Más Información
Guadalupe Taddei solicitará ampliación del presupuesto para la elección judicial a la Cámara de Diputados; “si funciona, estaremos mejor en calidad y resultados"
Sheinbaum es una "consumidora voraz" de información: José Merino; el tablero de seguridad, herramienta clave, destaca
IMSS-Bienestar asegura mantener contratados a 2 mil trabajadores en entidades no adheridas al organismo
Rosa Icela Rodríguez se reúne con próximo titular del INM; “arrancaremos el 2025 con mucho trabajo”, asegura
SSa llama a tomar medidas preventivas ante bajas temperaturas; pide proteger salud por temporada invernal
abida.ventura@eluniversal.com.mx
Por más de dos siglos, La Esperanza, La Fe y La Caridad habían permanecido vigilantes en lo alto de la Catedral Metropolitana. El sismo del 19 de septiembre hizo caer a la primera escultura que se rompió en tres partes y alteró la estabilidad de las otras. Por eso, como medida de prevención, el INAH ha decidido jubilar las piezas originales de Manuel Tolsá y sustituirlas por réplicas.
El recinto, a pesar de tener afectaciones “importantes”, ninguna la pone en riesgo de colapso, según aseguran el INAH y la Arquidiócesis de México. “Son daños serios, pero no ponen en riesgo de colapso o de derrumbe las torres del campanario ni las cubiertas de la Catedral”, dijo a EL UNIVERSAL Arturo Balandrano, coordinador de Monumentos Históricos del INAH.
La fachada principal de la Catedral, el atrio y las puertas de acceso estarán cerradas hasta que trabajen en la fachada y retiren las otras dos esculturas. “Esas están en su lugar, pero sueltas... Tolsá las puso sobre los pedestales sin poner un elemento de fijación adicional a la mampostería, con el sismo, se movieron y el cemento que las tenía pegadas a sus bases se rompió. La que se cayó, no se hizo polvo, se fragmentó, recuperamos los pedazos para restaurarla”, aclaró Balandrano.
Ahora, por su inestabilidad y el desgaste detectado en la cantera, las retirarán. “La cantera está desgastada por contaminantes de la atmósfera, de la lluvia ácida, eso va desgastando el volumen de la cantera y se empiezan a hacer polvorientas”.
Ya restauradas, las piezas creadas por Tolsá a principios del siglo XIX se exhibirán en la Catedral.
Según Balandrano, otra de las partes más frágiles son las torres de los campanarios, sufrieron grietas, fisuras y desprendimientos de cantera y serán una de las áreas que atenderán enseguida. “Estamos en el proceso de la compra de madera que se necesitará para hacer los apuntalamientos en las dos torres”, indicó.
Ahí, dijo el vocero de Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar, se restringió el acceso desde el primer momento; las visitas guiadas a esa área están suspendidas. “Sí hay daños en las torres, pero no tan graves, los especialistas dijeron que pondrán un andamiaje, un apuntalamiento interno y con esto ya no hay peligro”, dijo y añadió que tanto INAH como la Dirección de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura federal dieron luz verde para reabrir el lugar al culto porque no hay daños graves, “la Catedral no está colapsando”.
Recomendaciones. Balandrano advierte que es necesario tomar medidas preventivas, como evitar vibraciones que pueden ser provocadas por otro sismo, por el tránsito vehicular, por fuentes sonoras muy altas en decibeles o por el movimiento de muchas personas en el Zócalo, como en el concierto del domingo.
Según el funcionario, esas recomendaciones fueron notificadas a la Iglesia y al gobierno de la ciudad, y dos días antes del concierto se hizo una visita de inspección con representantes de las Secretarías de Gobierno, la de Cultura local, Seduvi y la Autoridad del Centro Histórico. “Ante la inminencia del concierto del domingo comunicamos a las autoridades de la ciudad sobre esta situación y nos pidieron ver los daños, organizamos una inspección”. En la visita les “hicimos recomendaciones, ellos nos dijeron que sí lo analizarían y lo presentarían a sus autoridades en la ciudad”.
¿Pudo haber afectado esta concentración de personas y el concierto a las torres?, se le preguntó. “Sabemos que el gobierno de la ciudad tomó medidas de mitigación ante las recomendaciones que hicimos. Por ejemplo, redireccionaron el foro y los equipos de sonido para alejar las vibraciones en el sentido contrario de la Catedral, el foro se puso de espaldas a la Catedral. Creemos que se hizo porque atestiguamos lo que sucedió y monitoreábamos las torres para saber si había vibración”.
El funcionario descartó daños por este evento, pero advirtió que esas recomendaciones siguen vigente.
EL UNIVERSAL consultó a la Secretaría de Gobierno sobre las medidas que se tomaron y que se están tomando para atender las recomendaciones, pero la oficina de Comunicación Social de esa dependencia señaló que no tienen registro de notificación oficial sobre ese asunto.
El titular de la Autoridad del Centro Histórico, Jesús González Schmal, indicó que el estado actual de la Catedral requiere de esas medidas de prevención, pero esperarán a que los ingenieros y el INAH culminen los análisis estructurales para determinar si realmente se tienen que tomar esas medidas. “Es una responsabilidad muy grave y no puede excluirse cualquier medida preventiva, pero lo recomendable es profundizar los estudios para llegar a un conocimiento científico y luego tomar las decisiones”, dijo.