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La destitución del editor y ensayista Daniel Goldin (México, 1958) de la Dirección de la Biblioteca Vasconcelos es un tema por el que más personalidades nacionales y extranjeras muestran su inconformidad.

El 1 de febrero, EL UNIVERSAL dio a conocer en su columna Crimen y Castigo que a Daniel Goldin se le dijo: “Desocupa la dirección y bájate uno de los escritorios al sótano”. La noticia se volvió viral en Twitter, plataforma en la que la escritora Elena Poniatowska habló sobre la trayectoria del editor.

“Si un intelectual ha hecho todo por el fomento a la lectura, es Daniel Goldin, director de la Biblioteca Vasconcelos que ha sabido granjearse el cariño de los trabajadores. Es una infamia que se le maltrate”, escribió Poniatowska.

En la misma red social, el historiador, promotor cultural y escritor Enrique Florescano calificó la destitución del ensayista como una injusticia y un atropello, por la “manera como fue removido Daniel Goldin de su cargo como director de la Biblioteca Vasconcelos, a la que convirtió en una de las bibliotecas más importantes del país y de Latinoamérica. Mi solidaridad para él”.

La noticia no solamente fue comentada en territorio nacional, pues desde Chile, Gonzalo Oyarzun, responsable del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas del país sudamericano, indicó que “con tristeza y decepción supe que Daniel Goldin ya no está en la Dirección de la Biblioteca Vasconcelos. Durante 5 años, la Vasconcelos se convirtió en un uno de los espacios culturales más importantes del mundo. Toda mi admiración para Daniel y su equipo; gracias por tanto”.

María de Lourdes Calderón, usuaria de la biblioteca con credencial número 252588, inició en la plataforma Change.org la petición “Exigimos la restitución de Daniel Goldin en la Biblioteca Vasconcelos”, que hasta ayer superaba las 7 mil firmas.

Mal episodio. Sin embargo, Guillermo López, otro usuario de la Vasconcelos, celebró la destitución, pues aseguró que Goldin tenía “muchos problemas” con el personal del recinto y también con los usuarios, incluso recordó que tuvo un mal episodio con el entonces director.

“En agosto de 2018 me acerqué a Goldin para decirle que en la biblioteca había chinches y pulgas, pero me contestó déspotamente: ‘No me traiga problemas, tráigame soluciones, no sabe usted quién soy yo’”.

López pidió la intervención de salubridad bajo el argumento de que los bichos eran cuestión de salud pública. Hasta el 30 de enero le avisaron que ya habían fumigado.

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