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Con un presupuesto de 4 mil 739 millones 228 mil 697 de pesos, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) cerró 2023 como una de las instituciones culturales con más protagonismo a nivel nacional, debido a su participación en las obras de salvamento y rescate arqueológico en los 7 tramos del Tren Maya.
Su director, Diego Prieto Hernández, informó semanalmente en las conferencias matutinas del Presidente los hallazgos de vestigios y monumentos más representativos que salieron a la luz, debido a las excavaciones o modificaciones de los terrenos, en las que hoy yacen las vías de una de las obras prioritarias del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Aunque los trabajos del INAH en la Península de Yucatán dieron como resultado notables hallazgos, específicamente de la cultura maya, el Instituto sorteó un año en medio de crisis internas, investigaciones detenidas, falta de pago a trabajadores y la constante denuncia de destrucción del patrimonio en las obras del Tren Maya, hecho que llevó a los directivos de la dependencia y a la Secretaría de Cultura a negarlo varias veces.
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Otras problemáticas, como la toma de la Zona Arqueológica de Chichén Itzá por parte de artesanos y comerciantes, así como un incendio presuntamente intencional en el sitio arqueológico de El Tajín, dejaron ver también la falta de atención del INAH a diversas tareas elementales.
Zona maya, protagonista
El 14 de diciembre pasado, un día antes de la inauguración del tramo Campeche-Cancún del Tren Maya, Diego Prieto informó en conferencia de prensa el total de vestigios y elementos arqueológicos hallados en los 7 tramos de la obra ferroviaria.
De acuerdo con el funcionario, se registraron y preservaron 58 mil 657 bienes inmuebles, correspondientes a cimientos, albarradas y basamentos prehispánicos; se hallaron mil 946 bienes muebles, principalmente objetos cerámicos, de los que se encuentran en restauración mil 451 vasijas; se encontraron un millón 414 mil 299 tiestos, así como 699 osamentas humanas y 2 mil 252 rasgos naturales asociados a asentamientos humanos antiguos.
Entre los hallazgos más representativos se encuentran una cámara funeraria en Palenque; las representaciones en piedra de un atlante y del rostro de un guerrero, en Chichén Itzá; un chultún (depósito de agua) que se usó también como cripta, y la imagen pétrea de un cautivo, ambos en Ek’ Balam.
También destaca que el Promeza (Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas) benefició en 2023 a los sitios arqueológicos de El Tigre, Uxmal, Ek’ Balam, Dzibilchaltún y Chichén Itzá, entre otros, que han comenzado nuevas investigaciones, así como obras para la mejora de su infraestructura.
Sin embargo, también durante 2023, contrario a la información del INAH, diversas asociaciones civiles e investigadores y arqueólogos del Instituto registraron el daño y destrucción por la obra federal.
Aunque las críticas y evidencias hacia las labores de salvamento en el Tren Maya fueron constantes, la crisis sobrevino en el INAH cuando el arqueólogo e investigador Fernando Cortés de Brasdefer mostró evidencias de la devastación en los tramos 6 y 7, lo que llevó al Consejo de Arqueología a emitir un boletín donde lo acusó de dar información falsa, además de desprestigiar su carrera y poner en duda su experiencia como arqueólogo.
El 21 de agosto, Prieto defendió al titular de salvamento arqueológico del Tren Maya, Manuel Pérez Rivas, y negó que hubiese destrucción al patrimonio mexicano.
Por su parte, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, afirmó que no hay registros de destrucción o daños a vestigios arqueológicos en las obras del Tren Maya durante su comparecencia ante diputados el 31 de octubre pasado.
Tras ser denunciado y acusado, Cortés de Brasdefer participó en una serie de conversatorios coordinados por la Dirección de Estudios Históricos del INAH, en donde las posturas de los críticos y los titulares del salvamento en la obra se confrontaron.
Recuperación y descuido del patrimonio
Impulsada desde la secretaría de Cultura, la campaña #MipatrimonioNoSeVende tuvo importantes alcances en el INAH, pues lograron repatriaciones significativas.
Destaca la recuperación del Monumento 9 de Chalcatzingo, conocido también como “Portal al Inframundo”, el cual regresó a Morelos luego de 60 años de haber sido sustraído del país y expuesto en recintos de Estados Unidos.
De acuerdo con un boletín informativo emitido el miércoles pasado, durante la administración actual se han repatriado más de 13 mil 400 bienes patrimoniales de Alemania, Italia, Países Bajos, Estados Unidos, España, Dinamarca, Canadá y Francia.
Al reverso de la moneda, el sitio arqueológico de El Tajín, Veracruz, fue incendiado de forma intencional, lo que dañó de manera significativa los murales del sitio.
En mayo, el INAH interpuso una denuncia por robo de patrimonio en el Cañón de La Lagartija, un sitio arqueológico ubicado en el municipio de Cuatro Ciénegas, Coahuila.
Además, en días recientes, la zona protegida de Huapalcalco, Hidalgo, fue vandalizada con grafiti, dando como resultado un montículo y un monolito invadidos por pintura roja.
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Maltrato laboral
Además de los hallazgos en el área maya, otras investigaciones han dado de qué hablar en el año, entre las que destacan las tareas de salvamento en la construcción del Trolebús Chalco-Santa Martha, en donde se recuperó una máscara de cerámica fechada hacia el Posclásico Tardío; y en los trabajos de Línea 3 del Cablebús, en donde se descubrieron 10 tumbas de 3 mil 500 años de antigüedad.
Detrás de estos hallazgos se encuentran los arqueólogos, investigadores y trabajadores del Instituto que, en su mayoría, tienen contratos laborales temporales, no cuentan con seguridad social y se ha vuelto cotidiano su falta de pagos, específicamente en el último trimestre del año.
El caso de maltrato a trabajadores escaló en julio pasado, con la muerte del arqueólogo Emmanuel Reyes Estrada, quien perdió la vida mientras realizaba trabajos de prospección arqueológica en Baja California Sur.
Tras días de silencio y sin dar mayores explicaciones, el INAH informó del fallecimiento de Reyes Estrada por un golpe de calor al separarse de su grupo de trabajo. Así, la comunidad de arqueólogos del Instituto denunció, de nueva cuenta, el abandono de la dependencia hacia sus trabajadores, específicamente los arqueólogos.
Otro momento tenso se presentó en la Zona Arqueológica de Chichén Itzá, sitio que fue tomado durante dos semanas en enero pasado debido a conflictos internos con el director del sitio, Marco Antonio Santos, quien les comunicó a artesanos y comerciantes que serían removidos a un Centro de Atención a Visitantes, a 2 kilómetros de distancia.
Para el próximo año, el INAH contará con presupuesto histórico, que asciende a los 8 mil 006 millones 560 mil 385 pesos, los cuales serán inyectados, en su mayoría, para la conclusión del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) y para la adquisición de terrenos, ambas acciones en la ruta del Tren Maya.