado y “espectacular”, por encontrarse al interior de dunas de arena, un material que, dijo, comúnmente trata mal a los materiales óseos.

Huesos que representan todas las partes del cuerpo. Foto: INAH
Huesos que representan todas las partes del cuerpo. Foto: INAH

“Estos descubrimientos nos permiten generar una gran cantidad de conocimiento sobre quiénes eran nuestros ancestros, cómo vivían, qué salud tenían, de qué se alimentaban, qué actividades físicas realizaban o a qué edad morían, entre otros aspectos”, dijo Baños.

La osamenta fue recuperada hace algunos meses por la fiscalía estatal de Coahuila, luego de que turistas dieran aviso a las autoridades de la presencia de restos humanos en las dunas de Bilbao, donde la movilidad de la arena debió sepultarlos por siglos, hasta que el desplazamiento de cuatrimotos los arrojó de nuevo a la superficie, explicaron las autoridades.

En la zona también se encontraron huesos de animales y material lítico, tanto herramientas completas como en proceso de elaboración (preformas) y el desecho que resulta del corte de la roca (lascas), por lo que han podido identificar procesos de elaboración y corroborar que se trata de un campamento estacional de producción de artefactos líticos.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia informó que los huesos del individuo están muy fragmentados, pero representan todas las partes del esqueleto humano. Los primeros estudios indican que corresponden a un joven de entre 20 y 30 años al momento de morir, que debió tener una vida nómada físicamente azarosa.

Por los materiales líticos asociados, la posible filiación étnica de “El hombre de Bilbao” correspondería a las Culturas del Desierto, cuya antigüedad oscila entre hace 700 y 1000 años, relacionado con la tradición cultural Candelaria.

Autoridades refirieron que es un hallazgo arqueológico particular: “No fue un sitio para enterrar muertos ni tampoco hay una sola evidencia de que el cuerpo haya sido preparado, lo que lleva a pensar que el individuo estaba en su campamento cazando o pescando y algo le pasó o estaba enfermo”. Detalla que los lugares de enterramiento usuales de esas culturas eran las cuevas profundas y abrigos rocosos, donde se han encontrado contextos mortuorios.

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