En la esquina de Guatemala y Argentina, el equipo del Proyecto Templo Mayor continúa con la excavación de una rica ofrenda de la que han recuperado unos 6 mil 500 objetos, entre ellos 23 piezas de oro que acompañaban a un lobo.
Las piezas doradas fueron colocadas en una caja de ofrenda por los sacerdotes mexicas para ataviar a este lobo que fue sacrificado cuando tenía pocos meses de edad. Los restos del animal, que ya fueron recuperados de la caja que ahora excavan, estaban acompañados de cuchillos de pedernal.
Ahí, al pie del Templo Mayor, donde el equipo del arqueólogo Leonardo López Luján instaló desde 2006 un campamento de excavación, de esa misma caja de ofrenda siguen brotando cientos de restos de fauna marina, como erizos, conchas, peces y estrellas de mar.
En este terreno, los arqueólogos han recuperado desde 2007 hasta la fecha unas 47 ofrendas, todas ellas asociadas al monolito de Tlaltecuhtli, la diosa de la tierra. En ese espacio también descubrieron una parte del Cuauhxicalco, una plataforma cilíndrica decorada con cabezas de serpiente, sobre la que se hacían sacrificios y se incineraban los restos de los gobernantes mexicas. La otra mitad de la estructura se puede ver actualmente en el nuevo vestíbulo del Templo Mayor, área que colinda con dicha zona de excavación.