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El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) abrió ayer una nueva ventana arqueológica en Tlatelolco. Se trata de los vestigios del Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl, una estructura circular descubierta en 2014 y que ahora se puede contemplar en un espacio subterráneo de 361 metros cuadrados en un centro comercial en la avenida Ricardo Flores Magón.

La estructura circular de 12 metros de diámetro fue hallada hace cuatro años durante trabajos de demolición del supermercado El Sardinero para construir una nueva plaza. Después de varios años de exploración y restauración, el vestigio quedó encapsulado en un pequeño espacio que ahora se puede apreciar desde la avenida y que permitirá la visita al público de manera gratuita.

Además del adoratorio dedicado al dios del Viento, en ese espacio se puede apreciar una parte de lo que pudo haber sido un templo anexo dedicado a las deidades de Chimalma o Xipe Tótec. Por ahora sólo se aprecia una sección de esa estructura, pues el resto está debajo de la avenida Flores Magón.

En esa área que sólo se podrá recorrer con cita, los arqueólogos del INAH localizaron durante las excavaciones 32 entierros humanos, 24 de ellos de niños dispuestos en ollas, figurillas representativos de Ehécatl y materiales diversos.

Durante un recorrido por el espacio, Salvador Guilliem, director del Proyecto Tlatelolco 1987-2018, dijo que las osamentas salieron a la luz en diversos puntos de la pirámide y corresponden a diversos momentos. Entre los infantes se halló el esqueleto de un bebé colocado dentro de una cista-ofrenda, junto a huesos de ave, obsidiana, espinas de maguey, restos de copal y una cuenta circular de piedra verde para atraer la lluvia. El arqueólogo recordó que los sacrificios de niños estaban relacionados con la petición de lluvia: “Hay crónicas de Sahagún y Durán que dicen que dependiendo de la cantidad de llanto, la cantidad de lluvia que se esperan”.

Añadió que en la zona arqueológica de Tlatelolco en otro templo dedicado a esa deidad también han hallado una ofrenda de 41 niños.

Guilliem explicó que debajo de ese templo circular de Ehécatl se esconde otro de planta bicónica que data del siglo XIV, pero fue cubierto después con la estructura circular que ahora se puede apreciar.

Al inaugurar el lugar , el director del INAH, Diego Prieto, explicó que a pesar de que se trata de un espacio en un centro comercial, su administración y manejo estará a cargo del INAH. El funcionario destacó la colaboración de los inversionistas al permitir que los vestigios quedarán a la vista del público y dijo esto es una muestra de que el pasado prehispánico no está peleado con la modernidad. “No podemos contraponer equivocadamente modernidad y memoria, y esto es lo que día a día hace el INAH, encontrando la comprensión de la sociedad y de empresarios responsables como los del Bufete de Desarrollo Inmobiliario, quienes con todo y que a veces los veíamos con cara de desesperación, finalmente apechugaron y colaboraron con el proyecto; y estoy seguro de que ahora saben que no se trata sólo de un negocio, sino también de un gran proyecto de rescate cultural”, añadió.

Por su parte, Salvador Guilliem dijo que los arqueólogos del INAH supervisaron en todo momento las obras de construcción en la plaza y descartó que se hayan registrado daños en los vestigios arqueológicos o en las osamentas ahí localizadas. Comentó que analizan poner a la vista del público una selección de las piezas arqueológicas en una vitrina en el centro comercial.

Los vestigios se pueden ver a través de vitrinas desde la avenida Flores Magón o desde el estacionamiento subterráneo del centro comercial, pero el acceso al lugar sólo se podrá hacer mediante visitas guiadas con previo aviso a la administración de la Zona Arqueológica de Tlatelolco. La visita al sitio será gratuita.

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