El plagio académico cometido por el doctor José Antonio Romero Tellaeche , director del Centro de Investigación y Docencia Económicas A.C. ( CIDE ), al apropiarse de párrafos e ideas de un artículo de los economistas turcos Caner Colak , Selman Tokpunar y Yasin Uzun , publicado en 2014, para su texto titulado “Determinants of Sectoral Import in Manufacturing Industry: A panel Data Analysis”, que publicó en la Atlantic Review of Economics ( AROEC ) en 2019, tendrá implicaciones graves para el CIDE a nivel nacional e internacional.
La apropiación de ideas ajenas para hacerlas pasar como propias, acto cometido por Romero Tellaeche, se inscribe en una serie de problemáticas graves que atraviesa el CIDE y que en general enfrenta la comunidad científica en esta administración, que incluye lo que investigadores, profesores y estudiantes de la comunidad cideíta califican de corrupción al interior de la institución.
Puntualizan que el plagio cometido por la máxima autoridad del CIDE no sólo agrava otros asuntos como el conflicto de interés en el que incurrió el propio Romero Tellaeche al haber propuesto y mantener cerca a la doctora Alicia Puyana, coautora de varios de los textos que ha autoplagiado y ha querido pasar como investigaciones originales —como documenta de nueva cuenta EL UNIVERSAL —, también afecta por el nepotismo en el incurre, señalan, al haber otorgado plazas a dos de sus estudiantes y coautores —y autoplagiarios— Rodrigo Aliphat , Óscar García , y haber contratado a Mónica Santillán , quien es alumna y amiga de la doctora Puyana.
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DOS CASOS DE AUTOPLAGIO
A la izquierda, el documento original: “Apertura comercial y remuneraciones a los factores: La experiencia mexicana” (A), publicado en 2004. A la derecha, el autoplagio de José Antonio Romero Tellaeche cometido en dos ocasiones diferentes: en “Reforma estructural, contención de los salarios y ganancias de capital: La experiencia mexicana” (A1), publicado en 2005; y en “La maquila (fragmentación de los procesos productivos) y su impacto sobre las remuneraciones a los factores” (A2), que publicó en 2009. Los tres textos son firmados junto con Alicia Puyana.
La doctora Catherine Andrews , profesora del CIDE, asegura que el plagio que documenta EL UNIVERSAL es “muy burdo, de corte y pega” que, dice, son los más fáciles de identificar, pero al mismo tiempo los más burdos; sin embargo, lo que apunta es que en lo académico es un golpe al trabajo de la comunidad y la institución, pues la reputación personal del investigador y el trabajo profesional de una institución está en el valor de sus productos académicos.
“El que un investigador, en este caso el que se ostenta como director general, en conjunto con un profesor de la institución —porque su coautor es Rodrigo Aliphat, quien fue contratado por el doctor Romero a finales del año pasado y forma parte de nuestra comunidad académica— haya cometido plagio, es un golpe a la legitimidad del CIDE como institución seria, es un golpe contra nuestra reputación profesional y es un golpe muy severo contra la misma reputación profesional y ética tanto del doctor Romero como del profesor Aliphat”, afirma Andrews.
Otro de los profesores-investigadores del Centro, José Antonio Aguilar, es enfático al señalar que cualquier plagio, cualquier deshonestidad intelectual cometida por cualquier miembro de la comunidad del CIDE es gravísimo y es “un menoscabo al prestigio y al estándar ético de la institución”, y afirma que mientras más alto se está en la escala de responsabilidades, se “tiene un estándar de responsabilidad y de deber por mantener el buen nombre y el comportamiento más alto, empezando por quien lo preside”.
José Antonio Romero Tellaeche, director del CIDE
. Foto: Archivo/EL UNIVERSAL.
Para Eduardo Muñiz, estudiante de la maestría en Administración y Políticas Públicas, es escandaloso el plagio, más aún porque la institución goza de un prestigio internacional, “hoy su director comete una falta tan básica como es el plagio en el ámbito académico, le resta a la ciudadanía y al pueblo de México el esfuerzo que ha hecho de crear estos espacios de alta calidad académica. Más allá de los conflictos y precedentes, no podemos crear una academia mexicana en la que estas cosas se toleren, no solo para este sexenio sino para todos los otros sexenios que vengan”.
Y es que el plagio cometido por José Antonio Romero Tellaeche se inscribe en un momento duro para las universidades y Centros Públicos de Investigación, y es el llamado que hace Jean Meyer, quien asegura que mucho más importante que el plagio, que es muy lamentable, es la conducta de Romero Tellaeche, que sigue órdenes de María Elena Álvarez-Buylla, directora del Conacyt.
“El programa que tiene el señor entra en el programa grande de Conacyt, que es un abandono de la ciencia y la investigación y que es un ataque contra la enseñanza superior que va mucho más allá del CIDE. Es el ataque contra las universidades, contra los centros públicos de investigación, entre los cuales el CIDE es parte de una estrategia para tomar el control absoluto de la investigación y la enseñanza superior, para imponer una línea dictada desde el poder”, afirma Meyer, a quien asombra que Romero Tellaeche “no diga que no cometió el plagio en la carta que hizo llegar a EL UNIVERSAL, de cierta manera reconoce lo hecho”, dice.
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En la carta que Romero envió a este diario en uso de su derecho de réplica al texto Romero Telleache plagió artículo de economistas turcos, el economista dice:
“1. Las revistas académicas con factor de impacto cuenta con un software especializado para verificar el plagio antes de iniciar el proceso de arbitraje y antes de su proceso de publicación.
“2. Los artículos pasan por un proceso de revisión por pares que realizan académicos e investigadores especializados en el tema. Actualmente, las revistas científicas con factor de impacto, como Atlantic Review of Economics donde se publicó el artículo señalado en el Vol. 3, No. 3, Año 2019, detectan y evalúan malas prácticas científicas de manera rápida y eficaz y, de ser el caso, no publican artículos que no cumplan con los estándares requeridos”.
Y sobre que este diario lo buscó por mail, señala: “El correo se recibió en la cuenta institucional a las 21:14 hrs. del miércoles 1 de junio, en horario no laboral”.
Alicia Puyana, doctora en Economía por la Universidad de Oxford
. Foto: https://www.flacso.edu.mx
Este diario insistió en la entrevista. En su oficina respondieron que estaba muy ocupado.
Miembros del Centro redactan una denuncia sobre las faltas al Código de Ética del CIDE.
Al plagio se suma el autoplagio y el reciclaje académico de Romero Telleache de artículos en coautoría con Alicia Puyana, que EL UNIVERSAL documenta.
"El que un investigador, en este caso el director, haya cometido plagio, es un golpe a la legitimidad del CIDE como institución seria, es un golpe contra nuestra reputación profesional”
Catherine Andrews
Profesora del CIDE
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