El artista estuvo acompañado de otras tres personas por una hora en el , tiempo en el que recorrió cinco salas y pudo “tocar con los labios” alrededor de 30 piezas arqueológicas; sin embargo, , director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) , dijo que no hubo daños hacia las piezas y que aunque se llevó a cabo esta acción por parte de Romero, no hubo “ninguna falla en los sistemas de seguridad” del Museo al que catalogó como el “más seguro” de todo el país.

“En ningún museo del mundo cada visitante tiene un vigilante a su lado. Esta persona (Romero) se introduce al museo con tres acompañantes, cuya función era estar dando aviso para el caso de la aproximación de algún vigilante. Acercarse a una pieza a una distancia tan cercana no es correcto, pero en cualquier museo del mundo es posible. Afortunadamente, en este caso, las aproximaciones no causaron daños, como sí en otros recintos culturales. No pensamos que haya habido ninguna falla en los sistemas de seguridad, porque no estuvimos frente a un comportamiento de daño (hacia las piezas). Hay que ir revisando nuestros esquemas”, dijo Diego Prieto.

Ante la insistencia de los representantes de medios de comunicación, el director del INAH ofreció una conferencia de prensa, luego de que se diera a conocer a través de redes sociales que Romero estuvo en el Museo Nacional de Antropología (MNA) para besar y lamer diferentes objetos prehispánicos, entre ellos, El Luchador, escultura de la cultura olmeca.

“El artista fue al Museo Nacional de Antropología en CDMX, besó y lamió algunas piezas de su colección. Por supuesto que esto coloca a las espectadoras en una posición incómoda, están presenciando un aparente daño (habrá que discutir qué tanto afecta la saliva a la piedra) a ‘nuestro patrimonio’. A diferencia de las subastas de Drouot de piezas prehispánicas que son realizadas casi sin la indignación generalizada de la audiencia”, se lee en una publicación que promocionó el performance de Romero.

La publicación difundida a través de Instagram desde la cuenta “Obrasdeartecomentadas” está acompañada de un video en el que se ve al artista vestido con saco amarillo y lentes oscuros, caminó por varias salas del MNA, se acercó a las piezas expuestas para besarlas y lamerlas.

Sin embargo, Prieto negó que la acción de Romero se haya podido realizar por un deficiente sistema de seguridad, al contrario, describió al MNA como el espacio cultural más seguro de todo México: “Tenemos sistemas que mundialmente obedecen a las normas máximas de seguridad que se reforzaron considerablemente después del terrible incidente de 1985 y esto llevó al Instituto a fortalecer su sistema su seguridad y recientemente se fortalecieron, por lo tanto podríamos pensar que tal vez sea el museo que existe en este país”.

El director del MNA, Antonio Saborit, secundó la idea de Prieto, pues “en términos generales, la conducta del visitante es ejemplar. Tenemos este lamentable caso y de él hemos de aprender”.

Saborit explicó que tuvieron conocimiento de la acción de Romero desde el sábado por la tarde, pues en redes sociales se publicó el performance, mismo que fue “bajado” casi de forma inmediata, y que a través de las cámaras de seguridad, pudieron identificar cómo se grabó todo el performance.

“Tenemos el registro de que este grupo de cuatro personas ingresó a las 12:28 del 31 de marzo y salieron a la 1:27. El número de piezas que tocó esta persona con los labios es aproximadamente de 30, en cinco salas: sala del Golfo, mexica, teotihuacana, tolteca y Oaxaca. Desde que tuvimos conocimiento nos pusimos en contacto con el área jurídica del Instituto”, indicó Saborit.

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Sin embargo, la declaración de Saborit contrasta con lo informado por el área de Comunicación del INAH, quien este martes dijo que apenas se revisaban “los sistemas de seguridad del museo para determinar cuándo fue realizada la grabación, si hubo contacto directo con las piezas y determinar las acciones a seguir”.

Aún así, Saborit detalló que “el grupo de cuatro personas estuvo perfectamente organizado, caminaban en torno a la persona con el saco amarillo (Pepx Romero), la persona con esta vestimenta elegía la pieza, miraba hacia los lados para que le dijeran sus socios si podía proceder o no, cuando esto era así, se quitaba el cubrebocas y en ese momento inclinaba la cabeza y tocaba con los labios la pieza. Es menos de un segundo, lo que vimos (en los videos compartidos en redes sociales) fue un material editado, ralentizado, sonorizado, subtitulado”.

Presupuesto del Museo Nacional de Antropología para vigilancia

Durante una hora, Pepx Romero y sus acompañantes pudieron recorrer cinco salas y tener contacto con cerca de 30 objetos arqueológicos de los más de 8 mil que se encuentran exhibidos actualmente en el MNA.

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“Tan sólo en la sala mexica hay expuestos mil 500 objetos arqueológicos. Es muy difícil el cerco uno a uno, como se antojaría. Desde el área de monitoreo hay un par de personas que se turna para el monitoreo de las pantallas. Por cuestiones de seguridad nunca hemos dicho el número de cámaras que tenemos operando en el museo, pero puedo asegurar que son más de 250 de última generación”, apuntó el director del museo.

Explicó que actualmente el recinto está resguardado por 111 elementos: “Cada día hay 65 elementos repartidos en todo el museo. Ellos se encargan de vigilar el bienestar del museo en todas su áreas, no sólo las salas de exposición permanente”.

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