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Con muros en colores llamativos, obras extravagantes y montajes ingeniosos, los galeristas en Zona Maco —la feria de arte más importante de América Latina— buscan sacar el máximo provecho a sus escaparates para atraer a los marchantes. Sin embargo, un discreto local no opta por esos recursos, pues cuenta con la ayuda de tres artistas: Picasso, Miró y Dalí .
Se trata de la Galería Joan Gaspar , que por primera vez viaja desde Barcelona a la Ciudad de México para presentar sus obras.
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La persona que atiende el stand es la propia Núria Ridameya Ametller, la propietaria, quien a pesar de su larga carrera en el mercado del arte aún conserva su entusiasmo hacia sus obras, entre las que destaca un dibujo que Joan Miró hizo con crayones de cera, como un regalo a Morelo Gaván, un amigo suyo que fue investigador en “infecciones o en patología”.
“Me ha gustado traer una obra dedicada aparte del trabajo que ha hecho Miró”, dice Ridameya a EL UNIVERSAL. La galerista considera que una de las virtudes de este dibujo —que de repente podría pasar como si fuera una obra que hizo un niño— es mostrar que Miró era “una persona muy humana”.
Si bien se sabe a quién perteneció la obra, el precio del dibujo es un secreto reservado para unos cuantos: “Los precios son elevados porque son precios únicos. Yo doy precios a las personas que les pueda interesar, no me gusta dar un precio en general. Mire, Zona Maco es una feria que barata no es, venir a México barato no es, por lo cual esto siempre depende de lo que se considera una cosa cara o una cosa barata. Las cosas valen lo que valen”, dice la galerista.
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En el stand hay otros cuatro cuadros de Miró, uno de Alexander Calder, uno de Salvador Dalí y tres piezas de Pablo Picasso, que son dos litografías y un dibujo en aguafuerte.
Ridameya destaca con orgullo que todas las obras de la galería “no son de mercado secundario, todas vienen directamente de los artistas. Yo no toco un Dalí que no venga directamente de Dalí a la galería. Si yo voy al mercado a comprar un Dalí, también me pueden dañar a mí, es el prestigio de mi galería el que se hunde y es un riesgo que no puedo asumir. Cuando se acabe, se acaba”, afirma.
Las raíces de la galería se remontan a 1909, cuando se creó la galería Sala Gaspar, que en un inicio fue una tienda de marcos, hasta que evolucionó.
“En los años 60, el padre de mi marido y su primo, Miguel y Joan Gaspar, empiezan a trabajar con Picasso y (Antoni) Clavé. En el año 60, Picasso quiere presentar cuadros de su colección particular en la galería de Barcelona, con un éxito y unas colas impresionantes para visitar la galería”, cuenta Ridameya.
Fue en los 90, después de diferencias familiares, que Joan Gaspar y Núria Ridameya inauguraron la Galería Joan Gaspar, como si fuera un extensión del legado de Sala Gaspar.
Consciente de ello, Ridameya incluye una línea de tiempo en uno de los muros del stand, para que los asistentes puedan dimensionar el rol que jugaron las galerías Gaspar en la historia del arte.
La galería Joan Gaspar estará en Zona Maco hasta mañana en el Centro Citibanamex.
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