Chicago. —Las irlandesas Yvonne Farrell y Shelley McNamara fueron galardonadas ayer con el Premio Pritzker 2020. El galardón, que por primera vez se entrega a dos mujeres, las reconoce como “pioneras” en un sector dominado por hombres, y destaca la integridad de sus obras, que respetan el lugar y la comunidad donde se erigen, señala el jurado.

“Son pioneras en un campo que ha estado tradicionalmente y continúa dominado por hombres. Son un faro para otras profesionales”, indica el jurado en su fallo, anunciado en Chicago por el presidente de la Fundación Hyatt, Tom Pritzker.

Las arquitectas son socias fundadoras —junto a otros profesionales— de Grafton Architects, su estudio con sede en Dublín. Yvonne Farrell y Shelley McNamara se inscriben en la corriente del brutalismo, que es un movimiento que pone al ciudadano como centro de su diseño, se basa en las formas geométricas y se distingue por su uso de materiales como el el hormigón o el ladrillo. Sus proyectos van desde universidades y edificios oficiales hasta casas particulares, ubicadas fundamentalmente en Irlanda, pero también en Italia, Francia y Perú.

Entre las obras seleccionadas se encuentra la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) ubicada en Perú, que los jueces del Pritzker consideran un “Machu Picchu moderno”, es un edificio vertical, con un perfil en cascada y un diseño ideal para recoger el viento del mar, lo que minimiza el uso de aire acondicionado. En 2016 fue galardonado con el Premio Internacional RIBA (Royal Institute of Brithish Architects) al mejor edificio del mundo.

Otras de sus obras son el Department of Finance en Dublín, la Universita Luigi Bocconi de Milán y el School of Economics de Toulouse. “Ser arquitecto es un privilegio enorme. Este premio es un espaldarazo a nuestra concepción de la arquitectura”, afirma Yvonne Farrell en el comunicado del fallo.

“A veces nos ha costado encontrar espacios en los que implementar nuestros valores de humanismo, artesanía y conexión cultural con los que trabajamos; por eso este premio es sumamente gratificante”, añade McNamara.

Arquitectas y profesoras, Farrell y McNamara han desarrollado a lo largo de 40 años una obra marcada por un difícil equilibrio. Su arquitectura expresa un continuo diálogo entre lo privado y lo público, el exterior y el interior, con especial atención a la elección de materiales: “Intentamos ser conscientes de los distintos niveles de la ciudad y encontrar las soluciones que la arquitectura puede aportar en ellos”, señalaron.

“La arquitectura es el marco de la vida humana. Nos une y nos conecta al mundo de una manera que no lo consigue ninguna otra disciplina relacionada con el espacio —sentenció McNamara—. En el corazón de nuestro trabajo está la creencia sentimiento de que la arquitectura importa”.

En los últimos años, Farrel y McNamara han visto como su obra ha sido reconocida: En 2018 fueron comisarias de la Bienal de Venecia de Arquitectura, dedicado al concepto “Freespace” y años antes, en 2012, recibieron el León de Plata de la ciudad italiana por su proyecto “Arquitectura como Nueva Geografía”.

Farrel (Tullamore, 1951) y McNamara (Lisdoonvarna, 1952), quienes se conocieron como estudiantes en la Universidad de Dublín y hoy imparten clases, son las primeras irlandesas en recibir el galardón, y la cuarta y quinta mujer tras la anglo-iraquí Zaha Hadid (2004); la japonesa Kazuyo Sejima (junto a Ryue Nishizawa en 2010) y la española Carme Pigem (con Rafael Aranda y Ramón Villalta en 2017).

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