La mentira o la posverdad atenta contra la democracia y el periodismo, aunque supone una oportunidad para que los medios periodísticos recuperen su credibilidad en el manejo de la información, destacaron los participantes en un foro de la XIII Feria Internacional del Libro (FIL) de Panamá .
Esta fue una de las conclusiones de los asistentes al I Foro de Periodismo: "Las redes sociales en la era de la posverdad", que debatieron sobre la divulgación de información directa a través de las redes sociales y su impacto en la democracia, el periodismo y la sociedad en general.
Los concurrentes al coloquio reconocieron que la divulgación de contenidos falsos para la manipulación de las masas no es algo de ahora sino de vieja data practicado por los medios de comunicación, pero que ahora se ha convertido en un fenómeno mediante el internet, la digitalización y los celulares.
Resaltaron que ahora la información, tanto la falsa como la que pueda ser veraz, llega a millones de personas, pero no a través de los medios tradicionales, sino por los difusores individuales.
Rodrigo Noriega, editor de opinión del diario panameño La Prensa, señaló que, aunque habrá que esperar hasta diciembre para que el diccionario de la Real Academia Española defina posverdad, este termino se refiere a un conjunto de aseveraciones que no están basadas en hechos verificables, sino ancladas en las opiniones y creencias de la gente.
Esto es así, de acuerdo con Noriega, porque la lógica de las redes sociales "no se ancla ni en la legitimidad de las fuentes ni la verosimilitud de la información que provee", atentando de esa forma contra la razón y el método científico de comprobación de la verdad y la realidad.
Noriega dijo que esto lleva a que el periodismo contemporáneo esté en crisis, lo cual, afirmó, "no es bueno para la democracia, porque la democracia necesita de un buen periodismo y hasta de un mal periodismo".
A su vez, el abogado y productor de medios Ricardo Lombana indicó que ante este nuevo panorama los medios de comunicación, más que una crisis, deben ver la situación como "una gran oportunidad" para recuperar su credibilidad con información de calidad.
Sabrina Bacal, directora de noticias del canal local TVN, reconoció también que el "matrimonio" de posverdad y redes sociales "se contrapone al ejercicio noticioso periodístico", y también puede ser utilizado para ocultar relaciones de poder con un "disfraz ciudadano".
"La posverdad y las redes sociales preocupan mucho por la falta de control", añadió Bacal.
El colombiano Jaime Abello, director de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), dijo que el periodismo tiene un reto grande "que siempre ha existido pero que ahora está agudizado" porque la gente se puede informar de diferentes maneras por la vía digital.
"Hay muchos ciudadanos interviniendo en un espacio que tradicionalmente estuvo reservado para los profesionales de la información", y que ahora "está en manos de los que hacen una seudoinformación", agregó Abello.
Abello reconoció además que la democracia "está tocada" por la posverdad y las redes sociales "en el sentido de que la manipulación siempre existió con las mentiras, los rumores, las falsedades y las campañas para desacreditar, pero ahora con un instrumental tecnológico que acelera y puede incrementar la eficiencia de esos intentos" manipuladores.
Sin embargo, el director de la FNPI aseguró que este mismo instrumental sirve para analizar y contrarrestar este fenómeno de las mentiras en internet, ya que, remarcó, "lo mismo que le sirve a los manipuladores le sirve a los que luchan contra la manipulación".
La XIII de la FIL se celebrará hasta el domingo y tiene como país invitado a Colombia, que participa con una tropa de 14 escritores.
sc