El artista Paul Nevin exhibe sus emociones hechas escultura en la exposición “Forjado en México”, en el Seminario de Cultura Mexicana.
De origen francés, Nevin explica que eligió ese título para la muestra porque “mi esencia fue forjada en México”. El escultor explica que antes de llegar al país, en 1972, hacía escultura en piedra, pero aquí ya aprendió con un herrero a forjar el metal.
En la exposición se muestran aproximadamente 30 esculturas de metal. La selección de las obras no fue iniciativa de un curador o del propio Nevin, sino de las esculturas en sí, explica el artista.
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“Casi casi ellas son las que deciden que se van a poner guapas para irse a la exposición, yo nada más consigo el transporte”, bromea Nevin, quien agrega que es difícil de explicar cómo identifica qué escultura quiere ser exhibida.
El escultor explica que él percibe a las esculturas como objetos con vida y que surgen a partir de sentimientos y sensaciones, incluso aquellos que son negativos, como la ira.
“Una vez que tengo esa emoción en mi cabeza y veo si se esfuma o no. Si se queda, la intento dibujar y una vez que se define esa emoción en lápiz, ahí la dejo un tiempo. Cuando pasan los años y vuelves a ver tus dibujos, hay algunos que te piden ser forma. Ahí es cuando ya empiezas a pensar en detalles prácticos como la escala o el grosor del metal”, dice el artista sobre su proceso creativo.
Al trabajar siguiendo su intuición, Nevine explica que eso no garantiza librarse de los errores o sentir inseguridad sobre cómo aborda sus emociones a través del metal.
“Una escultura se hace perfecta cuando se usa el corazón, la mente y la mano (...). La inseguridad es nuestro compañero de cama, siempre está el miedo y la duda, pero eso es una parte integral de la creación”, afirma.
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Así se forjó Paul Nevin en México
Paul Nevin nació en Bayona, Francia, sin embargo, dice que no se siente francés “ni de ningún otro lugar”. A los 2 años, Nevin y su familia se mudaron a España y a los 12 se fueron a Inglaterra. Tras su primer viaje a México, decide mudarse a Guadalajara.
“Fue un cambio bastante radical -dice el artista que había estudiado anteriormente en Londres- Cuando llegué a Guadalajara empecé a trabajar con un herrero (don Luis Chavira), extrañamente ubicado en la calle Herrería. Llegué buscando trabajo y le pregunté cuánto me iba a pagar y me dijo ‘yo no te voy a pagar nada, tú vas a venir, vas a ser estorbante, así que me vas a ayudar y te voy a dar de comer’”, recuerda Nevin en entrevista sobre su inicio en la escultura de metal en México.
¿Cómo fue la ceremonia de graduación de Nevin como herrero? Fue con el acto simbólico de compartir la mitad del hígado de pollo que su maestro siempre se servía en su caldo de pollo. “Así supe que me había graduado, que había dejado de ser el ‘estorbante’”, cuenta Nevin.
Nevin estudió en Maidstone College of Art y en la Escuela de Artes Plásticas Guadalajara Jalisco, es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte y de la Academia De Las Artes. Ha expuesto en la Galería O.M.R, en el Museo de Arte Moderno, en el Museo Federizo Silva y en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez Zacatecas, por mencionar algunos. Su obra forma parte de las colecciones de recintos como Instituto Tecnológico de Monterrey, Instituto Politécnico Nacional y Colección Banco de México.
melc