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Por medidas de austeridad emprendidas por el gobierno federal, 62 proyectos de restauración , conservación y difusión que tenía previstos para este año la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) se encuentran en riesgo.
Este año, la ENCRyM tenía un presupuesto de poco más 2 millones de pesos; sin embargo, debido a la austeridad, la institución educativa solamente podría ejercer un máximo de 300 mil pesos, es decir, enfrentarían un recorte del 88%.
“Hay una asignación presupuestal que en la forma de organización interna del INAH es para ‘proyectos’. El presupuesto de la escuela aprobado para este año era de poco más de 2 millones de pesos, para actividades de docencia, investigación y difusión. (Ahora) nos están diciendo que para ejercer tendríamos máximo 300 mil pesos, lo cual significaría el recorte del 88% del presupuesto para la ENCRyM”, dice en entrevista la restauradora Liliana Giorguli.
El 23 de abril se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto en el que se establecieron las medidas de austeridad que deberán seguir las dependencias de la Administración Pública Federal, y en él se señaló que “no se ejercerá el 75% del presupuesto disponible de las partidas de servicios generales y materiales y suministros”.
La especialista que estuvo a cargo del equipo de la restauración de la escultura ecuestre El Caballito indica que el recorte tiene repercusiones directas al Capítulo 2000, en donde se encuentra la adquisición de materiales, y al Capítulo 3000, en el que se incluyen los servicios; es decir, ambos capítulos “son motivo de afectación en el recorte”.
La ENCRyM, explica la restauradora, destina los recursos a través de diferentes conceptos, dos de ellos son el Sistema Institucional de Proyectos y el Gasto Básico, y en ambos “hubo recortes”, pero en donde se ven las afectaciones de “forma desproporcionada” es en el de los proyectos.
“La escuela tiene este año aprobados 62 proyectos activos, para las distintas funciones y áreas académicas que tiene la escuela. Algunos de esos proyectos se desarrollan en actividades de investigación, docencia y difusión. No sólo se aprueban anualmente, muchos de ellos son de continuidad. Con esta reducción quedaremos en un nivel mínimo de operación”.
La restauradora señala que desde que se publicó el decreto, la comunidad en general del INAH se ha manifestado, pero ahora su preocupación ha aumentado porque el 22 de junio el Instituto difundió un comunicado interno sobre cómo se tendrían que reducir los gastos.
Después de ese comunicado, hubo un “primer señalamiento verbal hacia la dirección de la ENCRyM de que el posible monto para ejercer sería máximo de 300 mil pesos. No lo tenemos por escrito. Hasta donde nosotros conocemos no está por escrito como una afirmación, por eso lo digo en términos de que es una propuesta”.
El pasado miércoles 30, la comunidad de la ENCRyM envió una carta al presidente en la que rechazaron el recorte y externaron su desacuerdo con los mensajes del director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto, quien ha afirmado que no habrá afectaciones en las actividades sustantivas del Instituto.
“Disentimos de la postura del director general del INAH cuando ha afirmado que no hay afectaciones a las actividades sustantivas del Instituto, porque las estamos viviendo. Disentimos y con todo respeto, creo que no está percibiendo el impacto”, declara.
Liliana Giorguli sostiene que firmó la carta, pero también dice que tanto ella como los demás firmantes están conscientes de la situación actual del país por la pandemia de Covid-19, aunque espera que se tengan las mismas consideraciones aplicadas a otras instituciones de investigación, como los Centros Públicos de Investigación del Conacyt, que fueron exentados del recorte.
Este año, la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía cumple 52 años; sin embargo, la restauradora señala que en toda la historia de la institución no se había visto una crisis como la que enfrentan actualmente.
“(El recorte) es histórico y avasallador. Nunca habíamos tenido una afectación presupuestal de esta magnitud. No sólo en este sexenio sino también en anteriores pareciera que a veces el ámbito de la cultura no tiene la prioridad que nosotros estamos convencidos que sí tiene en función del desarrollo sostenible de la nación. No siempre hemos sido boyantes presupuestalmente, siempre nos hemos sentido insuficientes y más dentro del INAH”, dice.