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La cultura prehispánica Chimú coloca a Perú como el país donde ha sido encontrada la mayor cantidad de sacrificios y entierros de niños hasta ahora, tras haber hallado más de 200 cuerpos de infantes de entre 4 y 14 años, y 400 llamas.
El Templo Mayor, en México, era considerado el espacio donde fueron descubiertos más restos de niños, 42. Pero esto cambió tras los hallazgos en Perú.
Los cuerpos se encontraron Las Llamas y en Pampa la Cruz, explorados por el arqueólogo Gabriel Prieto, quien explica que los primeros hallazgos se hicieron en 2011, en Las Llamas, en Huanchaquito, costa norte de Perú, que fue habitado en la época prehispánica por la cultura Chimú de los años 900 d.C. hasta el 1470 d.C.
Prieto dice que en 2011 estaba en Huanchaquito para hacer investigación para su tesis doctoral cuando un poblador lo alertó sobre la presencia de vestigios, por lo que inició una serie de trabajos.
“Las Llamas fue un terreno explorado de 2011 a 2016, se encontraron 137 niños y 205 llamas. Los restos fueron fechados entre 1400 d.C. y 1450 d.C. Todos pertenecen a un solo evento y parece que los sacrificios estuvieron asociados al fenómeno El Niño”, indica.
Explica que el fenómeno meteorológico en Perú ocasiona lluvias torrenciales, y una hipótesis es que los sacrificios eran para “calmar las lluvias que estaban por venir”.
Una nueva región
A 2 kilómetros al norte de Huachanquito está Pampa la Cruz, territorio que en la época prehispánica fue ocupado por la cultura Chimú y hoy es un “pueblo moderno”.
El proceso de urbanización en Pampa la Cruz no ha terminado, es por eso que conscientes de la riqueza arqueológica, las autoridades locales hicieron entre 2017 y 2018 un proyecto de salvamento arqueológico. Además, Gabriel Prieto comenzó en 2016 un proyecto de investigación.
Entre las autoridades y Prieto, hasta el momento, en Pampa la Cruz encontraron 230 niños y alrededor de 400 llamas.
“En Pampa la Cruz ha sido excavado un 30%. Estoy convencido de que al término pasaremos los 500 niños, un gran número que nos hace pensar sobre el rol de la violencia ritual en sociedad prehispánicas”, dice el arqueólogo que ayer dictó la conferencia magistral “Ceremonias de sangre y sacrificios humanos en la Costa Norte del Perú”, en El Colegio Nacional.
Más simbolismos
Se cree que los niños encontrados en Las Llamas fueron sacrificados en el marco del fenómeno El Niño; sin embargo, Prieto declara que en Pampa la Cruz se descubrió que los sacrificios no solamente estuvieron relacionados con los cambios meteorológicos.
“El segundo sitio muestra que no sólo se sacrificaron por los cambios climáticos sino que fueron una parte regular de su estrategia religiosa, política o militar”.
Prieto profundiza en la hipótesis de la política, pues dice que los sacrificios también pudieran estar asociados al nacimiento o muerte de los emperadores chimús.
“Además estuvieron relacionados con sus estrategias militares, porque los chimús fueron un estado expansivo y estos sacrificios coinciden con su expansión hacia el norte, es decir, es claro que no eran niños de la zona”.
Para confirmar su hipótesis, el también investigador de la Universidad de Florida en Gainesville señala que será necesario un estudio más detallado “de los isótopos estables pesados (plomo, estroncio) y contrastar con las fuentes de agua de la región de donde se cree que vienen los niños”.
Sobre por qué no hubo sacrificios de adultos, Prieto dice que los chimús fueron “cuidadosos” al seleccionar a sus víctimas: “Los niños eran un elemento maleable, desde el punto de vista antropológico no son ni mujeres ni hombres aún, están en un proceso de transformación, además se generaba un efecto económico de 2x1 porque se mandaba un mensaje a los dioses con un ser que es hombre y mujer al mismo tiempo”.
Pero los niños no fueron los únicos sacrificados, junto a ellos han sido encontradas alrededor de 400 llamas, animales que también tienen una carga simbólica,
“A diferencia de Mesoamérica, en Perú sí tuvimos un animal de carga, la llama. Era un importante medio de transporte y una fuente de proteínas. La carne fue muy consumida; además tuvieron un valor simbólico pues hay una constelación de La Llama que aparece alrededor de noviembre y que según la concepción de las sociedades prehispánicas, está asociada con la llegada de las lluvias y con eso, el periodo de siembra”.
Para poder confirmar cada hipótesis, en México se puede recurrir a fuentes históricas como los códices; sin embargo, en Perú se enfrentan a una situación diferente por la falta de estos recursos.
“En Perú no desarrollaron o no hemos descubierto registros escritos de sus tradiciones, historia y actividades, y esto está relacionado con su organización pues había una obsesión en estas sociedades por reemplazar constantemente. ‘A rey muerto, rey puesto’, es decir cuando moría, era enterrado con todos sus bienes, sobre ello se construía un nuevo templo y el otro era olvidado. Así, los hallazgos nos van dando capítulos de nuestra historia”.
“Estamos sensibilizando a la población, involucrarla para generar interés” y con Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor, buscamos entablar un canal académico porque de América somos dos de los países con mayor riqueza arqueológica.