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La demolición de dos edificios en el corazón de Sao Paulo ha sacado a la luz los vestigios del Cementerio de los Afligidos , la primera necrópolis pública de la mayor ciudad de Brasil y que durante siglos estuvo reservada a los excluidos , entre ellos los esclavos.
Sus cuerpos fueron soterrados en un terreno de más de 400 metros cuadrados , en el que todavía resiste en pie la capilla de Nuestra Señora de los Afligidos , un santuario destinado a los marginados sociales y ciudadanos de las clases más bajas de la sociedad brasileña de entre finales del siglo XVIII y mediados del siglo XIX.
En sus alrededores, junto a los esclavos negros, fueron enterrados los pobres, los prisioneros, las personas con enfermedades contagiosas y los condenados a la horca, un castigo que era ejecutado a pocos metros de la antigua necrópolis donde hoy se levanta el barrio oriental de Liberdade.
El subsuelo de esa céntrica región, destino de la inmigración japonesa a comienzos del siglo XX, esconde una historia poco conocida de la ciudad más poblada de Brasil, la cual comienza ahora a ser contada en voz alta gracias al descubrimiento de los huesos de nueve personas.
"Muchas cosas que sabemos de la historia de Sao Paulo pasa por la narrativa de los grupos poderosos, de las élites. Se hizo poco trabajo historiográfico sobre las camadas menos privilegiadas" de la sociedad, afirma Leila França, arqueóloga del Instituto de Patrimonio Histórico Artístico y Nacional (Iphan).
"Los que miran el barrio de la Liberdade piensan que tiene un origen oriental, pero su origen es el campo de los ahorcados, donde vivían los desvalidos, sobre todo los esclavos rebeldes" que intentaron huir de el yugo de sus amos, agrega.
El gigante latinoamericano fue el último país de occidente en abolir la esclavitud y lo hizo de la mano de la entonces regente, la princesa Isabel I de Bragança, quien concedió la libertad a los esclavos negros.
De acuerdo con los historiadores, Brasil recibió entre cinco y seis millones de esclavos traídos de Africa antes de que, el 13 de mayo de 1888, el entonces Imperio decretara la ley que abolió la esclavitud, cuyas huellas siguen presentes más de un siglo después.
Entre los huesos encontrados en el antiguo Cementerio de los Afligidos (1775-1858), los arqueólogos hallaron también dos botones y dos pequeñas bolas de vidrio de color azul marino, unos elementos simbólicos en las religiones de matriz africanas y que sugieren su pertenencia a algún esclavo.
"Es significativo que solo dos de los nueve individuos tenían alguna pertenencia, lo que significa que la mayoría vivía en el más absoluto estado de indigencia o que en el momento de la muerte no le dejaron llevarse nada", cuenta la arqueóloga.
Los huesos y el material encontrado deberá ser analizado ahora para obtener más detalles sobre la vida de estos individuos, como su edad, el sexo y, con suerte, su etnia, según explica Lucia Juliani, directora técnica de A Lasca, la empresa de consultoría responsable por las excavaciones.
Una vez examinados, los restos óseos podrían ser trasladados a algún lugar con más "dignidad", como podría ser Capilla de los Afligidos, el último resquicio del primer cementerio público que abrió sus puertas a los marginados sociales de la ciudad más rica de Brasil.
"Sería una forma de hacer justicia. Es la arqueología dando voz a los excluidos", concluye França.