El INAH tendrá la posibilidad de suscribir convenios con instituciones internacionales para pedir en préstamo bienes culturales que estén en el extranjero; sin embargo, especialistas consideran que esa acción es un “capricho” que sentará un precedente que podría afectar otras negociaciones de repatriación y que se burocratizan las normativas existentes.
El 14 de julio se publicó en el portal de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer), el “Acuerdo delegatorio de facultades en materia de elaboración, suscripción y gestión de acciones tendientes a la celebración de acuerdos interinstitucionales e instrumentos que deriven de los mismos, con órganos gubernamentales, extranjeros u organizaciones o instituciones internacionales que tengan por objeto el traslado temporal al territorio nacional de bienes muebles al titular del INAH”.
Daniel Salinas, maestro en arqueología y patrimonio por la Universidad de Leiden, señala que ese acuerdo se da después de la gira que la escritora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del Presidente, realizó por Francia, Italia y Austria, y el Estado de El Vaticano entre el 4 y 15 de octubre de 2020, “para conseguir códices, piezas y objetos arqueológicos e históricos de México”, con el objetivo de que sean exhibidos este año con motivo de los 500 años de la caída de Tenochtitlán y los 200 años de la consumación de Independencia.
Otro movimiento que se hizo previo a este “Acuerdo” y después de la gira de Gutiérrez Müller fue la publicación en la edición vespertina del Diario Oficial de la Federación (DOF) del 3 de diciembre, el “decreto por el que se adiciona el artículo 37 ter al Reglamento de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos”, con el que se legalizó traer temporalmente al país bienes considerados monumentos arqueológicos, artísticos o históricos, como el Penacho de Moctezuma, el Códice Florentino o el Códice Mendoza, para luego regresar al país de donde salieron.
“Esto tiene una serie de problemas, porque pedir en préstamo piezas, al menos todas las que datan de antes de la Conquista, por ley son monumentos arqueológicos, que los determina como monumentos nacionales, esto quiere decir que son propiedad de la nación, es decir, son inalienables e imprescriptibles. Es un problema que se pidan en préstamo piezas que en principio le pertenecen a México. ¿Por qué pedir en préstamo algo que te pertenece pero que no tienes en tu posesión?”, cuestiona Daniel Salinas.
El antropólogo Bolfy Cottom, especialista en legislación cultural, coincide con la idea de Salinas: “Para la modificación al Reglamento de la Ley de Sitios y Monumentos nunca se consideró las implicaciones, porque se corre el riesgo de legitimar y legalizar el que bienes hayan salido clandestinamente y ahora, con este Acuerdo, se meterá al país en un problema. Al estar firmando convenios para pedir préstamos se reconoce que esos bienes se perdieron e incluso es aceptar que no serán restituidos”.
“No es la forma (pedir prestados los bienes), sí es correcto que se expongan y que se conozcan, pero que lleguen para quedarse”; Daniel Salinas, Maestro en arqueología y patrimonio por la Universidad de Leiden.
Sin embargo, Cottom indica que la firma de convenios que realice el INAH no quita que el Instituto continúe en las labores para la restitución de piezas.
La Secretaría de Cultura argumentó que el “Acuerdo…” se realizó porque este año tendrá lugar “una magna exposición denominada México Diverso, Territorios, Culturas y Civilizaciones, por lo que mediante acuerdo suscrito por el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, emitido con fecha 15 de junio del año en curso, se autoriza a la Secretaría de Cultura a celebrar los Acuerdos Interinstitucionales que resulten necesarios para facilitar el traslado temporal, al territorio nacional, y su posterior retorno a los lugares de resguardo, de diversos bienes arqueológicos e históricos que representan el valor cultural de nuestra nación”.
Al respecto, Cottom sostiene que “lo único que hacen es burocratizar y confundir las disposiciones ya existentes y creo que obedece más a un capricho de una serie de festividades superficiales. Es lo mismo que ha sucedido en otras administraciones, es decir, esa cultura de escenario, de festividades inútiles que no sirven para mucho”.
Daniel Salinas indica que la exposición que se argumenta “tiene tintes nacionalistas” y que si se lleva a cabo con piezas prestadas, se generará “una mancha en las conmemoraciones. No es la forma, sí es correcto que se expongan y que se conozcan, pero que lleguen para quedarse”.
Sin embargo, Gustavo Ramírez, secretario general del Sindicato de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH, recuerda que en diferentes ocasiones México ha pedido en préstamo piezas arqueológicas o históricas que se encuentran en instituciones o colecciones privadas en el extranjero.
“Esta medida no vulnera al INAH, al contrario, opino que lo fortalece, pero desde luego debe de apoyarse esta actividad con el otorgamiento de los recursos humanos, jurídicos y financieros que le permitan cumplirla cabalmente, en un momento en que el presupuesto de la Institución está mermado y es insuficiente para cumplir con sus tareas sustantivas. Esto no representa peligro para el patrimonio. Tampoco significa que su intención sea la de recuperar o restituir bienes culturales nacionales que se encuentran en el extranjero. Para eso existe otro marco jurídico internacional”, dijo Ramírez.