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Hace más de un año que el despacho LBR&A, que encabeza el arquitecto Benjamín Romano, hizo la propuesta de los cruces o pasos peatonales del Proyecto Cultural Bosque de Chapultepec para conectar las diversas secciones. Esa propuesta, por obvias razones, la conocían autoridades de Cultura federal y de la Ciudad de México. El de Chapultepec es uno de los proyectos prioritarios del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Ayer, EL UNIVERSAL informó que el arquitecto se había retirado del proyecto.
Personal cercano al Complejo Cultural Bosque de Chapultepec dijo que se hicieron cuestionamientos al proyecto del arquitecto –por parte de la Secretaría de Obras de la CDMX– desde el punto de vista estructural; que el proyecto iba a implicar el derribo de árboles, lo que preocupaba a la Sedema y a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, y que sus costos eran muy elevados: eran 187 millones de pesos. Esto se dio a conocer después de que el proyecto se anunció en diversos espacios y de que incluso a mediados de 2020 otorgaron un contrato para la obra a la empresa Fredel Ingeniería y Arquitectura por 187 millones de pesos.
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“La autoridad de la Ciudad de México decidió favorecer una propuesta arquitectónica distinta a la nuestra”, informó el despacho LBR&A del arquitecto Romano en un comunicado donde fijó su postura sobre los hechos. Precisó que por lo anterior, “decidió retirar su propuesta” y que eso “implica retirar la autoría, participación o responsabilidad del despacho y del arquitecto en el desarrollo de los pasos peatonales y del Proyecto Cultural Bosque de Chapultepec”.
En una nota informativa, la Secretaría de Cultura respondió a este medio que el arquitecto Romano entregó un proyecto conceptual sobre (el) paso de conexión que debía ser desarrollado para realizar el proyecto ejecutivo. “Al revisar dicho proyecto –argumentó la secretaría de Cultura– hubo observaciones de las instituciones que intervienen en el proceso así como de la propia ciudadanía por lo que no se llegó a un acuerdo sobre las modificaciones en el diseño de la propuesta realizada por el arquitecto. Los elementos esenciales para obtener una calzada peatonal se respetan y adecúan conforme al criterio de la normatividad vigente aplicable”.
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Las soluciones arquitectónicas propuestas por LBR&A –informó el arquitecto– para integrar las secciones a través de pasos peatonales y para ciclistas, se realizaron bajo la encomienda de contribuir a la mejora de los espacios públicos de la Ciudad. El comunicado del despacho del arquitecto abundó en que todo esto se hizo sin percibir remuneración económica.
Luego precisó: “El programa arquitectónico que el despacho propuso hace ya más de un año para los cruces toma en cuenta y respeta la normatividad vigente en cuanto a las alturas normativas (galibo) para vialidades primarias y cruces de ciclistas y paseantes; ofrece una solución estructuralmente segura; y permite conservar el 100% de los árboles que actualmente existen en la zona. Asimismo, ofrece pendientes menores al 2% en las rampas, lo cual facilita el acceso para ciclistas, personas con discapacidad motriz, niños y adultos mayores.
Finalmente, el comunicado de LBR&A y el arquitecto Benjamín Romano expresa que “confían en que la solución final por parte del gobierno de la Ciudad de México sea benéfica para la urbe y sus habitantes”.