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ssierra@eluniversal.com.mx
En 2007, las colosales cabezas olmecas del Parque Museo de la Venta acabaron sumergidas por las históricas inundaciones en la ciudad de Villahermosa; 10 años después, 2 mil 340 bienes inmuebles y 5 mil 789 bienes muebles en 11 estados sufrieron daños por los terremotos.
En México son los fenómenos naturales los que más han afectado el patrimonio cultural, asegura el arquitecto José Enrique Ortiz Lanz, coordinador de Museos y Exposiciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). “El INAH ha mantenido una política paulatina de puesta al día y no tenemos condiciones de alto riesgo por la infraestructura, pero sí de riesgo natural”. Ortiz Lanz plantea que cada museo debe tener no sólo un diagnóstico de sus colecciones, sino de sus riesgos.
La destrucción de 90% del acervo del Museo Nacional de Río de Janeiro por un incendio hace unos días abrió la pregunta acerca de qué mantenimiento tienen las instalaciones de los museos mexicanos, cómo conservan sus colecciones y qué riesgos enfrentan.
Una de las mayores pérdidas de patrimonio cultural en México fue causada por un incendio en 1982 en la Cineteca, que arrasó con 90% de su patrimonio. Otro incendio que pudo causar una tragedia cultural se produjo en julio de 2017 en el Palacio de Bellas Artes, resultado de un corto circuito en un taller de iluminación.
Un año después, a pregunta expresa de EL UNIVERSAL sobre la periodicidad del mantenimiento en sus museos, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) responde que “es permanente”; detalla que “previo a las estaciones de lluvias se concentran en las impermeabilizaciones”.
En febrero de 2017, otro incendio, de menores dimensiones y como resultado de una falla eléctrica, provocó daños en un vitral de Rufino Tamayo en el Planetario Alfa de Monterrey.
Aunque los fenómenos naturales causen desastres en el patrimonio cultural, muchos daños se pueden prevenir, como las recientes filtraciones de agua en la Biblioteca Nacional de Antropología del Museo Nacional de Antropología. Los daños se presentaron a pesar de los trabajos de impermeabilización que se realizaban (según el Portal de Obligaciones y Transparencia, la sustitución del sistema de impermeabilización de las cubiertas de la Biblioteca costó 3 millones 336 mil 744 pesos).
Acervos. El mantenimiento de los museos es costoso y abarca muchas áreas de un edificio —estructura, humedad, sistemas eléctrico e hidráulico, ventilación, prevención de incendios—, así como sistemas de conservación de colecciones que son especializados. Otro rubro es el de los seguros; todos los acervos de INAH e INAH lo tienen.
El INAH cuenta con una red de 160 museos y salas; el INBA, con 18 museos. Son los que guardan la mayor riqueza cultural, arqueológica, artística e histórica de México en el sector público. Las dos instituciones aseguran que el mantenimiento de edificios, sistemas de electricidad, humedad, aire e hidráulico y bodegas se lleva a cabo de manera permanente.
“Las tareas de mantenimiento están previstas en el presupuesto anual de manera global. Las obras son coordinadas por la Dirección de Recursos Materiales del INBA, la cual, a partir de los reportes y solicitudes de los museos, genera proyectos de intervención y mejora de los inmuebles”, reporta el INBA.
En el caso del INAH, Ortiz Lanz explica que cada museo o cada Centro INAH es responsable de su presupuesto. Este 2018, además de los recursos que normalmente se destinan a mantenimiento, hubo una partida adicional de 83 millones de pesos: “Se duplicó la cantidad de recursos de la Coordinación de Museos para mantenimiento de la red de museos, son cerca de 83 millones adicionales; se dio mantenimiento a 30 recintos en 22 estados. Entre el presupuesto ordinario y el extraordinario son más de 200 millones para mantenimiento”. Ortiz Lanz añade que el mantenimiento se lleva más de la mitad, cerca 60% del presupuesto de un museo; es un mantenimiento que no sólo abarca instalaciones sino equipo y tecnología, y capacitación.
Acerca de los trabajos de mantenimiento en edificios declarados Monumento Artístico, o que están incluidos en la Relación de inmuebles con valor estético, el INBA informa que es la Dirección de Arquitectura la que supervisa y avala dichos proyectos y su ejecución.
Dado que son edificios muy antiguos, declarados bienes históricos, diversos museos del INAH han requerido trabajos de mantenimiento a fondo, como el Regional Michoacano, cuyas instalaciones eléctricas y demás se renovaron recientemente.
El caso de Antropología. El Museo Nacional de Antropología posee un acervo arqueológico de 92 mil 111 piezas, y etnográfico de 52 mil 839 piezas; en total, 144 mil 950; existe un seguro para todas las obras. Para el almacenamiento posee un sistema vertical instalado en la bodega de arqueología y etnografía en 2011, y en la bóveda de arqueología en 2014. La bóveda de códices cuenta con sistema de aire acondicionado de precisión que controla humedad y temperatura. La bodega de arqueología tiene una manejadora de extracción de aire.
En cuanto a sus instalaciones eléctricas, en 2011, 2012 y 2013 se cambiaron tableros, interruptores y plantas de emergencia de alta tensión; cuenta con una tercera planta de emergencia. En 2014 se renovó el cableado e iluminación perimetral del museo así como el del sistema de drenaje de agua pluvial y aguas negras. El cableado eléctrico de todo el museo, tanto el de mediana como el de baja tensión, data de 2015. Se da mantenimiento mensual a los sistemas de bombeo, plantas de emergencias, tableros de distribución, equipos de aire acondicionado, equipos de extracción de aire, elevadores, salva escaleras y escaleras eléctricas. Cuenta con un sistema de detección de humo y fuego; por la naturaleza de las colecciones, cuentan con extintores de polvo químico, de gas HFC236 y algunos de agua contra incendios.
Otros recintos. En el caso de los museos del INBA, un ejemplo es el del Munal, que tiene en sus colecciones 6 mil 728 objetos en dos bodegas con mobiliario especializado; posee aire acondicionado sistematizado. Del sistema eléctrico, el INBA informa que se revisó el año pasado, (casi todos los recintos expositivos de INAH e INBA, entre estos el Munal, mudaron o están mudando a un sistema LEDs especializado para museos).
Las instalaciones hidráulicas fueron renovadas entre 2014 y 2016. Las colecciones del museo están aseguradas según el contrato marco que cada año se licita. Y en caso de incendios cuentan con 16 extinguidores con última recarga en mayo; además de extinguidores de bodega , y con detectores de humo.