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abida.ventura@eluniversal.com.mx
Cuando el sismo del 19 de septiembre cimbró la bóveda y las torres del campanario del convento de San Juan Bautista en Yecapixtla, algunas áreas del inmueble quedaron repletas de escombros. En el atrio principal fragmentos de muro cayeron sobre las bancas, en su fachada principal el sismo desfiguró el rosetón de estilo gótico que lo caracterizaba; en el claustro, una pared que colapsó dejó entre el polvo y ruinas uno de los archivos parroquiales históricos más completos del estado de Morelos.
Este conjunto conventual agustino fue uno de los 14 monasterios y conventos de Morelos y Puebla declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO que la tragedia de septiembre devastó. Además de daños en su estructura, uno de sus tesoros históricos afectados fueron las 65 cajas archivadoras que contenían parte de la memoria de ese pueblo morelenese y sus habitantes desde 1642 hasta finales del siglo XIX. Ahí también estaban documentos del siglo XX y XXI que la comunidad utiliza constantemente para trámites religiosos o civiles.
Ese acervo, conformado por libros de nacimiento, actas de bautizo, de matrimonio, de defunciones, así como de una colección de libros antiguos del siglo XVIII y XIX, fue una de las víctimas colaterales del sismo, pues en la oficina parroquial donde
se encontraba colapsó un muro de unos 10 metros de grosor que bloqueó el acceso.
Ahí permaneció durante tres meses hasta que en diciembre un equipo de restauradores de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se dio a la tarea de recuperarlo y trasladarlo a otra sección del inmueble para ponerlo a salvo y permitir que los vecinos del pueblo lo sigan utilizando.
“Los documentos están en perfecto estado de conservación, pero por una cuestión preventiva se trasladó para evitar daños, en caso de que hubiera otra cuestión con el inmueble porque el muro está inestable y una parte se derrumbó. También por la accesibilidad a la consulta”, dice en entrevista la restauradora Teresita Bernarda Díaz Villanueva, quien es la encargada de los trabajos de rescate de este archivo.
Su rescate y traslado era urgente, ya que se trata de un archivo que tiene una importancia crucial en la vida
de la comunidad, explica la investigadora, quien tiene a su cargo el Programa Nacional de Conservación del Patrimonio Documental de dicha coordinación.
“Hay mucha gente que no tiene regularizados sus documentos civiles y éstos documentos religiosos, como las fes de bautizo o las actas de matrimonio, les sirven para hacer trámites de otro tipo; el archivo está en consulta constantemente y el hecho de que estuviera en un inmueble restringido y en riesgo limitaba su consulta habitual”.
“Antes de la instauración del registro civil, en el siglo XIX, el registro de la vida de las personas, de cuándo na cían, cómo nacían, con quién se casaban, cuándo morían o dónde estaban enterrados, se encontraba en los archivos parroquiales. Después pasó a manos del gobierno civil, pero en los archivos parroquiales históricos está la historia de la gente de los pueblos, por eso es muy importante la conservación de los documentos que están ahí”, refiere.
Hace unos años, la asociación Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (ADABI) realizó trabajos de catalogación y conservación en el acervo, colocó los documentos en cajas especializadas y las resguardó en vitrinas. Esas medidas ayudaron a que no sufriera más daños.
Los tesoros que resguarda. Considerado uno de los archivos más completos de la Diócesis de Cuernavaca y de los más antiguos en la región, este archivo parroquial resguarda una parte de la historia de Yecapixtla y de lugares aledaños; en los registros, libros y cartas también hay información valiosa sobre la vida en el convento, así como de conflictos sociales o políticos de diferentes épocas.
Entre la correspondencia histórica está, por ejemplo, una carta de 1795, donde el virrey marqués de Branciforte pide a las autoridades de Yecapixtla y al cura que soliciten a la feligresía donativos para sostener la guerra que España enfrentaba entonces contra Inglaterra. En otra carta de 1851, se refiere a la censura de la obra “El secreto de Roma en el siglo XIX” (escrita por el francés Eugène Briffault), en la que el autor ridiculiza a la iglesia católica, elogia la reforma protestante y a Martín Lutero.
Según el inventario realizado por ADABI México, ahí también hay escritos que dan cuenta del rechazo que había contra el movimiento encabezado por Miguel Hidalgo en 1810 o informes que describen la manera en que las parroquias de la región se organizaron durante el conflicto revolucionario de 1910.
De acuerdo con Díaz Villanueva, dentro de la larga lista de los bienes culturales afectados por los sismos de septiembre el de Yecapixtla es el único archivo documental que han atendido por ahora. Sin embargo, no descarta que existan otros casos, pues el inventario de los daños se sigue actualizando.
Murales, el otro acervo afectado. El rescate del archivo se realizó como parte de los trabajos de emergencia que emprendieron brigadas de restauradores y arquitectos en el convento. Ahora están a la espera de contar con los recursos para comenzar atender las áreas o bienes culturales más afectados, como los murales que decoraban la bóveda del templo.
“Hemos trabajado con el archivo y estamos en la evaluación de pintura mural”, indica Liliana Giorguli, coordinadora nacional de Conservación. De acuerdo con la funcionaria, los frescos resultaron dañados por una grieta que atravesó el techo del templo, además de que en los días posteriores al sismo, estuvieron expuestos a filtraciones de agua debido a las lluvias que se registraron.
Además de daños en su acervo, el convento quedó con fracturas en su bóveda, campanarios y fachada. También perdió uno de sus relojes de sol que se encontraba en el claustro. La restauración de todos estos daños comenzará una vez que se tengan los recursos, cuenta Liliana Giorguli:
“Se han hecho dictámenes de las afectaciones, cuantificaciones de daños, y estamos en la etapa de conciliación con la aseguradora Banorte, que es la que tiene el contrato con el INAH de este seguro de patrimonio; en el convento hubo ya acciones de apuntalamiento y de resguardo de emergencia con financiamiento APIN (Apoyos parciales inmediatos) del FONDEN, ahora se está por llegar a la fase de restauración con financiamiento del seguro del INAH. Si es necesario, esperamos complementar con financiamiento FONDEN”.